Lucía
— ¡Levántate, que tienes clases! — mi compañera de habitación me sacudió, yo me mantuve indiferente.
— ¡Alice, déjame en paz! — hablé sin mirarla —. Quiero estar sola y lo sabes, ¡no quiero ir a ningún sitio!
— Lucía, llevas en cama cinco días, no puedes seguir así — me regaña —. Si no fuera por tu hermano, que te trae comida, ¡ya estuvieras muerta!
— Pues es lo que debería hacer, ¡en este mundo ya no juego ningún papel! — mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas.
— ¿Sabes que…? Me cansé del idiota de Dylan. ¡Qué se joda! Hoy hay una fiesta fuera del campus: habrá cerveza, alcohol y muchos tíos buenos. Todo necesario para olvidar un tío — Alice hablaba como si nada de esto le importara, pero yo sabía que no era así. Desde que compartimos dormitorio, ella se ha esforzado para que nos llevemos bien.
— Alice, sabes que no estoy de humor para fiestas y…
— ¡No me importa! Hoy vamos a salir, te vas a ligar a alguien y verás que rápido se te olvida que Dylan existe.
— ¿Te das cuenta que me lo estas recordando justo ahora, no?
Tenía el pelo hecho un desastre y los ojos rojos e hinchados. No podía salir en esas condiciones, ni siquiera a abrir la puerta.
— ¿Sabes que te voy a convencer para ir, verdad? — ella se sentó a mi lado, llevó su mano a mi pelo y cogió un mechón en un puño — Vamos, vamos, vamos...
Y lo repitió mil veces más. Ahora sabía como se sentía Dylan cuando le suplicaba de esa forma y también lo insoportable que era. También sabía por eso que acabaría accediendo.
— ¡Esta bien! —chillé, saltando para sentarme en la cama —. Voy a ir, pero con dos condiciones — debía asegurarme de que no me iba a obligar a hacer nada que no quisiera —. La primera: no me busques ligues.
— ¡Entonces para qué vas a salir! — saltó ella —. La idea es que no pienses en él.
— ¿Quién te dijo que para olvidar a un chico hace falta a otro?
— Es lo típico: debes salir, emborracharte, ligarte a un tío buenísimo y, de un momento a otro, ¡tachan! ya te olvidaste del otro — me llevé la mano a la cara, negando a modo de desaprobación.
— ¡La vida no es un cliché! Ya te dije, o haces lo que yo diga o no voy a ningún lado — crucé los brazos.
— Vale, vale — ella se levantó de mi lado y continuó —: Bien y ¿cuál es la otra?
— No me dejes emborracharme, ¡tienes que prométemelo! — levanté mi dedo meñique hacia ella para que lo prometiera.
Alice correspondió al acto y aunque no dijo nada, selló la promesa entrelazando nuestros meñiques.
Ahora tenía mucho que hacer para poder ocultar mis ojeras y mi mal carácter...
***
— ¡Joder, Lucía, vámonos ya! — desde la puerta del baño, Alice se quejaba —. Llevas ahí dos horas y media. Por lo menos, déjame entrar y ver cómo vas.
Agarré el pomo de la puerta, le quite el seguro y abrí. Alice se quedó mirándome, asombrada, como si estuviera mirando un fantasma.
— ¿Por qué la prisa? Muévete. — le dije — ¡Reacciona!
— Lucía, si sales así yo seré tu sombra. Los chicos solo te mirarán a ti — Alice me recorrió de arriba a abajo, supongo que examinando mi cabello rizado, mi maquillaje, más llamativo que de costumbre, y mi vestido.
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Solo tú y yo [FINALIZADA]
Fiksi RemajaEn un internado, en las afueras de Madrid, Dylan Holland comienza los estudios de una carrera que no le gusta. Lucía Derricks quiere olvidarse del pasado oscuro que la asecha y concentrarse en sus estudios es lo único que puede hacer. Así es como...