CAPITULO IV: LA DESGRACIA DE LOS STARK

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LYANNA

Las puntadas de Lyanna volvían a estar todas torcidas y desordenadas. Odiaba bordar. Recuerda que cuando tuvo la edad suficiente para bordar ya se encontraba en un barco hasta la ciudad libre Braavos junto a su padre comandando La Serpiente Marina, ¿Cuáles fueron las palabras de su padre ese día?

Estoy harto de que tu madre me reproche cada vez que intentas escabullirte en uno de los barcos comerciantes, ¿Quieres ver como es la vida de un marinero? Entonces, aprenderás a verlo-replicó Lord Corlys Velaryon con voz cansada.

Varios días estuvo limpiando la popa del barco, lastimándose las manos al hacer nudos fuertes que aguantaran las velas y deleitándose con la brisa salada que le ofrecía el Mar Angosto. Su padre pensó que no aguantaría, tenía apenas su noveno día del nombre.

Pero estuvo enamorándose más de cómo era la vida en el mar.

Ahora, estaba atrapada con niñas pequeñas que bordaban ornamentos espantosos. El maestre estuvo vigilándola por varios días, Lady Catelyn no paraba de estar feliz por el milagro de los dioses de tener una hija sana. Sin embargo, muchas veces la contemplaba desde lejos mientras que Arya trataba de llamar su atención con su manejo del arco y flecha, entrecerraba los ojos, y tenía que fingir con más fuerza ser la verdadera Lyanna Stark cuando alababa a su pequeña hermana. Aunque, suponía que debían tomar una cosa en cuenta, la antigua niña lobo era una niña enfermiza que "milagrosamente" se había curado en el Bosque Dioses por gracia de Los Dioses Antiguos del Norte. Debía ser más libre, estar extasiada por cada situación nueva que experimentará en Invernalia. Algún cambio deberían aceptar en su personalidad.

No sabrían que ella no era la verdadera Lyanna Stark. Tal vez.

La gente de Invernalia sentía felicidad al verla paseándose por los exteriores del Gran Torreón, los norteños eran supersticiosos con sus dioses. No tenía problema con los susurros que se oían en las calles.

<<Los dioses antiguos han sido clementes con Lyanna Stark, nuestra dama lobo, la belleza del norte>>

<<Lyanna Stark estará por un año en la Corte de Desembarco del Rey y después tomara como esposo a Walleds Manderly, será la Dama de Puerto Blanco y Sansa Stark se convertirá en Reina Consorte de los Siete Reinos. Los Stark están bendecidos>>

<<Eddard Stark viajará con sus tres hijas a Desembarco del Rey. Su deber como Lord está en el Norte, no en el Sur>>

Una cosa que le inquietaba por mucho era su nuevo aspecto. Lyanna Stark tenía apenas su decimoquinto día del nombre. Cuando despareció en la oscura ciudad de Asshai tenía veintisiete días del nombre, enorgullecida de al fin ser una adulta. Muchas veces observaba su ahora cuerpo, era demasiado pálido, poseía algunas pecas en sus hombros, la niña Stark era enfermiza, por lo tanto su cuerpo era delgado, sin musculatura. Sin entrenamiento. Por esa razón, ahora cabalgaba a caballo, entrenaba en las tardes con espadas de madera y arco y flecha en el Bosque de Dioses, lejos de los ojos curiosos de los norteños. Le incomodaba demasiado que su cuerpo no estuviera verdaderamente entrenado.

Tal vez la verdadera Lyanna Stark fuera criada solamente para ser una dama de alcurnia. Pero, mientras ella estuviera en su cuerpo, iba a ser entrenado adecuadamente.

Contempló con el ceño fruncido a Arya, quien observaba con molestia a Sansa. Las labores de costura de Sansa eran siempre hermosas. Parecía toda una dama salida de cuentos. Aburrido. Totalmente aburrido.

Lyanna echó una mirada fastidiada hacia el otro extremo de la sala, la septa Mordane se había sentado con la princesa Myrcella, era una aduladora. Viró los ojos con fastidio dejando atrás la aguja. Demasiado por hoy.

THE LAST TARGARYENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora