Capítulo 16

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Abby ya estaba en su habitación, nunca se imagino que Sesshomaru iría a su casa para conocer a su hijo, aunque a ella la evitó todo el tiempo estaba satisfecha, cuando el niño lo estaba abrazando y sin que él se diera cuenta les tomo una fotografía. Sonrió con maldad a la mañana siguiente haría su última travesura antes de irse para siempre.

[...]

Sesshomaru iba entrando a su casa, seguía impactado por lo que acababa de ocurrir, lo único que le pregunto a Abby fue su edad.

-Tiene la misma edad que tus hijas, solo es 6 meses menor que ellas - contestó con los brazos cruzados.

La voz de Rin lo saco de sus pensamientos.

-Llegaste - escuchó la dulce voz de Rin detrás de él - ¿Dónde estabas? -preguntó con un puchero.

-¿Qué haces aquí Rin? Ya deberías de estar descansando - se acercó un poco a ella.

-Lo sé, pero estaba preocupada por ti, saliste algo nervioso de aquí - contestó juntando sus manitas.

-Estaba solucionando un problema preciosa. Ven ya es hora de que descanses -.

Sin que Rin se lo esperara la cargo y la llevo hasta su habitación, esa era la única manera en la que él podía tocarla.
Cuando llegó a su habitación de ella la coloco suavemente sobre su cama.

-Rin, preciosa... quiero volver a conquistarte, quiero que vuelvas hacer mi novia, mi esposa, mi mujer - decía mientras acercaba a su rostro a ella -. Deseo que vuelvas a confiar en mi, yo te prometo que lo sucedido nunca volverá a suceder -prometió.

Mientras Rin lo escuchaba un nudo se formaba en su garganta, ella intentaba perdonarlo y darle una oportunidad y tal vez lo primero ya lo tenía, pero su confianza es algo que nunca podría volver a darle.

-Quiero enamorarte nuevamente, pero ahora tengo que solucionar aquel problema, para que no sea un problema en nuestro futuro mi amor, te amo Rin.

-Sesshomaru yo... -no la dejo terminar.

-No me contestes ahora- puso su dedo índice en sus pequeños labios-. Cuando arregle el problema te contaré todo.

Se apartó de ella y la tapó con las sábanas, le dio un beso en su frente y salió de la habitación dejando a Rin confundida.

-¿A qué se refiere con ese "problema"? -susurro.

No pensó más en aquello y prefirió dormir, desde que regreso a Japón esa era la primera vez que dormía con una sonrisa.

A la mañana siguiente Rin se despertó temprano para preparar el desayuno y desayunar con Sesshomaru, también tenía que ir por sus pequeñas, media hora después Sesshomaru apareció.

-Buenos días Sesshomaru - saludo con su característica sonrisa -.

-Buenos días princesa - se acercóa ella para darle su beso en la frente - ¿harás algo hoy? - preguntó.

-El desayuno ya esta listo siéntate- pidió-, si, iré por las niñas a la casa de Kagome e Inuyasha y después iré a la casa de mis papás con Ah y Uh, necesitan un paseo - dijo-. ¿Y tú harás algo?

-Si, antes de ir a la oficina me reuniré con un cliente a las 10:30 -mintió -. Tratare de llegar más temprano para estar con ustedes, ¿te apetece ir a cenar algún lado? -.

Los ojos de Rin se iluminaron, aceptó la propuesta y Sesshomaru le dijo que a las 9 pm se irían los 4 a cenar.

Terminaron de cenar y se fueron a lavar los dientes, Sesshomaru llevaría a Rin la casa de Kagome e Inuyasha por sus hijas, las niñas al verlo se emocionaron y corrieron hacía él.

-¡Papi! - Lo abrazaron -.

-Se divirtieron - preguntó contento.

Las niñas dijeron que si, Rin agradeció que las hayan cuidado y Kagome contesto que no había problema, la pareja se despidió de Rin y Sesshomaru.

-Te llevaré a la casa de tus padres, yo iré a reunirme con el cliente -le dijo.

Rin asintió. Diez minutos después ya estaban en la casa de los padres de ella, las niñas se despidieron de él.

-Nos vemos más tarde papi -dijo Setsuna.

-Adiós, nos vemos para cenar - se acercó a él y le dio un beso en la majilla.

Sesshomaru fue rápido y antes de que se separar de él, él le tomo el rostro y le dio un beso en los labios.

-Adiós - susurro cuando se separaron.

Las vio entrar a la casa y fue hacía donde estaba Kagura, cuando llego ella ya lo estaba esperando, tenía una bata blanca y su cabello estaba recogido con una coleta alta, en sus manos tenía un sobre.

¿Otra oportunidad? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora