Capítulo 12

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JiMin se había echado a temblar en cuanto entraron a aquel gran gimnasio, arrimándose a JungKook y TaeHyung

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JiMin se había echado a temblar en cuanto entraron a aquel gran gimnasio, arrimándose a JungKook y TaeHyung. El omega conejo no podía dejar de mirar de un lado a otro con grandes ojos, sobresaltándose cada vez que alguien soltaba algún rugido (que podría o no ser amistoso) en medio de su entrenamiento.

JungKook no podía culparlo, él tampoco se sentía demasiado cómodo rodeado de puros depredadores que se le quedaban mirando cuando pasaban junto a ellos. Kook casi podía escuchar sus pensamientos, mismos que seguramente se preguntaban qué hacían hay dos indefensos conejitos.

Para su suerte nadie se acercó a ellos, por lo que llegaron sin interrupción hasta los bancos que había al fondo del lugar, donde dejaron sus bolsos.

—Muy bien JiMinnie, yo seré tu tutor por ahora. Hoy intentaré enseñarte los movimientos básicos para que seas capaz de defenderte, ¿bien?

JiMin dejó de mirar alrededor para poner su atención en el omega menor. —M-Me parece b-bien —contestó, encogiéndose entre sus hombros cuando alguien rugió no muy lejos de ellos.

—Hey, Minnie. —TaeHyung sostuvo al mayor por los hombros, buscando su mirada—. Puedes estar tranquilo, prometo que nadie te hará nada ni te molestará de alguna forma.

—Yo... e-está bien. —JiMin se retorcía los dedos, nervioso, una de sus manos dirigiéndose de vez en cuando al costado donde estaban sus para entonces cicatrizadas heridas—. Sé que nadie tratará de lastimarme.

—Así es. —TaeHyung asintió, ligeramente conforme de que al menos este tuviera aquello presente.

—Chicos, yo iré a los sacos de boxeo. — ungKook señaló los mismos con su pulgar, mirando atentamente a su hermano—. Prometo que mantendré un ojo en ustedes por cualquier cosa, ¿ok?

Sabiendo que esas palabras iban dirigidas para él, JiMin asintió.

—Muy bien, entonces los estaré viendo. —Dicho esto, JungKook partió hacia el lugar donde se encontraban los sacos, eligiendo uno que tenía las mismas libras que el que tenía en casa.

Confiaba en que TaeHyung se haría cargo de su hermano y que sabría poner en su lugar a cualquiera que quisiera pasarse de listo.

—Nosotros iremos hacia las colchonetas de allí, ¿ok?

Mirando el lugar señalado por el omega menor, JiMin respondió:—Ok.

—Entonces, ¿trajiste algo más cómodo? ¿O quieres entrenar así? —El tigre preguntó.

—De esta forma.

—Pues vamos allí.

Una vez ambos estuvieron listos, tomaron un lugar en una parte libre del área de las colchonetas. TaeHyung rebotó un par de veces sobre sus pies y luego comenzó a guiar a JiMin para que hiciera su estiramiento.

El alpha de un depredador-KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora