Capítulo 4

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—Es sinceramente una sorpresa, no muy grata, pero una sorpresa al fin y al cabo —Kook le contestó al omega, casi sonriendo al ver como apretaba la mandíbula—

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—Es sinceramente una sorpresa, no muy grata, pero una sorpresa al fin y al cabo —Kook le contestó al omega, casi sonriendo al ver como apretaba la mandíbula—. Y tal parece que al fin fuiste a preguntar.

—Listillo —el tigre masculló—. Necesito hablar contigo de algo.

—¿Y para eso necesitabas traer caballería? —JungKook miró seriamente por sobre el hombro del omega a los hombres parados más atrás.

—De necesitarlo, no lo hacía —el omega dijo, no pareciendo muy satisfecho tampoco con la presencia de sus hombres—. Pero digamos que ciertas circunstancias me llevaron a traerlos.

—No me digas, ¿tiene esto que ver con tu alfa sobre protector? —El otro no respondió, pero aun así JungKook sabía que se debía a ello—. De cualquier forma, di lo que tengas que decir, tenemos un largo camino por recorrer.

—¿Hacia dónde van?

—Cariño. —JungKook miró al tigre con genuina diversión—. ¿Por qué iría yo a decírtelo?

—Eres un imbécil —gruñó.

—Gracias, me sale natural —Kook se mofó, sonriendo al ver como un músculo saltó en su sien.

Esa actitud le había ganado varias palizas, Kook sabía que su boca era bastante suelta a veces y casi nunca podía resistirse a contestar. Fue por ello que se metió en muchas peleas en su antigua manada.

Esos alfas no podían resistir un enfrentamiento verbal sin terminar a los golpes, aunque se debía principalmente a que JungKook siempre los ganaba. Era entonces cuando lo atacaban, frustrados y ofendidos.

Aunque terminaron descubriendo que a pesar de ser un conejo y ellos lobos o alguna otra raza depredadora, JungKook no era alguien que se dejaría amedrentar fácilmente.

Él podía ganar fácilmente en un enfrentamiento uno a uno y si lograba asestar los golpes correctamente, incluso un dos contra uno. Fue por esto que ellos comenzaron a abordarle de a tres o cuatro, e incluso entonces JungKook los enfrentó, no importándole que terminaría perdiendo.

Los llegó a poner en situaciones realmente difíciles, todo hasta que comenzaron a amenazarle con atacar a JiMin. Ese fue un error suyo, pues dejó ver que esto le afectaba, así que fue una oportunidad que los hijos de puta no dudaron en aprovechar en su momento.

—Me gustaría que hablemos en un lugar más... privado —el tigre dijo, mirando brevemente los alrededores.

—¿Es eso una propuesta indecente? —JungKook ladeó una sonrisa, dando un paso más cerca del omega para así sostener su barbilla—. Oh cariño, debí haberte encantado realmente mucho.

El tigre gruñó, manoteándo su mano con fuerza. JungKook se enderezó, mirándole cuadrar los hombros mientras le miraba rabioso.

—No encantaste una mierda. Imbécil.

El alpha de un depredador-KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora