Desde esa noche Mariana estaba muy atenta conmigo, yo me hacia como el que no quería la cosa, pero me encantaba salir con ella, me inventaba cualquier excusa para que ella accediera a acompañarme a todos lados. Sus nervios a veces hacian que ella se quedara callada durante nuestras conversaciones, eso me molestaba un poco porque se sentía como si estuviera hablando solo, aunque con el tiempo empecé a entenderla, me di cuenta que a veces podía ser muy parlanchina o muy callada, pero aun así mientras ella estaba hablando yo aprovechaba para mirarla detenidamente y me encantaba hacer eso.
Mientras ella hablaba de algo que le interesaba mucho yo la observaba perdido en sus hermosos labios, había un brillo especial en ella, a su al rededor todo se iluminaba cuando ella estaba hablando y su dulce voz me llevaba a otro lugar. Era fascinante como hablaba de temas con tanta profundidad y cualquier tema lo hacía totalmente interesante, no puedo mentir, mi atención era solo suya.
Mariana no era igual a nadie, tenia su propia manera de ser, sus gustos, su manera de hablar, sus malos hábitos y un sin fin de cosas más, que si me colocará a escribirlas no acabaría nunca. Y sostengo que era muy diferente, porqué todas las chicas que conocí alguna vez no tenían algo en particular como Mariana, pienso que lo que las hacía a todas iguales en gran parte, era su manera de pensar, y esa pequeña molestia que tenían todas de fijarse en lo superficial.
Al contrario Mariana veía las cosas desde otra perspectiva, y no digo que todas las chicas sean iguales, pero en lo personal cada una de las que conocí a excepción de Mariana, no tenían algo que las hiciera especiales entre el monton. La intensidad de Mariana y lo cansona que solía ser, también era una de las muchas razones que hacia que me gustara aun mas, pero en particular lo que mas me gustaba de ella, eran sus ganas de salir adelante, su forma de ver la vida a mi lado y todo lo bonito que hacia por mi.
Ella me mostró que puedo ser amado de la manera más bonita que puede existir y mi más grande regalo es que ella fue la persona que me amo así.
Mientras los días pasaban, Mariana y yo pasábamos mucho mas tiempo juntos, casi todos los días salíamos a algún lugar o llegábamos a la casa del otro un rato. Charlamos mucho, de cosas sin sentido, chistes, anécdotas raras o alguno que otro tema debatible, a esa mujer le encantaba discutir conmigo, que chiste, se colocaba roja de la ira cuando yo iba ganando.
También solíamos charlar de nuestro pasado, de nuestra infancia y nuestros sueños, esas platicas me hicieron conocerla de una manera más profunda y sentimental, la cuál no me esperaba conocer. Escucharla hablar de su niñez junto a su padre me llenaba de nostalgia, pero le brillaban los ojos cuando hablaba de él, se notaba que lo admiraba mucho como persona, y si, era un hombre increíble.
Ella iba a verme jugar con mis amigos, me causaba gracia como se emocionaba a pesar de que yo muy pocas veces hacia goles, ella estaba allí, apoyándome y gritando como loca, como si de un famoso se tratara. Me avergonzaba un poco con mis amigos pero me encantaba que hiciera eso, además, los molestos de mis amigos sabían que ella me estaba haciendo muy feliz, todos sabían que me gustaba Mariana, así que sus bromas no eran tan pesadas, algo de vez en cuando como de que Mariana me tenia amarrado o que estaba tragado de ella y cosas así.
Reír junto a ella me hacia la vida maravillosa, molestarla y hacerla enojar se volvió un pasatiempo para mí, mi favorito. La pasábamos muy bien juntos, tanto que parecíamos una pareja de enamorados, y aunque ella no lo supiera, lo éramos, éramos dos locos enamorados llenos de un amor inmenso que ninguno de los dos podía ocultar, a pesar de que yo lo estuviera haciendo y enserio me desgarraba el corazon hacerle eso.
Mariana era mi melodía favorita, su aroma se volvió mi preferido, sus lindos ojos se convirtieron en mi cielo, sus hermosos lunares en mis estrellas, sus rizos eran como suaves hilos que me enredaban entre sus brazos y su sonrisa, esa preciosa sonrisa se llevó mi corazón.
Ella fue todo aquello que jamás conocí, pero que siempre quise tener.
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La sonrisa de mariana
Romancedetrás de esa hermosa sonrisa había muchos traumas, inseguridades y cosas del pasado que nunca me contó; o lo hizo vagamente sin dar tantos detalles, pero conforme pasaban los días sentía que mi llegada a su vida había hecho que todos los líos que e...