Capituló 3

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Coraline

Estuve asustada todo mi camino hasta su habitación, pero el hombre solo me observo de arriba hacia abajo, fascinado como si hubiera encontrado un dulce que llevaba años buscando.

- Eres idéntica a mis hijos - comienza a explicar - sabes compre a una mujer hace tiempo para que tuviera a mis hijos, tres embarazos y solo tengo dos hijos, la muy maldita escapó con mi hijo más pequeño - agrega lleno de rabia.

- ¿No entiendo porque me dices esto? - susurró pero el solo ríe quitándome el vino de la mano.

- Eres idéntica a esa maldita mujer - ruge con odio en su voz - sáquenle sangre para salir de dudas - exclama dándole esa orden a su mayordomo y yo lucho molesta para que me deje.

- Mi madre se llama Natalia, es rubia, salí a mi padre - trató de decir pero el solo ríe, me da la mirada más escalofriante que podía imaginar alguna vez, su rostro solo muestra odio.

- Es un poco de sangre, no morirás por eso - afirma antes de hacerme seguir su orden, la amenaza que me hizo solo con mirarme fue suficiente para que deje que me saquen algo de sangre.

- Déjenme no tienes el derecho de hacerme esto, el hotel tiene políticas y soy una empleada - rujo y este ríe con ánimos.

- Digna hija de su padre, tienes un buen carácter, pero deberás ser sumisa para servir a tu futuro esposo, pienso casarte con algún socio o alguien con el cual desee hacer una alianza - celebra feliz y tengo el impulso de golpearlo.

- No soy tan fácil de tratar - exclamo - quien te da la certeza de que soy tu hija, me estás confundiendo con alguien más - afirmo molesta y levanta su mano para callarme.

- Debes obedecer o te sucederán solo cosas malas, no saques mi lado malo niña - afirma y por primera vez temo que me suceda algo malo.

Dejo que lo hagan y salgo corriendo de ese lugar cuando me dejan ir, mañana es mi día libre y iré a visitar a mi madre al hospital, este maldito vip quiere creer que soy alguien que no está presente, yo solo soy una pobre chica que está sobreviviendo.

A la mañana siguiente me puse un hermoso vestido floreado con unas sandalias para ir a tomar el autobús, llego en cinco minutos al hospital y corro hasta la habitación de mi madre, grito de impotencia cuando veo a los hombres de anoche en la habitación de mi madre, comienzo a gritar por ayuda hasta que me abalanzó sobre uno de esos tipos, ya no me encuentro en el hotel, así que me defenderé de este maldito hombre.

- Aléjense de mi madre - gritó molesta y solo ríe y me encojo de hombros cuando veo al hombre horrible que esta a su lado, los dos hablan como si de viejos amigos se trataran.

- Déjenla entrar - dice y me dejan ingresar al lugar, respiro tranquila cuando veo que mi madre está bien.

- Por que no me dijiste que fuiste a trabajar a ese hotel, no debiste ir a ese lugar - me reclama de una vez y eso me lastima, solo estoy haciendo lo mejor para nosotras, hice todo lo que estuvo en mis manos para ayudarla y por fin sentía que todo iba bien, hasta anoche.

- Conociste a papá en ese lugar - trató de decir pero me calla con su mano.

- No le dijiste que es mi retoño, la perra de Nina te la dejo y se fue, que buena mayordomo fuiste hasta el final, cuidando a la hija de un capo - exclama ese hombre y quiero lastimarlo mientras habla, mis ojos son como dagas que le arrojo directo a su cuello - te dejare para que se despidan, me llevaré a mi hija, te daré dinero suficiente para que disfrutes tu vejez, gracias por darle ese tamaño - agrega saliendo del lugar.

Atada por Amor (pausa temporal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora