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Ambos jóvenes quedaron de acuerdo en fingir que Sunghoon iría a buscarla para ir juntos a la escuela para evitar malentendidos con los padres de Wonyoung

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Ambos jóvenes quedaron de acuerdo en fingir que Sunghoon iría a buscarla para ir juntos a la escuela para evitar malentendidos con los padres de Wonyoung. Afortunadamente, en su mochila tenía su uniforme preparado, por lo que no fue un problema aparentar estar preparado para esta misma. Despertaron más temprano de lo normal y el chico salió por la ventana, siendo tan cauteloso como fue posible.

Unos toques en la puerta hacen que Wonyoung deje de peinar su cabello.

—Cielo, Sunghoon está aquí.

—Ahora voy, mamá. —Sonríe, divertida con la situación.

Cuando baja, Sunghoon está sentado a la mesa con un omelet servido.

—Tienen que desayunar antes de irse, Sunghoon ha venido muy temprano —le explica su madre a lo que Sunghoon ríe un poco avergonzado.

Wonyoung se sienta a su lado, comparte una mirada cómplice con él. Su madre se da cuenta, ella arquea una ceja.

—Díganme, niños, ¿hay algo entre ustedes?

—¿Algo como qué?

—Algo como... —La mujer deja una jarra de limonada en la mesa y se detiene—. ¿Son novios?

—¡Mamá! —Wonyoung chilla avergonzada y se cubre la cara con las manos. Sunghoon carcajea al verla sonrojada hasta las orejas.

—Tengo derecho a saber, se ven sospechosos.

—¡Nos vamos!

Wonyoung no espera a que Sunghoon termine su desayuno, lo arrastra hacia la salida y toman sus pertenencias. Juntos corren tomados de las manos por las calles camino a la escuela. Están llenos de energía, bromean entre ellos y juguetean comportándose como los adolescentes que son.

Al pasar por un parque, se toman el tiempo de descansar, Wonyoung se acuesta sobre el pasto haciendo la forma de un ángel al mover sus brazos y piernas, Sunghoon aprovecha para molestarla tirándole hojas encima que recoge de una pila.

—Detente, estoy tragando hojas.

—Qué dramática.

Wonyoung se endereza. Tiene una idea algo loca en mente que le entusiasma compartir.

—Sunghoon, escapémonos.

El pelinegro alza las cejas, claramente confundido.

—¿Qué?

—Saltémonos las clases, solo por hoy, vamos a otra parte.

—No lo creo, Youngie. —Sunghoon se rasca el cuello—. No puedo dejar solo a Jake.

La sola mención del rubio le baja el ánimo, siente como si su nombre fuese una pequeña espina que le hace doler en el pecho, que está al borde de convertirse en una molestia.

—Entiendo. —De pronto le duele la cabeza—. Son inseparables.

—Jake es genial.

—¿Lo es?

Está claro que Wonyoung no se siente bien al hablar del australiano, pero debe estar para Sunghoon. Después de todo, es su mejor amiga, y los amigos están para escuchar lo que el otro tiene que decir.

—Aprende rápido, es demasiado inteligente. Es buenísimo en Química y Física, ¡yo apenas puedo con Matemáticas! Lo admiro tanto, es...

Ella suspira. Es difícil escucharlo hablar así de Jake.

Scars on our heartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora