Jamal encontró el dinero de RollerWorld, esto es algo difícil de creer. Pero lo perdió, su madre llevó la maleta a donaciones y el estaba camino a buscarla junto a Monse y Cesar, Ruby no pudo ir. Yo tenia que hacer unas compras en el super.
Estaba comprando todo lo que necesitaba, llevaba un carrito.
— ¿así que te vas?. Escucho detrás de mi, al voltear veo a Oscar junto a Ruby.
— Ruby. Le regañe y me hizo seña de perdón. — no lo sé, aún no lo decido.
— ¿Cómo que aún no te decides?. Pregunto Oscar.
— la casa está a nombre de mi madre, podría quedarme aquí, además ¿a ti que te importa?
— me importa y mucho y lo sabes. Habló él acercándose un poco.
— por mucho que me guste ver su novela, esto pesa y quiero irme. Dijo Ruby.
— no, tu no te iras, ahora vamos a mi casa. Le dijo Oscar a Ruby. — ¿podrías venir?.
— no, no iré. Iba a seguir caminando pero Ruby habló.
— por favor, sino va a molestarme todo el tiempo. Dudé y el lo noto. — voy a hacer lo que quieras por una semana, prefiero tu, que él.
— ¡bien!. Jire los ojos, vi como Oscar sonrió ante lo que dije.
Fuimos a casa de Oscar. Ruby cortaba unos limones mientras yo bebía una cerveza frente a ellos.
— Mad ayúdame. Me suplicó.
— te lo mereces, por decirle y por hacer que este aquí. Sonreí.
— corta bien los limones. Le dijo Oscar a Ruby. — los cortas como asesino serial.
Después Ruby terminó de cortar los limones.
— te puedes ir. Le dijo Oscar.
— ¿ya me puedo ir?. Pregunto dudoso.
— sip, yo estuche, tu escuchaste, ella escucho, todo bien. Termino Oscar. — o te puedes quedar. Le ofreció una cerveza.
— ¡bien! Spooky yo ya me largo. Hable y ambos me miraron.
— no. Hablo Ruby en forma de suplica. — quédate, por favor. Me dijo.
— bien. Solté y tome un limón.
— ya. Dijo Ruby cuando le llegaron un par de mensajes. — es mi mamá, me molesta porque no ir a la iglesia esta mañana, me molesta por salir con mis amigos y ahora me molesta con saber dónde estoy, no puede dejarme en paz cinco minutos.
— el sufrimiento de los privilegiados. Dijo Oscar.
— ¿privilegiados?. Pregunto Ruby. — vivo en una casa con barrotes en las ventanas.
— con unos padres dentro y un futuro universitario fuera. Termino de decir Oscar. — no te quedes conmigo de tu mamá, nadie nos cuido a Cesar y a mi mientras mamá no estaba.
— no quería... intento decir Ruby.
— ser mal agradecido, se que te dispararon pero ¿por qué crees que nadie fue a terminar el trabajo? Fue gracias a mi ¿y por qué se hizo esa tregua tan rápido? Por mi, exacto. Le grito Oscar a Ruby.
— perdón, no sabía. Le dijo Ruby.
— si, hay muchas cosas que no sabes, como lo que es ir a una entrevista de trabajo con antecedentes, ¿Walmart contrataría a alguien con dos sentencias?. Hablo Oscar.
— yo no trabajaría ahí, hay discriminación con los empleados. Soltó Ruby.
— no estoy jugando, esas cosas hacen que un hombre explote pero estar enojado con el mundo no te ayudará, solo te hará daño.
Yo solo estuve en silencio todo el tiempo, necesitaban decirse esas cosas, se noto. Después Ruby se fue y yo me quedé aún ahí.
— es un adolescente, aún no sabe nada. Hable con respecto a Ruby. — no tenías que gritarle, con el tiempo entenderá las cosas.
— solo dije la verdad, le dará un diferente punto de enfoque y pensara mejor las cosas. Dijo sin mirarme.
— ¡bien! Mejor me voy Spooky. Solté y este me miró.
— no me digas Spooky, no me gusta, no que lo digas tu. Estaba parado frente a mi. Nunca le gustó que le dijera de esa manera.
— Spo-oky. Solté lentamente mientras lo miraba.
El se me agarro de la cintura y me trajo hacia el, ambos sentíamos nuestras respiraciones, la tensión era evidente, el me beso y yo le seguí el beso.
Después de un rato me separe de el. — no creas que esto arregla nada, aún no te perdono.
— ¿y por qué sigues aquí?. Pregunto irónico.
— porque el hecho de que no te perdone, no quiere decir que ya no me importes o que ya no me gustes. Hable mirándolo justo a los ojos.
— vuelve conmigo, no puedo estar sin ti y se que no quieres estar sin mi.
— no quiero pero me lastimaste Oscar. Hable y el soltó su agarre. — ni siquiera estuviste ahí para mi por la muerte de mi padre, tan siquiera si hubieras estado ahí quizá todo sería diferente.
— Lo siento mucho Mad. Soltó arrepentido.
— sigues repitiendo eso, pero no haces nada para cambiar. Di un paso hacia atrás. — te quiero Oscar, pero necesito tiempo.
— todo el tiempo que quieras, siempre voy a estar aquí esperándote. Me miró y sonrió triste.
Oscar es un turrón de azúcar.
Xoxo 💋.
