Solo tú y yo [FINALIZADA]

Capítulo 27

Una semana después

Lucía

Mañana son los exámenes y no creo que los vaya a aprobar. En estos días he estado pensando en todo lo que pasó, en esta misma habitación, con la única persona a la que no quería hacer daño. Al final, me he dado cuenta que todo me sale mal.

Cuando vi a Dylan la primera vez, me dieron ganas de hablarle y ¿qué hice? Fui y me chivé al profesor. Cuando él confió en mí y me lo contó todo de él, yo le oculté cosas y pasó lo único que no quería que nos pasara.

Y cuando por fin volvió a confiar en mí y decidió olvidar lo que había pasado voy y, nuevamente, le hago creer algo que no es cierto.

Soy la peor persona que existe en el mundo. No es por celos, ni nada por el estilo, es solo que soy un desastre como novia.

Es oscuro, muy oscuro, debe de estar al amanecer, y aún tengo mi libreta, mis apuntes y los libros esparcidos sobre la cama. Debería estar estudiando pero estoy pensando en que hubiese pasado si no la hubiese cagado de esa forma.

Le doy un vistazo a Alice, está roncando con la boca abierta sobre la almohada, como si el examen no le preocupara como a mí.

Suspiró. Será mejor que comience a estudiar antes de que suene la alarma.

***

- Bueno, estudiantes, ¡buena suerte a todos! - nos dijo el profesor cuando terminó de repertir todos los exámenes.- Ya pueden empezar.

Todo el mundo dio la vuelta a las hojas. Empecé a leer las preguntas y ¡wow! está bastante fácil.

¡Gracias, Dios!

Una hora después, las mayoría habíamos acabado.

- Quedan tres minutos - avisó el profesor, mirando la hora en el reloj de pared del fondo del salón -. Cuando suene el timbre, todos deberán dejar el lápiz a un lado.

Suspiré, aliviada, estaba segura de que todo iría bien.

Miré hacia el frente, Dylan tenía la cabeza apoyada en una mano y jugaba con el lápiz con la otra.

Desde lo que pasó en la cafetería no me ha vuelto a mirar, ni siquiera por un accidente. Incluso he buscado el momento para hablarle, pero nunca es el ideal, siempre que lo veo está con la chica del auditorio o, simplemente, no lo veo.

La campana hizo que me sobresaltara. El profesor se levantó de su puesto cuando esta dejó de sonar. El hombre medio calvo, situado en la parte delantera del aula, se aclaró la garganta para después hablar:

- Bueno, chicos - el hombre juntó las manos frente a él -, por lo general, no todos han acabado el examen, así que, si necesitan más tiempo, deben saber que aún le quedan dos horas más.

- Yo voy a entregar ahora - Dylan alzó la mano y el profesor puso sus ojos en él.

Sin pensarlo mucho, yo también levanté mi mano.

- Yo igual - solté, como un impulso.

- ¡Vaya, la señorita Derricks y el señor Holland! - el profesor caminó hacia nosotros y recogió nuestros exámenes -. Parece que tenemos un par de prodigios en clase - comentó.

Varios chicos se rieron.

- ¿Ya puedo irme? - preguntó Dylan, sin gracia y sin ánimo.

- Claro - respondió enseguida -. Les recuerdo que en tres días sus calificaciones estarán listas y, junto con el resto de aprobados, recibirán sus títulos en una gala y estarán listos para salir al mundo laboral... si es que aprueban - murmuró lo último, guardando nuestros exámenes en un folder.