Capitulo 11

29 1 0
                                    

Coraline

Me despierto algo cansada, ayer Percy no me dejo dormir bien, tengo marcas de mordidas y chupetones en todo mi cuerpo, ya hemos estado en mar hace dos semanas, hemos disfrutado de nuestros cuerpo, me enseñó a disfrutar del paisaje, me llevo a nadar y visitamos algunos lugares de Italian mostrándome así parte de su cultura, es un hombre muy considerado ya que amablemente traduce todo para mi, hoy regresaremos a casa después de estar tiempo aquí.

Camino hasta la ducha para bañarme y colocarme algo de ropa abrigada, creo que si seguíamos más tiempo aquí terminaría enferma ya que estoy durmiendo desnuda y su calor corporal no es suficiente para mi, cuando salgo a cubierta lo veo pilotar el yate, me recibe con una gran sonrisa y su cuerpo tonificado que quiero devorar otra vez.

- Ya estamos llegando a puerto, tú desayuno está servido - me señala la mesa y muero de amor cuando veo la forma en la que me ha cuidado todos estos días.

- Gracias Percy.

Creo que me enamore de ti, ese pensamiento pasa por mi cabeza y aunque quise negarlo, estos días solos me ha ayudado a conocerlo y se que prefiere para si. Tomo asiento para comer lo que ahí en mi plato, me relajo cuando ya pisamos tierra firme y casi caigo por el tambaleo que ha tenido el yate, así que dure un rato sentada para recuperar la firmeza que tenía antes.

Percy se encarga de dejar todas las cosas en su lugar para cargarme y dejarme en el asiento del auto, comienza a conducir y no se como tiene energía para seguir cuando yo solo quiero dormir.

- Pinchita saldré esta noche, tengo una reunión con la famiglia - trata de explicar pero solo asiento a todo.

- Solo quiero llegar a casa, quiero ver a mi mamá - digo mientras veo el panorama.

Todo está bien, llegamos a casa y nos despedimos con un profundo beso, subí a nuestro piso para saludar a mi madre y contarle lo mucho que disfrute de mi luna de miel, pasamos la tarde disfrutando un poco, mientras comía de todo un poco, cuando llego la noche entro al baño para darme una ducha rápida y me preparo con antelación.

Salgo con una simple bata trasparente que deja ver que no llevo un pijama debajo, entro en la cama para esperarlo deseando su toque en mi piel, pero me decepciono cuando son las 2 de la madrugada y no llega, así que cuando cierro mis ojos siento como se colocan a mi lado.

- Llegaste tarde - murmuro con los ojos cerrados y siento como encienden la luz de la mesita de noche.

- Estuve algo ocupado, este es un buen saludo - besa mi hombro y aunque quisiera responder no puedo ya que estoy cansada.

- Tengo sueño - digo cuando siento que me gira y acaricia mis glúteos.

- Duerme yo haré todo por ti - siento como sus manos quitan la bata de mi cuerpo.

Su boca juega con mis senos y suspiro pidiendo mas, toma mi mano para llevarla hasta su entrepierna, respiro hondo al sentir su dureza, comienzo a quitar su pantalón de pijama para tocarlo entre mis manos.

- Sabes que hacer con el - susurra cerca de mi oído y asiento algo avergonzada.

Lo acaricio mientras el se mueve para dejarlo al alcance de mi boca, introduzco su punta y la saboreo como si estuviera disfrutando de un cono de helado, después mi lengua baja hasta sus bolas para chuparlas, sus gruñidos se escuchan en el lugar y por primera vez tengo miedo de que mi madre nos escuche. Sigo en lo mío cuando siento que toca mi cabeza para introducir su gran pene totalmente en mi pequeña boca.

Sus movimientos se vuelven rápido y siento su liberación, es un poco viscosa y tiene un sabor salado, es soportable y al rato me gusta, mi clitoris palpita esperando por su llegada.

- Gírate - pide y obedientemente lo hago.

Siento como se introduce dentro de mi y sus movimientos se vuelve cada vez más rápido, agarra mi corto cabello para halarlo sin lastimarme, gimo fuerte mientras suplico por más, al rato mi orgasmo llega y aunque quise seguir despierta caí profundamente dormida.

Perceval

No se en que momento se daño esto, pero estaba relajado y feliz de haber regresado, tengo una linda esposa que me espera en casa, pero estos malditos viejos han querido arruinarme bastante tiempo. Ella ingreso al hotel mientras menea sus sensuales caderas, está era la chica que me volvió loco hace algunos años, pero cuando le pedí ser mi esposa solo se fue dejándome aquí tirado, un golpe fuerte para mi.

- Esto era lo que querían mostrarme - murmuró molesto y mi padre ríe.

- Ella puede ser tu amante, ya que alguna vez la amaste, la chica que compraste solo tendrá a tus hijos, una buena italiana es la que debe estar con mi hijo - dice y arrojo el vaso a la pared.

- Me obligaste a ir a España a ese maldito hotel para que comprara una esposa y ahora que estoy casado quieres que tenga un amante - la señaló sin importarme que eso la lastime.

- Perceval sabes que lo nuestro no se puede olvidar - dice y los mayores dan su voto como si ellos pueden opinar sobre mi vida.

- Te fuiste al ver la clase de hombre que soy, en cambio ella se quedó - miento y todos creen cada una de mis palabras - Daisy no te quiero ver aquí así que regresa de donde saliste - veo sus ojos castaños y solo por un momento me trasladé a esos días cuando era joven y disfrutaba de una vida simple a su lado.

- Perceval estoy aquí por negocios, así que cariño nos veremos más seguido - se acerca hasta besar mis labios y la alejo de mi lado.

- Si me vuelves a tocar mi próximo cuadro tendrá tu sangre - palidece y se aleja de mi - señores me largo de aquí, debo ir a atender a mi señora.

Estuve un buen rato disfrutando de la carretera y para evitar que ella tenga que ir a encontrarse con alguien de mi familia fui a cenar a la casa principal llevando algunos regalos conmigo, mi consigliere Julio y prometido de mi pequeña hermana se encontraba cenando con la feliz familia, discutimos algunas cosas y aunque quise llegar temprano a casa termine llegando bastante tarde.

Como lo había prometido disfrute de su cuerpo hasta saciarme y la dejé descansar un poco mientras admiraba su desnudo cuerpo, sus pequeños senos caben en la palma de mi mano, coloco mi cabeza entre ellos y son súper cómodos, el sueño me gana y cuando despierto la veo a mi lado con los ojos cerrados.

Chupo sus pequeños senos y una idea descabellada pasa por mi cabeza, me gustaría que den leche para chuparla siempre, que se pusieran un poco más grandes y así no soltarla aunque suplique, cómo sería tener un hijo con ella, desecho la idea ya que quiero seguir disfrutando de ella por algunos años.

Mi mano acaricia su entrada para escucharla suspirar, beso sus hombros mientras introduzco mi pene en su entrada, ella ríe entre sueño mientras sigo disfrutando de ella.

- Buongiorno pinchita - digo cuando abre sus ojos y besa mis labios para seguir en lo que estaba haciendo.

- Hola Percy ¿por que no te haces un tatuaje? Los mafiosos siempre están llenos de ellos pero en cambio tú tienes la piel más limpia que un bebé - pregunta por curiosidad y me rio con ánimo, siempre tiene un tema loco de conversación.

- No soy igual a los demás, no quiero mi cuerpo lleno de tinta - explico cuando consigo su liberación y ella grita tratando de cubrir su rostro y rio con ánimos, me levanto de la cama cuando los rayos de luz ya me incomodan - salgamos a comer y podemos comprar regalos después - cambio de tema ya que deseo que alguien respete mi decisión de no arruinar mi cuerpo con tinta.

- Dios debemos ir a ver a tu familia - trata de incorporarse llegando a mi lado - ayúdame a bañarme, me has agotado bastante y ni siquiera son las 7 de la mañana - pide y la tomo en brazos para cargarla hasta la ducha.

- Sabes que disfruto de tenerte - agregue para hacer lo que me pidió.





.

Atada por Amor (pausa temporal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora