Capítulo 7.

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En la habitación principal, ambos castaños estaban terminando de tener su encuentro. Internamente Rin agradecía que su DIU siguiera funcionando, pues no tienen que preocuparse por la falta de condón… o eso creía.

En el jardín Sesshomaru jugaba con sus pequeñas, disfrutando de los últimos momentos con ellas, pues Jaken le marcó diciéndole que lo necesitaba en Japón.

—¿Y cuándo iremos nosotras a Japón, papi? —preguntó Towa.
—Cuándo tu madre me permita llevarlas, pero les prometo que pronto conocerán a sus abuelos.

Siguieron jugando hasta que Sesshomaru vio como Rin despedía a Kohaku y ella se iba para la cocina.
Rin se dedico a preparar la comida, pensando en lo que su novio le había dicho, ¿regresar con Sesshomaru? ¡No! Definitivamente no, no quería volverse a humillar con promesas vacías. No se dio cuenta en que momento, pero él ya estaba detrás suyo.

—¿Ya terminaste? — dijo ronco mientras la tomaba por la cintura.
—No, no he terminado— se soltó de su agarre —y no me vuelvas a tocar, que no se te olvide que tengo pareja, que no se te olvide que yo si se respetar.

Eso provocó triste en Sesshomaru y el remordimiento llegó nuevamente a él.

—Me da coraje que otro si se pueda tener y no yo, que soy tu esposo—le dijo.
—¿Y tú como crees que me sentí cuando escuché que le decías a Abby "te voy a dar duro"? — le recordó con lágrimas en los ojos.
—Fue un error acostarme con ella, fue un error haber fallado a nuestras promesas
—No Sesshomaru, tu infidelidad no fue un "error" fue una decisión que tú tomaste —.

El corazón de Sesshomaru se rompió, ella tenía razón, no la merecía, ni a ella ni a sus hijas. Lo mejor sería dejarlas ir.

—Sesshomaru —lo llamó — Quiero divorciarme para poder rehacer mi vida con Kohaku, quiero casarme con él y tener hijos— eso último era mentira, pues después de lo sucedido, esa inseguridad se quedó en ella, ya no deseaba más hijos que Towa y Setsuna, con ellas era suficiente.
—Esta bien Rin, te daré el divorcio— volvió a confirmar con un nudoen la garganta—. Mañana partiré a Japón, me necesitan en la empresa y también para apresurar el divorcio— le hizo saber.
—Entiendo— suspiró y regresó su mirada hacia la comida — terminaré de hacer esto y los llamaré para comer.

Sesshomaru salió de la cocina para regresar con sus pequeñas. Cuando Rin terminó la comida los llamo para comer, las niñas no lo notaban pero la incomodidad entre sus padres era fuerte.

—¿Entonces mañana nos irás a recoger a la escuela papi? — preguntó Setsuna.
Sesshomaru abrió los ojos, se había olvidado de su promesa, Rin al verlo nervioso decido apoyarlo.
—No mis niñas, no podrá por que lo llamaron de emergencia y tiene que regresar a Japón— las niñas bajaron la mirada y sus ojitos se llenaron de lágrimas.
—¿Y cuándo volverás? —preguntó Towa.
—Regresaré el fin de semana, pero no se preocupen les llamaré por teléfono todas las noches—les prometió.

Cuando acabaron de comer, Sesshomaru les propuso salir a la calle, quería pasar tiempo con su familia, ya le había pedido a Jaken que empezará con los trámites de divorcio.
Las niñas estaban tristes por que su papá se iba de nuevo, apenas llevaban 2 días con él, deseaban que viviera con ellas.

La noche llegó y ambos padres taparon los cuerpos de sus pequeñas, no sin antes decirles lo mucho que las amaban. Las niñas reían con los besos y cosquillas que sus padres les hacían, las niñas se quedaron dormidas por el dulce canto de mamá.

Salieron de la habitación y fueron a la cocina, Rin tenía algo que enseñarle a Sesshomaru.

—¿Y esto? —preguntó mientras tomaba un álbum de fotografías.
—Supongo que quieres ver como eran de bebés— contestó.

Sesshomaru abrió el álbum y ahí estaban ellas, habían fotos de cuando nacieron, Towa cubierta por una cobija azul y Setsuna con una cobija morada. Sesshomaru veía encantado las fotos de sus pequeñas, lamentándose no estar con ellas y de no haber disfrutado de esos momentos.

—¿Puedo llevarme esta? — preguntó.
Rin vio la foto eran ellas 3, era una foto de minitos después de que las gemelas nacieran, Rin estaba en medio con Setsuna a su izquierda y Towa a la derecha.
—Si, es tuya— respondió con una sonrisa.
—Gracias— dijo— quería pedirte perdón por lo de la tarde.
—No te preocupes, olvida eso — ella no quería tocar ese tema.
—Quiero que me perdones por lo de hace 3 años.
—Te perdono Sesshomaru, pero solo eso, yo no podré regresar contigo.
—Si lo intentamos se que podremos ser felices de nuevo.
—No Sesshomaru — dijo mientras tocaba su mejilla — Te amo —le confesó— pero ya estoy rehaciendo mi vida, a las niñas las podrás ver cuando quieras, incluso cuando las vacaciones lleguen, las podrás llevar a Japón—.
—Rin… —no se pudo resistir y le beso los labios.

Rin estaba dudando si corresponderle, pero al final lo hizo, con esto ella se estaba despidiendo de él.
El beso ganó intensidad, Sesshomaru la cargo y la llevó hasta la habitación que él estaba ocupado, penando que la haría de nuevo suya.

—No Sesshomaru —lo paro Rin — descansa mañana tiene que viajar temprano—. Dijo para salir de la habitación.

Rin corrió hacia su cuarto, estaba por cometer una tontería, su intimidad estaba húmeda que se tuvo que satisfacer ella sola.

Al día siguiente las niñas y ella lo estaban despidiendo, las niñas lloraban y eso rompía el corazón del Sesshomaru.

—Prometo llamarlas — dijo mientras las abrazaba —cuida de ellas, por favor —le pidió a Rin para despues darle un beso en los labios— Adiós.

Con esa última palabra el peliplata se despido de su familia, para regresar a Japón.

¿Otra oportunidad? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora