Capítulo 15.B

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˖⁺‧₊La apuesta☾₊‧⁺˖⋆♥
(Parte 2)♥

Tobe estaba recostado en la cama, viendo a un punto fijo en la nada y completamente sumergido en sus pensamientos, Garu ya llevaba algunos minutos duchándose y esperaba su turno, aunque no tenía ni la menor idea de cómo lo iba a hacer sin arruinar los vendajes que él ninja de coletas le hizo a su brazo y pierna, pero eso era la menor de sus preocupaciones.

«¿Como me puedo vengar? no tengo armas, no puedo golpearlo, ¡NO PUEDO HACER NADA! ¿Tal vez envenenarlo? No creo que coma nada que le dé, ¡ni siquiera se cocinar!»

     —¡Que frustrante! —exclamó arrastrando su rostro.

     Garu salió del baño secando su cabello, Tobe se sobresaltó y se puso un poco a la defensiva, el pálido arqueó una ceja pero luego se encogió de hombros y apuntó al baño dando a entender que ya podía usarlo.

     —"Gracias" idiota —susurro lo último, se levantó cuidando su pierna rota y sosteniéndose del muro.

     Caminar así era tortuoso, y con el menor toque de su pierna rota recargada en el suelo, sentía ganas de llorar, la peor parte es que iba más lento que una tortuga, incluso cuando volteo a ver a Garu, él ya se había vestido, se había amarrado el cabello en dos coletas como era su costumbre, y ahora estaba sentado observándolo con burla y a su vez aburrimiento.

     —¿Que me ves? ¡¿Te burlas de mi?! —le cuestionó controlándose de abalanzarse y golpearlo, sabía que a lo mucho solo se quebraría la otra pierna antes que herirlo de verdad.

     Garu rodó los ojos y se acercó para cargarlo en sus brazos cuidando de no lastimarlo, cosa que no fue fácil pues Tobe comenzó a removerse y a empujarlo mientras gritaba:

    —¡Bájame, no necesito tu maldita ayuda! ¡¡Suéltame!! —decía mientras se removía vanamente, ya que además de lastimarse un tanto por su fracturas, el ninja de coletas mantuvo firme su agarré hasta que llegaron al baño.

Una vez ahí, Garu lo dejó bajo la regadera recargado contra la pared, recibiendo un empujón de su rival al igual que su mirada habitual de desprecio hacia su persona.

—¡Te dije que no quería tu ayuda! —exclamó el trigueño molesto.

El pálido rodó los ojos y salió de ahí para luego cerrar la puerta, Tobe suspiró y comenzó solo se quitó su ropa interior y desató su largo cabello, al abrir la regadera, el agua le salió hirviendo.

     —¡MALDITA SEA! —se quejó alejándose y tropezó, cayendo de espaldas en la tina y soltando un quejido alto por el impacto, sintiendo las gotas calientes caer en su pierna sana.

«Esto no puede empeorar»

     Pensó, y luego escuchó como abrían la puerta, abrió sus ojos y vio a Garu observándolo sorprendido, incluso asustado, pero aún así él se acercó a ayudarlo, sentándolo y recargándolo contra la pared, cerró la regadera y se acercó para ver si se había lastimado, moviendo su cabeza con cuidado.

     —Estoy bien, tú y tú novia me han dado golpes más fuertes —dijo sonriendo sarcástico y luego mirándolo.

     El ninja de corazón miraba su rostro con detenimiento, tocando su cuello y hombros, incluso un poco más cerca de lo necesario, Tobe lo miraba sin entender, hizo para atrás su rostro de forma disimulada, pero aún así no podía huir del acercamiento de Garu, cada vez invadiendo más su espacio personal.

¡𝕸𝒶𝓁𝒹𝒾𝓉𝑜 𝐇𝒾𝓁𝑜 𝕽𝑜𝑗𝑜!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora