(17). EPÍLOGO

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 Una tarde soleada y serena, cuando los últimos rayos de sol se derramaban sobre el horizonte, un espíritu apareció en los sueños de Taemin. El dragón estaba en su guarida, contemplando el crepúsculo dorado, cuando una voz suave y etérea comenzó a susurrar en su mente.

— Taemin, hijo mío, ha llegado el momento de recordar tu pasado y comprender tu destino — resonó la voz de la Cocatriz*.

Taemin parpadeó, sorprendido y emocionado por la aparición de su madre. — ¡Madre!, ¿eres realmente tú?

La figura etérea de la Cocatriz* asintió con ternura. — Sí, querido hijo. He venido a ti desde el reino de los recuerdos perdidos para revelarte la verdad que has olvidado.

La mente de Taemin comenzó a llenarse de imágenes borrosas y fragmentos de recuerdos. Vio a un joven humano de cabellos oscuros y ojos grandes llamado Minho. Recordó cómo habían compartido risas y secretos, cómo se habían enamorado, los besos y caricias que se habían dado a la luz de la luna, y cómo se habían jurado amarse para toda la eternidad, construyendo un vínculo poderoso de amor.

— Minho — murmuró Taemin con melancolía, una chispa de reconocimiento brillando en sus ojos. Su corazón latió con gran fuerza.

La Cocatriz* continuó: — Tu padre, el dios Sumeyeong, tomó medidas drásticas para separarte de Minho. Sacrificó tus recuerdos de amor y felicidad para forjar en ti un ser poderoso, un dragón temible. Pero su poder no tenía derecho a interferir en tu destino.

El corazón de Taemin se agitó con una mezcla de emociones: enojo hacia su padre, anhelo por Minho y confusión por su verdadero propósito. — ¿Qué debo hacer ahora, madre?

La figura de la Cocatriz* brilló con intensidad, llenando la guarida del dragón con su radiante luz. — Ahora, hijo mío, los años han pasado para él, y Minho es un anciano. Pero el amor que compartieron aún perdura en el tejido del tiempo. Yo te ayudaré a restablecer ese vínculo perdido, para que puedan ser felices juntos en otra vida.

Con cada palabra de su madre, Taemin sentía que su determinación se fortalecía. Una nueva llama de esperanza ardió en su interior. — Gracias, madre. Haré lo que sea necesario para encontrar a Minho y recuperar lo que perdimos.

La figura de la Cocatriz* se desvaneció gradualmente, pero su voz persistió en la mente de Taemin. — Recuerda, hijo mío, que el amor es más poderoso que cualquier magia o destino. Atraviesa los desafíos que vendrán con valentía y amor en tu corazón. Te amo, hijo.

Con estas últimas palabras, la presencia de la Cocatriz* se esfumó por completo, dejando a Taemin solo en su guarida, pero lleno de una nueva determinación y propósito. Sabía que la búsqueda por su amor perdido, Minho, no sería fácil, pero estaba dispuesto a enfrentar todos los obstáculos para recuperar lo que les habían arrebatado injustamente.

Luego de que su madre desapareciera, una gran luz lo envolvió, sintiendo cómo era elevado. Una gran presión en su corazón se instaló. Primero experimentó miedo, luego una gran paz. Y finalmente, un inmenso y profundo amor que lo hizo dormir. Dormir para siempre. 

FIN.

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EL ÚLTIMO DRAGÓN (2MIN)🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora