Cuatro días después el funeral de Meng Lao tuvo lugar, los padres optaron por darle una cremación líquida y guardar sus restos en una urna que colocarían en el salón de su casa. Todo el pueblo acudió al velatorio, llenando la espaciosa habitación de flores y lazos en honor al fallecido, las mujeres lloraban abrazadas las unas a las otras.
Los hombres se encontraban en grupos entre los que se empezaban a oír susurros de venganza.
Después de la ceremonia un grupo de estos hombres acorraló a Xie Lian para obligarlo a decir donde se encontraban los dichosos monstruos, localización la cual no quería decirles ya que sería una muerte segura.
-Señores no puedo decirles donde se encuentran, además son seres poderosos ustedes no podrían matarlos así- argumentó mientras se hacía pequeño contra la pared.
-No vamos a matarlos así tendremos armas con nosotros- dijo un hombre alto y fuerte con un largo cabello rubio.
-Eso eso- dijo una voz aguda cuyo dueño Xie Lian no podía ver.
-Pero son muy poderosos, podéis llevar todas las armas que queráis que no vais a poder salir vivos del campamento, Hua Cheng y yo casi no logramos salir y solo nos enfrentamos a los wendigos- comentó rápidamente Xie Lian a quién empujaban cada vez más cerca de la pared.
-Vosotros sois dos enclenques, nosotros somos hombres fuertes que llevan años fortaleciendo sus músculos- comentó otro hombre ligeramente más bajo que el anterior pero que se notaba que hacía mucho ejercicio, su trabajo debía incluir mover cargas pesadas continuamente.
-Eso eso- volvió a decir la diminuta voz.
-Pero nosotros somos realmente fuertes aunque no lo parezcamos si no lo fuésemos no estaríamos aquí- Xie Lian se estaba empezando a agobiar con tanta proximidad -No puedo deciros la ubicación por muy fuertes que seáis sería mandaros a una guerra que no se puede ganar... - Ya estaba llegando a su límite y Hua Cheng quién hasta ahora se encontraba en la otra punta de la habitación en silencio observando por si tenía que intervenir decidió que el momento había llegado.
Fue hacia donde estaba Xie Lian y empezó a apartar a la gente con una casi nula delicadeza por la molestia de que estuvieran apresando a XIe Lian.
-Venga Gege no seas así, vamos a ser justos con los señores al fin y al cabo acaban de perder a un muchacho, escuchen señores ¿conocen el parque? No sé como se llama pero ese grande que está vallado en el que no entra nadie o mejor dicho no ha entrado nadie oficialmente desde hace años, si saben donde digo pues ahí al fondo del parque se encuentran los monstruos, nosotros solo dimos la información que pidieron si se matan ya es su problema y ahora hagan paso que tenemos sitios en los que estar -dijo mientras agarraba a Xie Lian de la cintura y se lo intentaba llevar de allí.
Los hombres no creyeron que la información fuera suficiente por los que los amenazaron con despedazarlos vivos si no les proporcionaban los números sobre cuántos eran y su localización exacta. Xie Lian no quería dárselos, a Hua Cheng le daba igual si se morían por su debilidad y temeridad.
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Las aventuras de xie lian en grindr
Hayran KurguAño 2010, Xie Lian, el dios de la chatarra vive una vida pacifica en su santuario Puji junto con su querida Ruoye hasta que un día pone las manos en un teléfono y por error termina instalando una aplicación de citas gay lo cual hará que su pacifica...