Capítulo 16

24 10 29
                                    

— ¿Hola...? — hablé al aire, pues allí no había nadie.

Me dirigí a la manta que había en el piso, y tomé mi lugar, me recosté en el suelo y saqué de mi bolsillo una caja de cigarrillos, prendí uno e di varias caladas, cuando una voz interrumpió mi momento de paz en solitario.

— ¿Por qué fumas? ¿Desde cuando lo haces y por qué no se te acaban los cigarros de una vez por todas? — la escuché detrás de mí.

Tenía los ojos cerrados no hacía falta abrirlos para saber quién era. Esa voz suave y en tono bajo era inconfundible.

— Estrés. Lo hago desde que mi padre se volvió un completo extraño y me mantengo haciendo mis propios trabajos. Y vine preparado para todo un semestre. Aunque no lo creas soy muy bueno en mates — me encogí de hombros.

— Vale ¿Cómo estás?

— ¿Yo? Perfectamente. Lo importante de todo esto es ¿cuál es el significado de esperarte?

— Lo siento se mi hizo tarde, estaba leyendo en mi cuarto.

— ¿Tu lees? Vaya pérdida de tiempo.

— Pero si tú también lees, idiota — y ahí empezaron los insultos.

— Yo leo, como toda persona que haya pasado por la escuela, claro. Pero no creo que lo que yo lea le pueda gustar a alguien como tú.

— ¿Alguien como yo? — Caminó hasta llegar a mi lado y se sentó, me miró con cara de fastidio — ¿A que te refieres con eso?

— No sé.

— A ver, dime porque lees tú.

— Yo pues... No lo sé, me gustan las historias de ficción. Me he leído Harry Potter tres veces. ¿Y tu?

— Me encanta Harry Potter, el libro que más me gusta es el de las reliquias de la…

— Eso no, tonta. ¿Por qué te gusta leer?

— Ahh… — soltó una pequeña risita mientras se llevaba su mano detrás de la cabeza —  antes odiaba leer, ¿sabes?

— ¿Qué? eso es imposible — ella bajó la vista con una sonrisa de nostalgia, — Entonces, ¿por qué lo haces ahora?

— Me di cuenta de que leyendo podía vivir vidas que no eran la mierda que tenía yo en la mía. Podía evadir la realidad y recrear en mi cabeza la de alguien más.

— Vale, hoy estás inspirada —le respondí, sabiendo a que se refería. Pero no quería recordarle nada para que esto no se convirtiera en un mar de lágrimas. La miré y estaba con una sonrisa de lado a lado.

— Me alegra haberte conocido, ¿lo sabes? —me cogió la mano y la dejó encima de su muslo derecho.

— ¿A qué viene eso ahora?

— No lo sé, simplemente quería que lo supieras —metió la mano lentamente en su bolsillo y sacó algo brillante de este. Lo guardó dentro de su mano y no pude ver que era — cierra los ojos.

— No — negué con la cabeza.

— ¡Cierra los ojos! — me dijo como si fuese una niña.

— No puedo permitir que te tires por el barranco cuando no te esté vigilando, eres muy joven todavía —dije, con  intención de sacarle una sonrisa y parece que mi plan salió a la perfección. Bueno casi a la perfección, porque en mis planes no estaba previsto el golpe que me dio en el hombro.

— Solo hazlo, tonto.

— Vale —cerré mis ojos lentamente y sentí como levantó mi mano y algo frío tocó mi muñeca. Además de eso puso algo en mi mano, algo pequeño, y luego la cerró.

Solo tú y yo [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora