Capituló 13

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Perceval

Habían pasado tantas cosas estos últimos meses, no quería que lo supiera de esta manera, nunca quise que se encontrara con Daisy pero la maldita se escapó de mi lado en cuanto vio la oportunidad de ir a molestar a mi esposa, debí imaginar que ella quería arruinar la única paz que conseguí en este maldito lugar, creo que esta celosa por ver cómo la trato, creo que con la relación que tuvimos algo aprendí y fue a tratar mejor a mi próxima pareja, ni tenemos amor pero si convivencia.

No medí mis palabras y la obligué a irse, cuando recapacite no la encontré por ningún lado, mis miedos salieron a la luz y quise matarlos a todos por hacer que ella sufra esto, sabiendo que el único culpable de su sufrimiento e sido yo, al final mis hombres la encontraron y la trajeron a casa conmigo, la vi dormida en el auto y la tomé en brazos. Quise gritarle muchas cosas en cuanto la vi pero me relaje al verla aferrarse a mi cuerpo.

La dejé en nuestra cama y aunque quise luchar contra mis impulsos, termine devorándola en cuanto despertó, dijimos tantas cosas y hice algunas otras, sali molestó de la habitación, llegue a mi despacho y por primera vez en el día me tranquilicé al tomar una copa de ron, observo el pijama con el cual había salido, siempre recuerdo salir vestido ya que vivimos con su madre, he planeado comprarle una bonita casa con vista a la playa para que se relaje y me deje en paz para disfrutar de mi casa y follarme a su hija donde quiera.

Me sigo relajando cuando unos gritos me alertan, tomo mi pistola para subir las escaleras hasta nuestra habitación, me asusto al ver la sangre en la cama y corro al baño para verla llorar de dolor, la tomo en brazos mientras la consuelo, envuelvo su cuerpo en una bata de baño y camino hasta el elevador, su madre nos sigue de cerca mientra me reprocha el porqué ella está así.

- Podrías llamar a mis guardias, diles que me sigan - agregó mientras le doy el teléfono, bajamos por el ascensor y está asiente para hacer lo que le pedí, la dejo en el asiento de atrás en cuanto llegamos al auto y su mano no me quiere soltar.

- Me duele - grita y eso me parte el alma se que soy el culpable de su sufrimiento y aunque me quiera culpar no lo logro hacer ya que está es mi naturaleza pero nunca había forzado a una mujer a estar conmigo y hacerlo con mi esposa me ha dolido.

- Debo llevarte al hospital, por favor suéltame - susurró y esta asiente asustada, pero se relaja para reírse en mi cara.

- Espero que sufras por lo que me haz hecho - la escucho reír y su cambio de actitud me asusta.

Entro al auto para dejar a su madre en el garaje, conduzco como loco hasta que llegamos a la clínica que patrocino, la tomo en brazos para llevarla a emergencia, de una vez la reciben y me alejan de ella mientras la ingresan, observo mis manos y por primera vez esta sangre se vuelve horrible para mi, mis pensamientos sacuden mi cabeza, este será el castigo por haberla tomado sin su permiso y de esa manera; no quiero que nada malo le suceda, no soportaría perderla, no quiero que esa pequeña luz muera por mi culpa, es tan joven y la he obligado a tener esta vida.

Porque sigo pensando de esta manera, como si me importara lo que le sucede a ella, como si mi corazón comenzara a latir por alguien más después de tantos años, uno de mis hombres me ofrece un abrigo el cual acepto para cubrir mi cuerpo, por salir tan rápido se me olvidó ponerme unos tenis, veo mis desnudos pies y creo que no es suficiente castigo por lo que hice.

- Tráeme un cambio de ropa y unos tenis, llamen a Arthur para que se encargue de todo - ordeno y se apresuran a hacerlo - ¿como sigue mi esposa? - pregunta cuando veo cómo sale un doctor de la sala.

- Necesitamos que llene los documentos y después le diremos sobre la condición de su esposa señor - exclama mientras me muestra los documentos.

Atada por Amor (pausa temporal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora