Capituló 9

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Coraline

Cuando despierto a la mañana siguiente tomo su camisa para recorrer el solitario lugar y me sorprende al ver que el lugar está lleno de grandes cuadros que varían entre el color rojo y un tono de negro, el olor que desprenden es algo desagradable, pero los dibujos son más extraños, van desde una mujer gritando a un hombre masticando sus testiculos todos tienen una peculiaridad, un escalofrío recorrió mi espalda cuando vi la pintura de un niño con un cuchillo en la mano, la persona que ha pintado todo esto está perturbada.

Mi mente comienza a imaginar muchas cosas y solo quise correr lejos de ese lugar, estás pinturas me han dado miedo, no me atrevo a despertarlo para que me explique porque me trajo hasta este horrible lugar para nuestra noche de bodas, ya que es un frío lugar y estuve aferrada a su cuerpo hasta que desperté, solo tomo algunas de mis cosas para caminar de regreso a la casa. Entro por la puerta de la cocina y cuando estaba cruzando la sala una voz me detuvo.

- Llego la feliz novia - dice Leonaldo el hermano gemelo de Lilian y su tono me molesta.

- Perceval te dijo que debía traer la prueba de que fuiste tomada - es lo único que dice su padre mientras ignora mi presencia y sigue leyendo su periódico mientras que yo imagino lo peor.

- Quieren una prueba de que era virgen - rujo delante de todos esos señores los cuales disfrutan de ver mi cuerpo de esta manera, estoy despeinada, la camisa de Percy solo cubre hasta mis muslos y se notan las marcas de sus besos en todo mi cuerpo - esto no es prueba suficiente - agregó molesta mientras me señalo con mi dedo - esto basta para que nos dejen en paz.

- Queremos la sabana roja, es la tradición de nuestra famiglia - susurra su madrastra y quise llorar, me siento tan humillada por esa prueba, la había visto cuando desperté una gran mancha roja estaba debajo de mi, por esa razón dolió mucho.

- Crean lo que quieran, de mi no obtendrán nada malditos enfermos - agregó mientras mi rostro se vuelve rojo por la vergüenza y su madrastra llega a mi lado para darme una bofetada - que usted haya sido marcada con esta horrible tradición no quiere decir que haré lo mismo - al menos ya entiendo porque decidió llevarme a ese horrible lugar para pasar la noche a estar aquí mientras esta gente esperaba una maldita sabana con mi sangre.

- Eres una maldita puta - ruge y frenó su mano.

- No soy ninguna puta, soy la hija del jefe de la mafia de la Vegas, tuve el destino que todas las mujeres de este mundo criminal, fui vendida y eso no te da el derecho a llamarme de esa manera, no cuando tu hija también será dada a alguien - exclamo para arrojarla lejos de mi - esta es la última vez que me tocas, si piensas al meno en pasar por mi lado te mataré - la señaló para largarme de ese lugar, mis nervios me traicionaron y reaccioné de esa manera, creo que el mal genio ya se a quien lo saqué.

Corro hasta mi habitación para tomar una ducha, mis lagrimas bajaron e hicieron su propio recorrido, linpie mi cuerpo como si me hubiera tocado alguien mas, como si al hombre que le ofrecí mi cuerpo la noche anterior no fuera mi Percy. Termino tumbada en la ducha y un creciente enojo comienza a salir de mi, arrojo todos los utensilios del baño, veo como entra un nervioso Percy y su cara es todo un poema, no entiendo el arrebato que he tenido, puede ser la vergüenza y el enojo de ser golpeada lo cual a sacado este lado violento de mi.

- ¿Que sucede? No estabas cuando desperté - pregunta mientras envuelve mi cuerpo con una toalla.

- Me asustó ese lugar, estoy asustada de estar aquí, tengo miedo, así que por favor vámonos de aquí - digo y por su cara pasa la confusión, siento como sus dedos tocan mi rostro limpiando rastros de lágrimas.

- ¿Ha pasado algo que deba saber? - sigue preguntando pero lo ignoro para explotar, no me siento cómoda en este lugar, quiero irme de aqui.

Las semanas que pase aquí han sido asfixiante, las personas me tratan mal por el color de mi piel, por la forma peculiar de mi cuerpo, soy rellena y tengo panza, mis brazos son gruesos y poseo el pelo castaño oscuro, no soy hermosa como las chicas que he visto estos días rondando el lugar, porque yo y no una de ellas; mis defectos hacen que no tenga la confianza de seguir con esto, quisiera ser como las chicas de las revistas pero solo soy alguien normal.

- Puedes decirme lo que sea que haya pasado - besa mi mejilla para que deje de pensar en cosas que no importan pero solo quiero golpearlo, el no me entiende y no se como explicarme.

- No quiero seguir viviendo aquí - le recriminó para golpear su pecho después.

- No pensaba dejarte aquí, esta no es mi casa y mi departamento es muy pequeño para nosotros así que con algo de tiempo compraré un lugar seguro para los dos - se aleja mientras tengo mi ataque de ira.

- Esta maldita gente, no se que esperan de nosotros pero no seamos como ellos, no vivamos de esta forma, parecen unas víboras esperando para matar a su presa - agregó mientras mis lagrimas recorren mi rostro, son lágrimas de enojo - debiste ver como me veían, me miraron con desprecio, como si no fuera nadie, no imaginé que nuestro primer día de casados sería de esta manera, sus miradas y sus palabras me han lastimado - sigo tratando de aguantar mis lagrimas pero son traicioneras y escapan por si sola.

- ¿Como que te despreciaron? Nadie se atreverá a meterse con mi esposa - Su voz se vuelve más gruesa y por sus facciones se que está molesto.

- Sácame de este lugar, no quiero quedarme más tiempo aquí y no dejaré a mi madre con esta gente, ella ha dejado todo para seguirme hasta aquí - suplico y sale de la habitación azotando la puerta.

Salgo del baño para buscarlo pero ya se ha ido, así que trato de cambiarme de manera rápida y me arrojo a la cama mientras acaricio el anillo que tengo en el dedo, si el no piensa sacarme de este lugar yo misma me iré, busco una mochila y entro algunas de mis cosas, cuando estoy lista camino hasta la habitación de mi madre, no la dejo procesar lo que le digo pero ella acepta de una vez y arregla sus cosas para seguirme, siempre está dispuesta a seguirme ciegamente.

Salimos de la casa y nadie nos sigue, los guardias nos ven salir pero no dicen nada, no les importa que me vaya lo cual me gusta, al final nos encontramos sentadas en un parque mientras vemos a la gente pasar, mi madre acaricia mi cabeza para dejarme descansar en sus piernas. Aunque trató de ser fuerte mis lágrimas abandonan mis ojos y me aferro con más fuerza a su vestido, solo quiero que seamos felices, ya no quiero seguir llorando, creo que mis lagrimas han sido acumuladas durante bastante tiempo y por fin se han liberado y aunque trate de frenarlas siguen saliendo por si solas.

- Llora lo que tengas que llorar mi pequeña y después levantémonos más fuertes - trata de animarme y sonrío para abrazarla.

- Gracias mamá - digo y siento como se tensa entre mis brazos.

- Tú esposo a llegado - susurra y levanto mi cara para verlo llegar a nuestro lado, toma asiento para abrazarme y llevarme a su lado.

- Estaremos bien, iremos a mi departamento - susurra solo para nosotros - señora Natalia debemos irnos a casa - señala el auto y caminamos hasta entrar al lujoso vehículo.

- Quiero tener una vida normal, se que soy tuya eso nunca cambiará pero necesito que prometas que tendré una vida normal aquí. ¿Contigo? - digo cuando estamos solos en el auto.

- La tendrás, este es mi territorio, esta es mi famiglia y podrás salir sola las veces que quieras, nadie tratara de molestarte, ya puse un ejemplo con todos esos malditos viejos - murmura y quiero reír por primera vez en el día.

- Muchas gracias Percy - acaricio su cabello y el gira su rostro para mirarme, algo en sus ojos me da paz.

- Mi pequeña pinchita - besa mis labios y apoyo mi cabeza en sus hombros, el acaricia mi cabello.

Trato de mirar hacia donde vamos pero el sueño va ganando terreno, más sus constantes caricias que hacen que quiera dormir entre sus brazos, trato de mantener mis palpados abiertos pero al rato caigo dormida, he estado durmiendo mucho desde que lo conocí.


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Atada por Amor (pausa temporal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora