Al día siguiente, y para mucho pesar de Hua Cheng, todos los hombres se reunieron para irse todos juntos a matar a los monstruos. Después de proporcionarles toda la información que tenía Hua Cheng se dispuso a irse tranquilamente hasta que XIe Lian le anunció que ahora que estaba poniendo las vidas de hombres inocentes en peligros ambos tendrían que entrar otra vez con el único propósito de protegerlos. Como ambos no habían terminado todavía de curarse del todo de las heridas infringidas por los wendigos la reunión se estaba realizando con Hua Tuo presente, el cual estaba aplicando pomada en las heridas.
Cuando terminaron de hablar del plan, uno muy sofisticado obviamente no era entrar y acabar con todos a hachazos, empezaron a contar cuántos eran para así poder saber el números de bajas que sufrían, los hombres se fueron poniendo en fila mientras que el carnicero los contaba, la idea de vengarse por la muerte de su hijo no había sido de él pero eventualmente había sido arrastrado por el entusiasmo de sus vecinos, fue contando hasta que llegó al número 17, los había contado a todos aunque solo por precaución alzó la voz y preguntó si se había dejado a alguien por contar, a lo que un fuerte y aguda voz respondió que a él no lo habían contado, todos se giraron para ver a un niño de no más de 10 años ataviado con un "escudo" hecho con cajas de cartón y unas tijeras de punta como arma.
-No vas a venir con nosotros Weiying- dijo el leñador -¿donde está tu madre? Mejor corre con ella y ayudala con el burro, manzanita se lleva mejor contigo.
-¡NO! Voy a ir con vosotros a ayudar a vengar a Meng Lao gege -proclamó con todo el orgullo del mundo, Xie Lian por fin había descubierto al dueño de aquella aguda vocecita del día anterior habiendo este suceso solamente añadido un punto más en la lista de tareas mental de Hua Cheng, hacer de niñera.
Después de una larga discusión con el pequeño Weiying lograron convencerlo de que se quedara en casa esperando a que llegaran.
Habiendo aclarado ya todos los asuntos decidieron partir pero antes de hacerlo Hua Tuo les pidió a XIe Lian y Hua Cheng que entrasen un momento para terminar el tratamiento poniéndoles una simple inyección para evitar infecciones, al salir les deseo suerte a todos y les dijo que cuando volviera se pasasen por allí para tener sus heridas curadas, a lo que todos accedieron.
Los 17 hombres atravesaron la oxidada verja, atravesando la maleza que les iba causando heridas a los que se habían aventurado en pantalones cortos.
Como algunos eran más torpes que otros fueron avanzando muy lento ya que los tropezones y caídas eran incesantes, causando preocupación en Xie Lian y desesperación en Hua Cheng a quién ya le dolía la cabeza de tanto escándalo que estaban formando, si pretendían sorprender al enemigo así las llevaban claras.
Fueron avanzando lenta y ruidosamente unas horas más hasta llegar al campamento en cuyos lindes se agacharon ocultándose entre la maleza en busca del mejor momento para atacar después de lo que Hua Cheng cálculo como 5 minutos algunos de los hombres se adentraron sin previo aviso en el campamento entrando en la tienda de los íncubos y acabando, aunque con gran dificultad, con el grupo de estos.
Como todos los hombres que entraron eran firmes heterosexuales no les resultó ningún problema resistirse a la visión de musculosos hombres desnudos paseando tranquilamente por la tienda.
La siguiente contienda en la que ya si que salieron todos a pelear hubieron muchas bajas ya que en la tienda se encontraron con un montón de sucubas y a las dos lamias, al principio los 15 hombres entraron a la carga dispuestos a matar a todos los monstruos hasta que estos monstruos resultaron ser jovencitas desnudas las cuales les invitaban a entrar, dejar las hachas y pasarlo bien con ellas.
-Ven aquí guapetón deja esa arma tan fea y ven conmigo que tengo que contarte un secreto - dijo una mientras le quitaba el hacha y la dejaba en una esquina de la habitación para cogerle la mano y llevárselo a la cama más cercana, cama en la cuál reposaban otras dos sucubas más las cuales empezaron a besar y desnudar al hombre entre risas y caricias.
-¡Qué tenemos aquí! Si hasta te pareces a Brad Pitt madre mía chicas ¡Tenemos al mismísimo Brad Pitt aquí ! -chilló una mientras lo agarraba del brazo restregando los pechos en el proceso -Ven aquí con nosotras a recitarnos un diálogo de una película
-Venid, venid aquí chicos que tenemos diversión de sobra para todos -invitó una mientras el resto de chicas se levantaban y procedían a acercarse como víboras hambrientas a sus presas, solo que en vez de morder la presa y clavarles veneno la mataban lentamente a besos suspiros y lametones en zonas muy específicas.
A todo esto Xie Lian y Hua Cheng se encontraban solos peleando contra las dos lamias las cuales no entendían porque aquellos dos muchachos no sucumbian a sus encantos, mientras peleaban ambos empezaron a sentirse un poco mareados, aunque asumieron que era por estar girando en torno a las criaturas frente a ellos atacando con la espada.
Pocos minutos después las lamias fallecieron y Hua Cheng y Xie Lian fueron lentamente hacia donde los otros 15 hombres se encontraban ya que la vacuna no parecía haber funcionado ya al parecer las heridas se habían infectado ya que cada vez les dolía la cabeza más a ambos y les escocia con cada movimiento.
Cuando las sucubas los vieron dispuestos a atacar a pesar de su terrible estado atacaron de vuelta, pero al caer la primera decidieron hacer lo que mejor sabían después de seducir.
Mataron a los hombres que yacían sobre ellas y trataron de huir, no sin antes ser alcanzadas por las armas de sus rivales que aunque estaban en clara desventaja no dudaron en usar todos sus poderes para acabar con ellas aunque con ello terminaran entre la vida y la muerte.
Xie Lian fue el primero en caer, las piernas le fallaron y terminó arrodillado frente al armario de la habitación, Hua Cheng fue hacía él y lo intentó levantar pero lo único que consiguió fue que ambos se cayeran de nuevo al suelo cubriéndose de sangre, Hua Cheng estaba vomitando sangre.
-¿Qué nos pasa, no estábamos bien? Las demonias eran débiles, no han podido hacernos heridas internas de está gravedad -dijo Xie Lian entre jadeos, le estaban empezando a fallar los pulmones.
-No lo sé, hemos hecho algo, intenta curarte con tus poderes rápido -le apuró Hua Cheng que cada vez se sentía más débil, ya casi no podía ni sujetar a Xie Lian erguido, la vista se le empezó a nublar
-¿Cómo sabes que tengo poderes? -dijo Xie Lian casi susurrando
-Taizi Dianxia no creo que sea el momento -gimió
Ambos se encontraban en el suelo, manchados de sangre y jadeando, estaban delante el uno del otro y Hua Cheng ya casi no podía ver los rasgos de Xie Lian.
-No puedo - ya casi no podía ni hablar, estaba sin fuerzas, cerró los ojos -Hua...
-Gege, estoy aquí - le respondió moviéndose más cerca y colocando su mano sobre la del contrario -siempre he estado aquí...
Pero Xie Lian ya no podía escucharlo, poco después Hua Cheng también dejó de ser capaz de escuchar su propia respiración, pero poco antes de tomar la última bocanada de aire lo comprendió
Habían sido envenenados
Aquello no había sido para evitar una infección
Había sido veneno
Meghalnak
~FIN~
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Las aventuras de xie lian en grindr
FanfictionAño 2010, Xie Lian, el dios de la chatarra vive una vida pacifica en su santuario Puji junto con su querida Ruoye hasta que un día pone las manos en un teléfono y por error termina instalando una aplicación de citas gay lo cual hará que su pacifica...