Capítulo 18

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Penúltimo capitulo de esta historia.

Sesshomaru sabía que tenía que decirle la verdad a Rin antes de que Abby se le adelantará.

[...]

Rin.

Después de pedirles a mis papás que cuidaran de mis hijas me fui hacía mi "casa" a esperar a Sesshomaru para que me explicara lo que estaba pasando.

Mis ojos ya estaban hinchados de tanto llorar, me negaba a creer que él tuviera un hijo precisamente con ella... la odiaba tanto.

Cuando la conocí le ofrecí mi sincera amistad, ella decía ser una amiga sincera, la apoye en sus peores momentos y ella me pago con una traición.

Treinta minutos después escuche la puerta principal abrirse anunciando que Sesshomaru había llegado, yo estaba sentada en uno de los sillones de la sala, cuando noto mi presencia se acercó a mi, pero al ver mis ojos rojos e hinchados me pregunto que qué me pasaba.

—Sesshomaru dime la verdad — no iba andar con rodeos.

Lo vi arrugar la frente: —¿Qué verdad? — cuestionó.

Le entregue mi celular mostrándole la foto de él y el infante. Pude ver que sus ojos se abrieron, después me miró incrédulo y comprendí que era verdad.

—¿Cómo conseguiste esto?

—¿Sabes quien me la mando? —pregunté con ironía —. ¡FUE TU AMANTE SESSHOMARU Y ME DIJO QUE TENÍAN UN HIJO! — le dije llorando.

—Rin calmate — me dijo

Intentó tocarme pero mi mente me jugo sucio y me llevo a 4 años atrás, donde me enteré de su traición.

—¡Eres un mentiroso! ¡¿Cómo pudiste hacerme esto?! — reproche — ¡Otra vez Sesshomaru, otra vez me volviste a engañar!

—¡No Rin! — exclamó —, yo pensaba decirte todo para que cuando regresaramos no hubiera ningún secreto — confesó.

—Entonces si es tu hijo — mi pecho dolió —¡¿Y tú crees que después esto yo pienso regresar contigo?! —

Sesshomaru se acercó a mi para abrazarme, intente soltarme de su agarré pero el me abrazo con más fuerza.

—Perdóname por favor — susurro —. Yo te lo iba a decir todo, apenas hoy me llegaron los resultados de ADN, hoy comprobé que Kiyoshi es mi hijo.

Kiyoshi, así que ese es el nombre de ese pequeño.

—Yo si quería volver a intentarlo Sesshomaru—, por fin me solté de su abrazo —. Me costó trabajo aceptar que me fuiste infiel, pero creí que saldríamos adelante, pero con esto no lo puedo dejar pasar. Ese niño no tiene la culpa de nada, él es un angelito que no se merece que tú le dijeras "problema".

Si regresaba con él estoy segura de que iba a sufrir toda la vida.

Ya estoy cansanda y estoy segura de que él también ya está cansado.

[...]

Sesshomaru

Verla así, decepcionada de mi me hizo ver la gran mujer que tenía a mi lado y la deje ir.

—Si me quedó a tu lado estoy segura de que nada será igual, yo ya no confío en ti —. Dijo llorando

Esa última oración me rompió.

—Ya estoy harta de llorar, de sufrir por alguien que no supo valorarme, por alguien que no supo mantener sus promesas y no respetar a su mujer —.

Ella tenía razón, yo no era merecedor de sus lágrimas, ni de sus sonrisas.

—Yo quería que estuviéramos juntos para formar la familia que queríamos, pero yo no puedo estar al lado de alguien que ya me hizo sufrir mucho —.

Supe hacía donde iban sus palabras, finalmente la había perdido.

—¿Qué quieres decir? —

—Es bastante obvio, tú y yo ya no volveremos a tener ninguna relación sentimental. Esto ya se fue a la mierda Sesshomaru —. La escuche suspirar —. Te lo prometi antes de irme de Japón, tú podrás ver a las niñas cuando quieras, no te voy a impedir que las visites, ya te perdiste muchas etapas importes de ellas — se limpio las lágrimas y se levantó del sofá.

La vi subir hacía arriba y minutos después la vi bajando con sus maletas, aunque quise detenerla no lo hice, ya no iba a permitir que sufriera por mi causa.

—Adiós Sesshomaru — susurro.

Algo en mi me hizo levantarme del sofá e ir tras ella y antes de que abriera la puerta la gire para que viera por última vez sus hermosos ojos.

—Perdomane por todo el daño que te hice Rin, sé que mis palabras no limpiaran lo que te hice, pero siempre velare por las tres, te amaré hasta el final de mis días —dije mientras unía mi frente a la suya —. Te mereces algo mejor, a un hombre que te dé aquello que no te pude dar.

Sin esperar a que me correspondiera uní mis labios a los de ella, quería besarla por última vez para mi sorpresa ella me correspondió.

—Adiós preciosa — La solté finalmente y la vi marcharse.

Esto es lo mejor para ambos..

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