Capítulo 17

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— Buenos días — dijo una vez había abierto los ojos. La mire con los ojos entrecerrados, la luz del sol me molestaba en los ojos.

— ¿Qué haces despierta tan temprano? — le pregunté, en realidad no era tan tarde, era la primera vez en mi vida que me despertaba tan temprano por mí mismo.

— No lo sé, me levante con mucha energía — se levantó de su sillón rojo y se dirigió a la mesa donde había una bolsa de plástico y de ahí sacó el desayuno.

— Oh, desayuno a la cama — froté mis manos delante de mi pecho — sabes, eres la segunda mujer del mundo que hace esto conmigo.

— Ah...la segunda — dejo nuestro desayuno de nuevo en la mesa — ¿Y se puede saber quién fue la... mujer que lo hizo antes?

— ¿Estás celosa? — Me levanté de la cama y me acerqué a ella — sabes te ves linda cuando te pones celosa.

— Yo no estoy celosa — me paré en frente de ella — y sabes que, ahora estoy brava.

— ¿Y eso por qué?

— Estoy brava, no me hables.

— Vale, entonces voy a desayunar — en mi rostro se dibujó una sonrisa al ver que en realidad sí estaba celosa.

— Si no me consuelas no hay desayuno que valga — gritó, zapateando en el piso como si de una niña chiquita se tratase.

— Pero, me dijiste que no te hablara.

— Cuando una mujer te dice que no le hables, háblale a toda costa.

— Ves, por eso es que la palabra dramática ya no tiene significado.

— ¿Eh? — Lucía ladeo un poco su cabeza a forma de duda.

— Drama, es simplemente una palabra, porque ustedes las mujeres se robaron el significado.

— Eso, tú empeóralo diciéndome dramática — se cruzó de brazos.
Me acerqué a ella y la rodee con mis brazos ella me volteó la cara cuando me le acerqué y entonces le susurré al oído.— Julie

— Ah, ahora me dices el nombre de otra, que bien vas Dylan Holland.

— Ella fue la primera mujer que ha hecho eso, no tienes por qué ponerte celosa, ella fue quien me educó, y eso ya lo sabes — ella me miró y habló.

— Ya lo sabía, no tenías por qué darme explicaciones — ella cruzó sus brazos y puso cara arrugada, como un gato que estaba durmiendo y lo despiertas.

— Bueno, mira...— aclaré mi garganta, me pasé la lengua por el labio, precisamente donde estaba el piercing —en primera, no lo sabías y en segunda ¿Si no te tengo que dar explicaciones por qué te pones brava?

— Yo no estoy brava.

— Lucía por favor — le dije en un tono un poco desesperado para que ya dejara de hacerse la dura.

— Vale ya, lo dejo —me miró y se mordió el labio.

— ¿Qué? — esto ya iba por mal camino.
— No sé, ¿Qué quieres hacer? — Dijo, y la verdad ya sabía por dónde iba — algo rico.

— Ya sé...— dije sarcásticamente — quieres desayunar, yo igual.

— Dylan!!! —chilló de mala manera.

— ¿Qué pasa? — dije con una sonrisa en la cara.

— Nada, ya nada — volvió a cruzarse de brazos.

— No conocía esa faceta pervertida de ti — me levante con intención de coger el desayuno.

— Ya, ni yo — justo cuando iba a agarrar la bolsa con el desayuno, ella me agarró con sus brazos y me colocó en frente de ella, y luego pasó sus brazos por encima de mi cuello —Dylan Holland, me has pervertido luego de pasar un mes juntos.

— Lucía Derricks, que hallas descubierto un lado perverso a mi lado solo demuestra que soy un espejo y al fin te has reflejado.

— ¿Eh? — en serio me di cuenta que no entendió.

— Vamos a desayunar por favor — ella sonrió y me plantó un beso en mis labios.

Desayunamos juntos y luego nos fuimos a la habitación. Era sábado, no teníamos clase así que ella se quedó todo el día conmigo hasta que llegó Andrew y Matthew. Ellos de una mochila sacaron un Monopolio y empezamos a jugar. Al final ganó Matthew, creo que hizo trampa.

La noche llegó y luego de que me cambié le propuse a Lucía salir a comer.

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Capítulo muy cortito porque su escritor así lo quiso 🤧🧐

Solo tú y yo [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora