REINO SUNKI*
—Eres una loca desquiciada. ¿Cómo pudiste hacer semejante cosa? Has condenado a Minho a morir irremediablemente —recriminaba Taemin a su hermana, con lágrimas en los ojos.
Sin embargo, Matilda no escuchaba nada más que sus propios pensamientos. Luchaba frenéticamente contra sí misma, incapaz de encontrar una salida a su desesperación. En su mente, la voz de la traición le susurraba, exacerbando su angustia. Se abalanzó contra Minho y comenzó a golpearlo por todo el cuerpo con puños cerrados. —Eres un mentiroso. Me hiciste creer que me amabas. Si no eres mío, no serás de nadie más. Tu estúpida poción seguramente es un engaño, un simple placebo que mi hermanito pagó al embustero alquimista.
Minho la tomó por la cintura y la apartó bruscamente. Ella cayó al suelo, hincada, y se puso a llorar desconsoladamente. —Tú no me amas, solo soy un capricho que no has podido conseguir —le espetó Minho, con molestia y dolor en sus palabras.
Los amigos compartieron el peso de la tragedia que se desplegaba ante ellos, pero no permitieron que la desesperanza los venciera. Sus palabras de aliento se volvieron más urgentes, rodearon a Minho con sus brazos en un intento de consolarlo. Con cada abrazo y cada palabra de consuelo, trataron de reconstruir la fe en su viaje y en la posibilidad de encontrar una solución al desastre provocado por Matilda.
Así, entre susurros de apoyo, los amigos intentaron mantener el optimismo. A pesar de saber que el camino hacia la montaña Armaghan era largo, estaban decididos a acompañarlo en su lucha. Estaban dispuestos a todo con tal de que Minho sobreviviera a la maldición del último dragón.
Onew fue el único que mostró un poco de compasión hacia Matilda. Con una mirada llena de preocupación, añadió: —Sabemos que estás pasando por un momento difícil, pero necesitas comprender que lo que hiciste no fue la solución. Hay otras formas de resolver tu conflicto. —Luego la abrazó en un intento de calmarla.
En medio de su desesperación, Matilda lanzó un grito cargado de rabia y frustración. —¡AHHHHHH! —Sus ojos se encendieron con ira mientras forcejeaba contra los brazos que la aprisionaban. Se sentía como si el mundo entero se desmoronara a su alrededor y solo ella pudiera verlo.
Kibum, con una mirada llena de preocupación, intervino. —Entendemos tu confusión y tu enfado, pero debes comprender que lo que hiciste no era la solución.
Mardig aleteó con fuerza, moviendo su cabeza en un giro completo, y comenzó a ulular. —HUH...HUH...HUH. ¡Nos han rodeado!... ¡Los Sunkis nos han rodeado!
Al escuchar las palabras del búho, todos voltearon en diferentes direcciones y se percataron de que efectivamente estaban rodeados por unos seres extraños. Eran hongos enormes, con ojos brillantes y extremidades.
—¡Es el Reino Sunki! —exclamó Onew.
—Si no lo dices, no me doy cuenta —añadió sarcásticamente Jonghyun.
—¡Shh, no empiecen con tonterías! ¡No ahora! —pidió Minho.
—¿Quiénes son ustedes y qué hacen en nuestro reino? —interrogó uno de los hongos que hablaba.
—Somos viajeros procedentes del Imperio Mitanyan. Solo estamos de paso y no queremos causar problemas. ¿Nos permitirían quedarnos a pasar la noche? Mañana temprano partiremos de su reino.
—Ustedes son humanos, y los humanos siempre mienten —mencionó el hongo con evidente molestia. Luego, dio indicaciones para apresar a todos, incluyendo al búho.
—Llévenlos hasta el caldero de la verdad —ordenó el hongo que parecía liderar al grupo. —Sí, señor. El caldo está en su punto, listo para ser servido.
Ninguno de los amigos opuso resistencia, intuyendo que hacerlo solo les traería más problemas que beneficios. Estos hongos seguramente eran soldados o guerreros, ya que portaban lanzas con las que les picaban la espalda a cada paso, forzándolos a caminar sin protestar.
Una hoguera ardía con intensidad, proyectando destellos danzantes que iluminaban los rostros angustiados de los ahora prisioneros. Al lado de la hoguera, se encontraba un enorme caldero humeante. Cada uno de los amigos mostraba confusión y temor en sus ojos, preguntándose cómo habían llegado a esa desesperada situación.
El líder del reino, un hongo anciano de aspecto severo, se alzó frente a ellos. Su mirada penetrante parecía escudriñar en lo más profundo de sus almas, buscando desesperadamente la verdad detrás de su presencia en Sunki. Exigió que cada uno de los amigos revelara su motivo y propósito para adentrarse en ese lugar sagrado.
Pero antes, ordenó a uno de los soldados que les dieran una cucharada del caldo que hervía en el caldero. Era una especie de sopa elaborada con hongos de la verdad. Al tomar un sorbo, no podrían mentir. Solo así se descubriría la verdad detrás de sus acciones en esas tierras.
El primero en romper el silencio fue Minho, tras tomar una cucharada del caldo. Con voz temblorosa, confesó que solo estaban de paso y que su destino final era la montaña Armaghan. Taemin siguió su ejemplo, confesando exactamente lo mismo. Después, Kibum, Jonghyun y Onew compartieron sus propias versiones. Sin embargo, todo cambió cuando Matilda dio su testimonio, complicando aún más la situación.
—Todo lo que ha dicho mi hermano Taemin es una mentira —declaró con firmeza. —Nos hizo creer en una farsa. Su objetivo real es conquistar a Minho, arrebatarme su amor. Taemin es un mentiroso; por eso, no quería que yo me uniera al viaje. Nada de lo que dice es verdad, señor Hongo. Por eso, tiré su poción; necesitaba confirmar que Minho no está enfermo. Todo fue parte de un plan entre Taemin y el alquimista...
Las acusaciones de Matilda fueron interrumpidas bruscamente por el búho Mardig, quien visiblemente molesto la interrumpió: —¿Cómo te atreves, humana tonta? No puedes difamar a mi señor Heechul. Él es un ser increíble, un gran sabio.
—Heechul... ¿El alquimista Heechul? —preguntó el líder de los Sunkis.
—Sí, ese es mi señor —respondió Mardig con orgullo.
—Conozco a Heechul; es un gran hechicero. Sin embargo, la última vez que estuvo en este reino, tenía una misión importante. ¿Qué ha sucedido desde entonces? —cuestionó nuevamente el líder.
—Él obedeció la orden del Dios Supremo Shin-Dong.
—¿Y estos humanos? ¿Tienen relación con esa orden?
—Parece que sí. Mi señor me envió con ellos para asistirles.
—¡Entonces ese chico es...! —¡Shhh! Guarde sus palabras, señor. Él no lo sabe —susurró Mardig al oído del anciano líder.
Ya no escuchan, han caído en un sueño profundo; el caldo de la verdad los ha sumido en el descanso. Despertarán al amanecer sin recordar nada de esto. Pueden seguir su camino, y espero que los dioses del universo se apiaden de ellos y les permitan alcanzar su destino. Ese chico enfrentará lo más terrible que pueda existir. Será una prueba muy dura, ojalá salga bien librado.
—Sin la poción, la transformación del chico comenzará mañana mismo, y se dará cuenta de que algo anda mal. Espero que lleguemos a tiempo —advirtió el búho.
CONTINUARÁ...
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EL ÚLTIMO DRAGÓN (2MIN)🌈
FanficEn el mundo fantástico de Mitanyan*, cuenta la leyenda que el Dios Sumeyeong vivía solo y aburrido. Lo único entretenido era escuchar cantar a los Gallos emperadores del cielo y la tierra, al amanecer y al anochecer. Sólo que eso no era suficiente p...