Capítulo 25

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—Oh, JungKook

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—Oh, JungKook. —TaeHyung se estremeció, su espalda arqueándose y sus ojos cerrándose con fuerza cuando llegó al orgasmo.

Por su parte, JungKook gimió, quedándose quieto mientras se descarga en su interior, su esperma quedando atrapado en el condón que envolvía su pene. Él enterró la frente en la curva que había entre el hombro y cuello del menor, luchando contra su instinto que exigía dejar su marca allí.

Cuando finalmente fueron capaces de bajar de su bruma de placer, no pudieron evitar soltar una pequeña risa, misma que fue cortada por la unión de sus labios. Rompiendo el beso y una vez su nudo hubo bajado, JungKook salió de él y se retiró el condón, acercándose a la mesita de noche para tomar uno nuevo.

—Espera, Kook. —TaeHyung le detuvo en cuanto vio sus intenciones—. Sé que tu golpe de calor aún no ha pasado, pero cariño, yo realmente necesito un descanso de cinco minutos y tomar algo de agua, tal vez un poco de comida también.

JungKook miró su aún erguido y duro pene con algo muy parecido a la pena, TaeHyung se vio tentado a reír, mas resistió el impulso, sabiendo de primera mano lo malo (y doloroso) que era verse en aquella situación. Soltando un suspiro de resignación, JungKook asintió, dejando el condón sin usar en el mismo lugar de donde lo haba recogido con anterioridad.

—Tienes razón, perdón. Hace horas que no te he dejado tomar ni un mísero vaso de agua. —JungKook hizo una mueca, sintiéndose culpable—. Dame unos minutos, iré a la cocina y te traeré algo de comer.

—Te lo agradecería mucho.

—Entonces, ya vuelvo. Puedes ir tomando un baño si así lo deseas, prometo no tardar demasiado.

—Te tomaré la palabra.

JungKook se inclinó para dejar un corto beso en su boca cuando le sonrió, enderezándose de nueva cuenta para buscar entre sus cajones algún pantalón que le ayudara a cubrir su desnudez. Una vez estuvo mínimamente vestido, salió de la habitación en busca de la comida prometida para su omega.

TaeHyung se quedó recostado en la cama un rato más, su mente comenzando a divagar entre los recuerdos de los últimos dos meses, sin que pudiera evitarlo.

—A veces realmente pareciera que el tiempo vuela —murmuró al aire, aún le costaba creer que habían pasado poco más de dos meses desde el ataque a las principales manadas del país.

Las cosas seguían ligeramente agitadas aún entonces, con los grupos rebeldes causando desastres donde sea que fueran a parar. Otra cosa era el derrocamiento de GwangJu, la ciudad de la cual habían logrado tomar el poder en el ataque y la cual al parecer habían hecho su cede, o por lo menos daban indicios de que así era.

Los líderes de las principales manadas e incluso el mismísimo consejo, habían estado trabajando en conjunto para armar un plan de recuperación de la misma, pero les estaba costando más de lo que intuyeron desde que estos también habían logrado de alguna forma (TaeHyung intuía que intimidación), aliarse a los líderes de las pequeñas manadas cercanas a la ciudad.

El alpha de un depredador-KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora