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Era perfecto, simplemente perfecto.

El fin de semana de Chaewon fue un asco ya que estudio todos esos días con un humor de perros, y para mejorarlo, el lunes tendría que comenzar su castigo.

Debía de limpiar los grafittis de los casilleros y los baños de las instalaciones del instituto. Perfecto, era una maravilla. ¿Que más podía pedir?

Al llegar el lunes a la escuela saludó a sus amigas y pensó que el día podría mejorar cuando comió un rico cupcake de vainilla, pero obviamente no iba a ser así cuando la idiota de Huh Yunjin apareció en el pasillo, tomada de la mano de su novio.

Chaewon prácticamente rechinó los dientes al verlos pasar.

Yunjin vestía su uniforme de porrista y Jackson una camiseta sin mangas junto a un pantalón holgado, su cabello castaño claro combinaba bien con el cabello de Yunjin. Para la desgracia de la pelinegra, los dos lucían bien juntos.

— Fenómeno - se burló Yunjin al pasar junto a ella -. Perra - devolvió Chaewon, captando la pequeña sombra asesina que habían en los ojos miel.

Un chico de primero que salía corriendo a una clase, pasó junto a ellos y Jackson lo hizo caer. Yunjin comenzó a reírse de él, animando a los demás estudiantes del pasillo a burlarse.

El pequeño niño se hundió en sus hombros y salió corriendo, Chaewon suspiró. Parecía que cada año Yunjin empeoraba más.

— Cada año es más idiota - comentó Sakura a Chaewon, por un momento pensó que le había leído la mente.

Después de clases y de haber cumplido son su asqueroso castigo, decidió ir a la biblioteca.

Pensaba que en encontraría a la rubia allí, pero no fue así. Se sentó en la misma mesa de siempre, observando con decepción la mesa del fondo vacía. De alguna manera se sentía sola y terminó sin estudiar realmente, sólo mirando hacia el techo.

Fue hasta las estanterías y comenzó a buscar un libro, no tenía ni idea de cual quería encontrar pero sería alguno que le hiciera olvidar su asqueroso día. Terminó leyendo uno de Stephen King y prácticamente le ocupó toda la hora.

Al terminar, lo volvió a guardar y se llevó otro diferente. Fue hasta la pequeña sala de estar, en la biblioteca tenían una en la cual habían dos pequeños sillones de dos plazas, formando un cuadro al rededor de una mesita ratonera.

Se recostó en uno de los sillones, intentando leer su libro de biología, y los párpados comenzaron a parecerle pesados. Antes de darse cuenta, cayó dormida. Después de un rato comenzó a sentir como alguien acariciaba su rostro y apartaba un mechón de cabello de su frente cuidadosamente, teniendo despertarla, provocando de Chaewon arrugara la nariz.

Casi de inmediato, sintió la pérdida de la cálida mano en su rostro cuando esta se alejó rápidamente. Chaewon comenzó a parpadear y a restregarse los ojos, intentando quitarse el sueño. Escucho unos pasos apresurados y un golpe.

Al abrir los ojos y enfocarlos se encontró con Yunjin, quien estaba con los ojos abiertos y parecía haber tropezado sus piernas con el borde de la mesa y ahora se había caído, sentada.

Yunjin la contemplaba con una mezcla de horror y miedo. Sus mejillas estaban rojas pero muy pronto para su gusto, recuperó la mirada irritante que la caracterizaba.

— ¿Qué tanto miras? - preguntó levantándose y sacudiendo la falda, llevaba una chaqueta de cuero encima que cubría su cuerpo bajo el uniforme y a Chaewon le molestó saber a quien le pertenecía.

— La pregunta es, ¿qué haces tú aquí? - dijo muy a la defensiva y rascándose el cuello, había estado teniendo un lindo sueño hasta que se despertó.

Rivales ⊹ Purinz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora