V E I N T I T R E S

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Ally

Me estaba preparando para salir de fiesta, puesto que yo y Brenda íbamos a salir de fiesta sin Kevin, ya que Kevin nos dejó hace tiempo por unos sucesos que pasaron, porque él sentía que todo esto no lo llevábamos bien y que el grupo no estaba bien, con lo que nos dejó.

A mí me dolió bastante, pero ya lo superé, tampoco es que tuviéramos una relación muy cercana, nos veíamos de tanto en tanto.

-         ¿Tía que vestido me pongo? – me pregunto Brenda con sus dos opciones -.

Uno era un vestido negro que se veía ajustado y con lentejuelas y el otro era un vestido rojo más suelto ya que era un vestido con vuelo y solo se te ceñía la parte de arriba, lo demás estaba suelto.

-         Me gustan los dos – le dije a Brenda -.

-         ¿Pero cuál más? -.

Creo que si vamos a salir de fiesta el más adecuado creo que sería el negro con lentejuelas.

-         El negro – le dije decidida -.

Se le formó una gran sonrisa en la cara, se ve que quería ponerse ese.

-         ¿Tú que te vas a poner? – me pregunto mientras se cambiaba -.

Fui a mi armario para mirar qué ponerme y me decidí por unos tejanos superapretados y el corsé ese rojo que llevé una vez que salí con Dreik.

Al cambiarme, cuando me vio Brenda se le salieron los ojos de las órbitas.

-         Joder hija, yo por ti me hago lesbiana, te lo digo en serio -.

Me reí ante aquella frase, esta niña era un caso aparte.

-         Tú y tus ideas...-.

Entonces, sin más que decir cogí mi bolso y me preparé para salir de la habitación seguida de Brenda, pero el sonido de mi móvil me obligó a pararme y contestar a aquella llamada que me estaban haciendo.

Era mi madre.

- Hola mamá - le dije -.

Ella no me contestó, pero lo que sí escuché fue como ella no paraba de llorar desesperadamente, incluso Brenda lo oyó por lo fuerte que estaba llorando.

- ¿Está bien? - me preguntó mi amiga -.

- No lo sé - le dije en un susurro -.

Mi madre recuperó la compostura y habló, por fin.

- Ally...tu padre...ha...muerto - dijo para después ponerse otra vez a llorar -.

Al escuchar eso, mi vida se derrumbó bruscamente y me caí al suelo, pero no me caí del todo, pues me sujeté al marco de la puerta para que la caída fuera más leve.

Mi padre había muerto, la persona que más amaba en este mundo, quien me dio la vida aparte de mi madre, el que me ayudó en todo lo que le pedía, quien me dio apoyo cuando más lo necesitaba, quien me defendió cuando nadie más lo hacía.

Mi superhéroe, había muerto y yo morí con él en ese mismo instante.

Menos mal que tenía a Brenda y me abrazó para devolverme la compostura, pero no lo consiguió del todo porque volví a derrumbarme en sus brazos.

En aquel instante lo que hice fue apagar la llamada y ponerme a llorar, en menos de dos meses la vida me había ido dando unas piedras muy difíciles de escalar...pero esta que me han puesto ahora...esta no la puedo escalar...no soy lo suficientemente humana como para escalarla.

Ahora nada tenía sentido, mi vida se había ido a la mierda y las únicas personas que me quedaban eran mi madre y Brenda, nadie más todo el mundo me había dejado o más bien se fueron para no volver.

- Tranquila, Ally, yo siempre estaré aquí para ti - me dijo mi amiga lloriqueando -.

- Lo sé - le dije abrazándola aún más -.

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Después de haber estado casi toda la tarde llorando, por fin me armé de valor para volver a llamar a mi madre.

- Hola mamá, siento haberte colgado antes, pero necesitaba asimilar las cosas -.

- Tranquila, mi niña, no pasa nada, yo hubiera hecho lo mismo -.

- ¿Haréis algún funeral? - le pregunté -.

Tardó bastante en responderme, ya que a lo mejor no habían preparado nada, conociendo a mi madre.

- Sí, lo haremos dentro de dos días, tus abuelos me han estado ayudando en todo lo que han podido -.

- Vale, allí estaré y una otra cosa mamá -.

- ¿Sí, hija? -.

- ¿De qué murió? -.

- Ha muerto de un ictus, según los doctores, un vaso sanguíneo que lleva la sangre al cerebro se coaguló, e hizo que el cerebro no recibiera todo lo que necesitaba para funcionar, por lo que no pudieron hacer nada, además de que si se lo hubieran detectado antes podría haber vivido un poco más, pero eso no fue posible, llegamos demasiado tarde -.

No sabía qué decir ni que hacer, estaba tan pálida que tenía hasta frío, con lo que colgué después de despedirme y me senté en la cama donde nada más sentarme solté todo lo que me faltaba por soltar.

Todo el dolor que me quedaba lo solté en aquel instante, estaba seca de tanto llorar, con lo que las lágrimas no fluían, solo fluían los llantos y los quejidos dolorosos de mi corazón, amenazando con romperse en mil pedazos para no poder volver a reconstruirse nunca más.

Estaba rota y muerta internamente.

Pero sí que tenía una cosa clara en este momento y era que aunque estuviese rota, iba a aparecer en el entierro de mi padre, porque más allá del dolor quedaban los recuerdos de él y mis experiencias que pasé junto a mi padre y por más que doliera estaría allí por él y nadie más, porque mi padre lo fue todo para mí y simplemente se merece lo mejor.

No le decepcionaré.

Llegaré allí.

Lloraré por él.

Y después recordaré todo lo que pasamos juntos para no olvidarlo jamás y saber que siempre quedaran los recuerdos y que eso es lo que siempre nos queda de una persona y que aunque la perdamos, los recuerdos harán que aunque esa persona ya no esté en vida, permanecerá en tu corazón para que nunca la olvides.

Así que decidida cogí las llaves y fui a mi coche para cogerlo e ir a mi pueblo natal, donde iré a la casa de mi madre y la acompañaré para darle un último adiós a mi padre.

Mi guerrero.

Viviendo Con Mi Crush (AUTOCONCLUSIVA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora