SIN CENSURA

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Ella de pie, semidesnuda frente al legendario Min Yoongi, por primera vez sintió pudor, había prometido a Jimin irse a la cama con el y ahí estaba, sin vestido sintiendo su lengua lamer sus cubiertos pechos.

El saco blanco voló, ella desabotonó su camisa y también besó a placer, un escandaloso aroma a crema de afeitar y un perfume que logró hipnotizar los sentidos de Hanna hicieron quebrantar su voluntad.

Cuando él puso sus manos sobre sus glúteos, ella solo se dejó llevar. Ambas piernas tomaron caminos separados abrazando por completo la cadera del dueño de la casa. La espalda de la chica fue a pegarse de lleno a la pared.

La sensación de la helada parte de la habitación en ningún momento terminó la exitacion, al contrario, sentir el frío en su espalda y el calor de las manos, labios y pecho de Yoongi estaban enloqueciendo el lívido de la hermosa mujer.

Pequeños gemidos salieron de sus bocas, ella con torpe rapidez desabrochó el pantalón de su amante sacando lo que en ese momento necesitaba con desesperación.

-Hazlo ahora señor Min - dijo ella mientras retorcía su espalda en el frío cemento.

-¿Estas segura? Si esto inicia aquí, no habrá vuelta atraz, seré tu dueño absoluto y...

-Y yo tu dueña Yungi, me gusta la exclusividad - ella dijo aun sufriendo por poder respirar apropiadamente, ya que una mano del atrevido jugaba en la intimidad de la hermana del temido Kim.

Humedad, deseo y pasión destilaba esa habitación, el hombre de esa casa arremetió contra esa joven de negra cabellera ahora revuelta, la sostuvo muy bien del trasero y no muy suave entró en ella jugando de inmediato su papel de macho.

Salvaje y tierno, con embestidas qué hacían qué ella fuera una con esa pared. Besos posesivos el los vacilantes pechos qué subían y bajaban al ritmo que él llevaba la situación.

Entrar y salir ya no era un placer era un nirvana un extasis qué compartían, parecian amantes consumados de años, ella dichosa recibió los placeres qué el le dio.

Y el increíble orgasmo llegó despues  de volverse locos con caricias, besos y las geniales habilidades de ese chico que sonreía gratamente dejando salir dentro de ella  el líquido que indicaba su máximo placer sabiendo que ella también llegaba al clímax.

-Señor - tocó la puerta el Paul sin abrirla, sabía exactamente lo que ahí pasaba.

-Dime Paul - respondió aun agitado, sosteniendo a su chica en el viento y su espalda aun embarrada el la pared qué ahora ya no se sentía fría.

-Es segura la casa de Park, esta pidiendo lleve a la joven, fueron dos de los Wook. - El hombre seguía traz la puerta. Mientras Yoongi lo escuchaba seguía besando el cuello boca y cuanto alcanzara de ella. Ese era un embrujo qué nunca planeó.

-Enseguida vamos - respondió Min.

-Esperare en el auto señor - Paul desapareció de esa puerta.

Ella temblaba y no precisamente de frío, la emoción, la exitacion y tantas caricias que seguía recibiendo eran demaciado para ella.

El la bajó lentamente, acomodó su pantalón y comenzó a vestirla. Mientras ajustaba su ropa interior. Besaba los alrededores de las prendas. Acomodó su rojo vestido y sus fuerte manos ahora eran delicadas. Dejó la roja prenda tal como estaba antes de quitarla.

Al final, arregló un poco su cabello y otra vez con sus manos limpió el maquillaje fuera de lugar de la hermosa cara de la señorita Kim.

Después, era su turno, acomodó su camisa y tomo el primer botón. Ella tomó su mano y la beso haciéndola a un lado, uno a uno sin dejar de mirarlo, introdujo esos botones en su lugar. El también la miraba fijamente a los ojos. Sonreía y ella respondía la flamante sonrisa.

SIN SALIDA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora