La balanza de nuestro amor

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Y aquí estaba yo, atrapado en su sonrisa, en sus dulces labios, en sus suaves manos y en su preciosa mirada. La mejor mujer del mundo me había atrapado y estaba decidido a que por nada del mundo la dejaría ir. No queria perder a Mariana, me estaba esforzando para tenerla conmigo y que no se fuera de mi lado. Decidí soltarme poco a poco con ella y intentar volver a confiar, quería demostrarle que me importaba y que solo la veía a ella con ojos de amor.

Buscaba lo mejor para los dos, la forma en la que pudiéramos construir lentamente una relación estable, sana y llena de amor. Mi reto ahora era la confianza. Quería abrazarla, reír junto a ella, amarnos intensamente, pelear y enojarnos, lo que fuese aunque pequeño quería hacerlo con ella. Quería dejar el pasado atrás, corregir mis errores, vencer mis inseguridades, sin barreras ni excusas. Porque de alguna u otra manera sabia que Mariana merecía un buen amor, un amor que dejara la indecisión a un lado porque al final del día eso sería lo que podría separarnos.

Tenia que empezar a sacar todo lo que llevaba por dentro porque quería estar ahí, viéndola crecer y cumplir sus sueños. No iba a dejar que las dificultades me vencieran, porque aunque nunca se lo dije coincidir con Mariana ha sido de las mejores cosas que me han pasado. No estaba preparado para convertirme en un simple desconocido, no después de descubrir que podía amar y ser amado de tal manera. Ella estaba luchando por salvar nuestro amor y yo no tenia porque dejarla sola en eso, sabia lo cansador que estaba siendo para ella, porque el sentimiento era de parte de los dos y se que muchas veces ella sentía que probablemente a mi no me importaba.

Tal vez creía que en la balanza de nuestro amor toda la culpa y los errores entre nosotros iban directamente hacia ella cuando en realidad pensaba en darle el menor peso posible y darle lo que en realidad se merecía. Puede que no lo haya demostrado, pero lo sentía y me dolía comportarme de esa manera aún sabiendo que moría por estar con ella.

Tenía que empezar a corresponderle, era el momento, ella no tenía porque pensar que rogaba por un poco de mi amor cuando en realidad lo tenía todo y hasta de sobra, mi corazón era completamente suyo. Me puse en su lugar, saqué todo lo que tenía para dar y tome la desicion de simplemente hacerla feliz y darle todo lo que se merecía. Yo también lucharía por mantener su amor porque lo único que queria era estar con ella.

Desde entonces la invite a todas partes, con la simple excusa de verla y pasar tiempo con ella. La llevé a mis partidos y me encantaba verla mientras jugaba, y lo mucho que me apoyaba mientras estaba siendo todo un desastre. Reíamos mientras caminábamos juntos de vuelta a casa comiendo nos un rico helado y hablando de todo. Preparamos comida juntos y vimos muchas películas en su sofá. Creo que la mejor desicion que pude haber tomado fue la de pasar más tiempo con ella y dejarme llevar.

A su lado todo eran risas, cuentos raros y muchas, muchísimas anécdotas de Mariana, le encantaba hablar y a mi escucharla, aunque discutieramos todo el tiempo porque siempre me quedaba callado, pero no podía evitarlo estar ahí simplemente viéndola a los ojos era más grato para mí que ponerme a hablar. Estaba conociendo muchas cosas de ella que no había podido conocer y me encantaba eso.

Mientras más tiempo pasaba con Mariana creo que me enamoraba más de lo que ya estaba, siempre voy a decir que es una chica diferente, dulce, atenta, detallista y muy tierna. Ella ha sido la persona más pura que he conocido al rededor de tanta gente mala, ella es luz, la única persona que ha hecho brillar mi corazón de entre las sombras y la tristeza.

Mariana se lo merecía todo, y si el mundo tuviera un precio yo ahorraría toda mi vida sin descanso para comprárselo y que viviera conmigo por el resto de los tiempos.

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⏰ Última actualización: Nov 07 ⏰

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