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Haruno Sakura bufó tan fuerte que pudo escucharle el mayor, y se suponía que no debía hacerlo según la de cabellos rubios.
—Lo siento— ella se disculpó —Prosigue...
—Bueno. Y cuando entraron a las caballerizas luego tuvieron que limpiarle el culo al caballo, obviamente no era verdad ni necesario... pero fueron un poco al extremo por no escuchar a Kakashi-sensei terminar la oración— explicó muerta de la risa. La cabello de chicle negó abrumada, suspiró por lo bajo, gracias a la cercanía Mināru le escuchó perfectamente.
—Siempre ocurren cosas divertidas cuando no estoy... maldición— bramó sosegada.
—Pfff claro que no Saku-chan. ¿Recuerdas esa vez en dónde Naruto quedó como tonto?— la chica opuesta hizo sonar sus labios, negó con molestia —Yo sé... cuándo no, ¿verdad? Pero esa vez fue diferente. Ha sido aquella vez donde Sasuke le pegó en la cabeza, cayó frente al árbol y luego le cayó un huevo, ese que estaba en el nido.
—Eso no es divertido...— masculló obvia, dándole a entender a su mejor amiga lo absurdo de ello.
—¡Sí lo es! Naruto siempre da risa, esa cara divierte a cualqui-
—¡Eh, Mināru-chan!— habló imprudente el de cabellos puntiagudos, cuya sonrisa llamó la atención —¡Tengo una noticia!— vociferó para el grupo. Seguido de sus palabras el Uchiha bufó poco amigable.
—¿Qué tienes en mente ahora? Dobe.
—Calma, es algo que todos deseamos ver... más tú, Minā— observó casi con deseo la máscara del mayor; este no les vio supuestamente, pues debía estar muy ocupado cortando leña.
Antes de seguir relatando su obra maliciosa Hatake Kakashi llamó a los cuatro —¡Dejen de perder el tiempo! Más tarde no les daré lo que querían.
Y bueno, para los menores la tarta de chocolate podía esperar... poco, pero podía hacerlo.
Mināru sonrió a sus adentros. ¿Cómo decirle al equipo entero que ya sabía con exactitud lo hermoso que era su sensei?
Nuevamente se perdió en sus pensamientos; indicio para los tres amigos lo perdida que debía estar ya la rubia en su propia mente.
—¡Oe, tierra llamando a Mināru!— Sakura chasqueó los dedos —Sigue, Naruto.
El bucle de pegarse viendo algo acabó gracias a la ojiverde. Su mirada siguió cada movimiento del susodicho Uzumaki.
—Bien. El rostro de Kakashi-sensei es una incógnita para todos... ¡tengo un plan perfecto para verlo!
—Que NO puede fallar, ¿¡entendido!?— acotó como una duda Uchiha, esperando respuesta del cabeza hueca.
—¡Exacto' dattebayo! No fallará, lo prometo.
Supuestamente debían acercarse al mayor, abalanzarse y bajarle a como dé lugar la máscara.
