Capítulo 10.

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Hoy es mi cumpleaños y quiero darle la bienvenida a mis 20 años con este capítulo. 🥰
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El día de partir a Japón llego, y Jaken estaba esperando a Rin y a las gemelas, aunque no lo dijera  estaba emocionado, después de casi 4 años la vería de nuevo y conocería aquellas bebés que su amo y ella concibieron.

—¡Señor Jaken! — escucho aquella voz, cuando quizo reaccionar la castaña ya lo estaba abrazando— Lo extrañe mucho señor Jaken— dijo en un susurro.

—¡Niña ya suéltame! — exclamó.

Luchaba para soltarse, pero la castaña lo apretaba más. Apesar de que ni Towa ni Setsuna conocían a Jaken, este les transmitía confianza.

—Miren niñas, él es el señor Jaken, su abuelo.

Abuelo, esa palabra se clavo en el corazón de Jaken y solo pudo sonreir.

—Yo soy el abuelo Jaken y las cuidare cuando mamá y papá estén trabajando.

Las niñas sonrieron y Jaken les pidió a las 3 subir al avión, lo que las niñas no sabían es que ya no iban a regresar a Londres, se quedarían en Japón para siempre.

Antes de subir, Rin miro por última vez aquel país que la recibió por casi 4 años.

—¿Y papá por qué no vino? —preguntó Towa.

—Por que… —no sabía que contestarle — Por que esta resolvieron algunos problemas — contesto nervioso.

Rin medio cerró los ojos, sabía que algo ocultaba, por suerte las niñas ya no preguntaron nada.

—Por cierto Rin, Ah y Uh te esperan —.

—¿Ah y Uh? —preguntaron las gemelas al mismo tiempo.

—Ah y Uh son mis perros doberman — les dijo.

Esperaba que aquellos cachorros se acordarán de ella, cuando se fue no pudo llevarlos con ella.

Mientras el vuelo seguía su curso ella seguía pensando en las palabras de Kohaku antes de marcharse, su relación se terminó y eso la ponía triste un poco.
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Dos días antes.

Ambos castaños estaban cenando, Kohaku tenía que decirle algo importante y sobre todo quería pedirle que fuera muy feliz.

Se quedo mirándola por unos minutos, ella al notar que la miraba le sonrió.

—"es hermosa, la amo tanto." —pensó con tristeza.

—Rin — la llamo y su mano se posó sobre su mellija.

—¿Qué pasa cariño? Te noto rato— puso su mano sobre la de él.

—Eres hermosa, tu mirada se mira más tierna, solo quiero que sepas que te amo tanto, eres la mujer que yo estaba esperando —le confesó mientra su voz se entrecortaba— La mujer que estaba esperando y a la que hoy le digo adiós — le confesó.

—Kohaku… —su corazón  dolía —¿Por qué me dices eso? —preguntó mientras sus ojitos se llenaban de lágrimas.

—Me llego una nueva oportunidad de trabajo en Italia y sería muy egoísta de mi parte pedirte que se vallan conmigo— empezó a decír — sé que mañana se marchan pasado mañana y yo quiero que seas feliz.

—¿Aceptaste la propuesta? — preguntó.

Él contesto que si, qué se iría un día después que ellas, le pidió que fuera feliz, que le diera otra oportunidad a Sesshomaru.

—Kohaku, yo no voy a regresar con él — dijo llorando —, ¿entonces este es el adiós?

—Si preciosa, este es el adiós, te amo y quiero que consigas la felicidad— se acercó a sus labios y la beso por última vez.

—Te deseo mucha suerte, eres un hombre grandioso. Las niñas te extrañaran—.

—Quiero despedirme de ellas antes de que se vallan.

Rin dijo que si, no terminaron la cena cuando Kohaku pidió la cuenta y se la llevo a su casa. Allí la hizo suya por última vez.

Al día siguiente llego la hora de despedirse de las niñas, ellas lloraron y le pidieron que no las abandonará. Kohaku les prometió que todos los días las llamaría.

Se despidió de Rin, pero antes de irse le dio un anillo de promesa.

—Con este anillo prometo que siempre estaré para ti, en algún lugar del mundo mi corazón estará esperando por ti.

Le dio un beso en la frente y se dio la vuelta para irse.
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Rin tocaba el anillo y se prometió que siempre lo tendrá puesto.

Las horas de vuelo se terminaron y cuando aterrizaron, ahí, frente a ellas estaban los padres de Rin. No esperaron a que ella estuviera frente a ellos, simplemente corrieron hacía ellas.

—Mi niña te extrañe tanto — decía Hana llorando.

—Yo también los extrañe mami, perdónenme por irme sin despedirme—.

—No te preocupes hija— dijo su padre— Bienvenida a casa, mejor dicho bienvenidas a casa — dijo viendo en dirección a las pequeñas.

—Son hermosas, se parecen a su madre — dijo Hana mientras se ponía a la misma estatura de ellas—. Tú debes de ser Towa — le dijo a la peli plata.

—Y tú debes de ser Setsuna — dijo su abuelo.

—¿Son nuestros abuelos? —preguntó Setsuna.

Ambos asintieron a su pregunta, pero se dieron cuenta que Towa volteaba a todas partes.

—¿Qué pasa pequeña? —preguntó su abuelo.

—Este… ¿Dónde está papá? — preguntó juntando sus manitas.

—Tu padre las vera en la noche, esta resolvieron un problema — dijo una voz femenina.

Al voltear se toparon con una mujer alta y cabello plateado.

—Señora Irasue— hablo Rin—, niñas ella es la abuela Irasue, madre de su padre.

Irasue de acercó a ella y le dio un beso en su mejilla, la quedó viendo por un momento y se dio cuenta que sus ojos tenían un brillo, ese brillo se parecía al que tenia cuando estaba embarazada de sus nietos y su vista bajo hacía su mano donde se dio cuenta que tenia un anillo.

—Buenas tardes abuelita — dijeron ambas niñas mientras hacían una reverencia.

Irasue las saludo y les entrego una pequeña cajita a cada una, eran unos brazaletes de oro con una media luna.

—Estos brazaletes se los debí de entregar cuando nacieron pero desafortunadamente no estaban aquí, con estos brazaletes se les da la bienvenida al clan Taisho— les dijo.

Los padres de Rin las invitaron a ir a su casa a descansar, tenían que ponerse al corriente con todas las cosas que pasaron después de que ella se fuera. Irasue le dijo que a las 9 Jaken las recogerían.
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No prometo nada, pero alomejor el domingo sale el próximo capítulo.

El sábado de plano no se podrá pues tengo la última práctica del semestre.

¿Otra oportunidad? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora