Sábado.
Silvia estába apresurando al del taxi, iba un poco tarde al aeropuerto.
—¿Podría ir un poco más rápido? Por favor. —Le dijo al del taxi.
—Eso intento señorita, solo que hay mucho tráfico.
Había sido una mala idea no aceptar que el chófer de su padre la llevara al aeropuerto, talvez hubiera llegado más rápido.
Después de estar pensando en si llegaría al aeropuerto, por fin lo logró, salió corriendo a su vuelo, ya estában dando la última llamada cuando por fin logro subir.
Se instaló en asientos de primera clase, Silvia hubiera preferido ir en clase normal pero su padre fue el que le compró el boleto.—¿Algo de comer, señorita? —pregunto la azafata.
—Noo, muchas gracias, estoy bien. —Tomo sus audífonos y puso su playlist de canciones favoritas, para luego quedarse dormida.
Luego de 3 horas de viaje por fin había llegado a Los Angeles, se sentía un clima cálido y húmedo.
Silvia tomo sus maletas y pidió un taxi para dirigirse a su casa en Los Angeles, en una residencia privada.
—Bueno —baje mis maletas— hogar, dulce hogar.
Observaba una gran casa estilo francés moderno, con una hermosa puerta, y un majestuoso jardín lleno de rosas blancas y rojas. En la parte trasera tenía una piscina con fuente y un jacuzzi. No podía faltar un estacionamiento para muchos autos.
Entro a la casa y si, definitivamente toda la casa estába decorada estilo francés moderno, paredes blancas llenas de linda decoración elegante. Estaba llena de luz.
Se quedo hasta la noche acomodando su nueva habitación, se instaló y se quedó dormida.
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Domingo.
—Ya está todo listo señor, dejé los papeles del acuerdo con Global Radio en su despacho. —sonrío tímidamente.
—Muchas gracias Sara. —dijo Jorge y entro a su oficina.
—Ahora tendré que llamarle a mi padre para que por fin deje de joderme con el acuerdo con la famosa "Global Radio". —Saco su celular y llamo al número de su padre.
En la llamada:
—¿Sí?
—Hola papá.
— Ah. -suspira- ¿Que pasa ahora Jorge?
—Veo que no te alegra mucho escucharme. -ríe sarcástico-
—Estoy ocupado, que se te ofrece.
—Nada, solo para avisarte que ya tengo todo listo sobre el maldito contrato con Global Radio, haber si ya me dejas de presionar con eso.
—Excelente, espero que mañana manejes la situación como el gran jefe que por lo menos, espero que seas. —dijo con tono sarcástico.
—¿Sí? -enojado- Pues no me interesa lo que pienses y lo que quieras papá, adiós. -terminó la llamada.
No lo soporto.
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El sonido del claxon despertó rápidamente a Silvia, la mudanza había llegado junto con su amado carro descapotable color rojo.
Sería un largo día de desempacar.
Bajo a abrir la puerta para que entrarán con algunas cajas, ya que la casa ya estába instalada con muebles.
Cuando finalmente terminó de desempacar, almorzó algo ligero para luego tomar una espumosa ducha en la tina, necesitaba relajarse después del tan cansado trabajo que había tenido, mañana sería el gran día, mañana se incorporaría en la empresa como la nueva jefa, también firmaría el nuevo acuerdo con La Costeña, y estaba muy nerviosa.
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El deseo en tu mirada
Romance¿Se puede el rencor convertir en deseo? La única manera de comprobarlo es fácil, con tan solo verte a los ojos puedo notar el deseo en tú mirada. Quien iba pensar que su vida iba cambiar tan repentinamente, por la persona que menos quería ver en el...