COMIENZO

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-¿Puedo besarte? - preguntó el desesperado Jungkook.

-Hazlo por favor - su rubio prometido respondió.

Así comenzaron segundos de debilidad, Jimin dejándose tocar por un prometido qué le había sido impuesto, y Jungkook siendo el más feliz del mundo tratando de poseer lo que más anhelaba.

-¿No te lastimarás? - le dijo burlándose el rubio.

-Moriría por ti Park Jimin - El de cabello oscuro quitó su camisa, su abdomen era perfecto, musculoso y sensual.

Una supuesta herida estaba cubierta.

Las luces de apagaron. La oscuridad de la habitación era perfecta.

Sus cuerpos empezaron a responder y a empujar lentamente contra las prendas. Mientras  estuvieron de pie, se miraron a través de la penumbra, los pocos contornos que podían adivinar el uno del otro.

Por un momento parecieron embelesados, como si fueran dos extraños que se vieran por primera vez. Pero al mismo tiempo se reconocían como lo que eran, dos chicos que amaban.  Y estaban medio desnudos... Ardiendo ... Eran jóvenes... Sus pieles estaban a un suspiro de distancia...  Se estaban acariciando los hombros, y los brazos, y...

  -¿Puedo besarte? Una vez más -preguntó Jungkook

  -Puedes...-respondió Jimin - No preguntes y solo hazlo.

Y así fue. Lujurioso y pasional, con un comienzo lento, con las lenguas y los labios bien sellados. Y sus cuerpos se unieron y se abrazaron, desvaneciendo ese suspiro, compartiendo el calor que empezaba a azorarlos y a liberarlos de la piel de gallina. La ropa interior se vio sobrepasada, incapaz de contener su creciente lujuria, y también se vio envuelta en el juego de roces que ambos conformaban.

Jungkook fue el primero en explorar territorios desconocidos. De los hombros bajó por el pecho, plano y limpio, no sin antes recrearse con uno de los pezones de Park , al que dio unas cuantas vueltas como queriendo embriagarse en el.

Luego siseó por el estómago y aterrizó sobre el paquete, que antes solo viera y rozara, y que ahora mantenía bien sujeto aunque sus dedos no lo abarcaran. La tela estaba tan tensa que podría estallar de un momento a otro. Jimim no se abstuvo y también palpó el tejido tirante de Jungkook, mientras con la otra la infiltró por el extremo opuesto para comprobar la amplitud de ese relieve curvado que antes captara su mirada.

Lo que antes fuera un cruce de miradas donde ninguno se atrevía a dar el primer paso, ahora se había transformado en ver quién llegaba más lejos. Jungkook  no se quedó conforme y tomó la hombría de Park sin tela de por medio, metiendo la mano entera en ese paquete sobredimensionado que le presionaba la cadera. Sí, eso estaba mucho mejor, pero la maniobrabilidad no era la más idónea. Así que Jimin  le dio lo que quería, bajándose la prenda hasta la mitad de los muslos y ofreciéndose a él. Y qué buen tacto le procuró. Pero no era suficiente y Jeon, deseoso de más, se arrodilló y con extática parsimonia fue recibiendo su masculino sabor. Marco no se lo negó y se ofreció a él sin tapujos mientras jugaba con sus propios pezones para maximizar las vibraciones que sacudían su cuerpo.

Un buen rato de deseo como aquel y el de ojos grandes  estaba de nuevo de pie, manoseando la comida que acababa de probar y ansiando un plato distinto, una nueva receta que le permitiera degustarlo de otra manera.

  -Quiero que me folles...-masculló Park

  -No lo dudes... - repindió su prometido.

La cama era bastante baja, apenas levantaba medio metro sobre el suelo. Jimin se tiró sobre ella de espaldas, con la retaguardia contra el borde y listo para recibir toda su hombría. Jungkook  guió su potencia a ciegas a la puerta que se le ofrecía, con ayuda del tacto y un poco de intuición. Finalmente lo encontró y, con ayuda de lubricación natural producida por sí mismo, empujó hacia dentro. La resistencia que encontró era fuerte, pero no desfalleció y se fue hundiendo cada vez más, con el peso de su cuerpo como ayuda. Con los pies de Park  en los hombros se fue hundiendo cada vez más de manera placentera. Abriéndose paso en un camino que se ensanchaba para él poco a poco hasta que lo llenó por completo.

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