III

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—Déjanos a solas.

Aonung se limitó a asentir y retirarse del lugar. Pensaba que la reunión sería entre el líder, la Tsahìk, Aonung y yo, pero parece ser que el tercero no tiene vela en este entierro.

—Te veo Tonowari, te veo Ronal—moví mi mano y mis dedos sobre mi frente.

—Korhal—saludó el jefe.

Miré de reojo a Ronal, parecía enfadada, aunque tampoco suponía ninguna novedad. Sin embargo, su mirada hacia mí era más severa que de costumbre y eso me inquietaba.

—Hemos querido reunirnos contigo porque... Pensamos que debíamos hablar esto desde un principio ya que la situación te afecta directamente.

—Comprendo—agaché la cabeza—. Entonces me gustaría sentirme en libertad de decisión respecto a esto—dije para mirar a Tonowari.

—Eso no te lo puedo asegurar—afirmó con cierta tristeza—. Aunque no tengamos la intención de forzarte a nada, sabes que los Metkayina hacemos lo mejor para el clan.

—Por supuesto—asentí—. Y, con todo el respeto, es por eso que no puedo verme ligada a otro tipo de responsabilidades. Soy una guerrera, y mi deber es defender al clan con mi vida. Es lo que Eywa decidió.

—No hables tan a la ligera de la palabra de la Gran Madre—gruñó Ronal—. Para el bien del clan hay que hacer sacrificios, sacrificios que implican el aprendizaje de nuevas disciplinas con el fin de sostener los pilares del pueblo.

Estaba un poco perdida. Entendía lo que decía, pero no entendía que, teniendo a tantas jóvenes formadas en lo que debería estar formada una futura Tsahìk, me escogían a mí. Era como si estuvieran tratando de convencerme de dejar todo por lo que me he estado esforzado para cumplir con unas obligaciones que yo no he pedido y que podían ser dadas perfectamente a otra Na'vi.

—Esto no tiene solución—chistó la lengua con su mal humor haciéndose presente—. Daremos la reunión por finalizada—miró a Tonowari con advertencia—. No cumpliremos este capricho de tu hijo, está claro que no estará lista para ser la futura Tsahìk.

¿El capricho de Aonung?

La reunión dio a su fin, me despedí de los líderes y salí de ahí lo antes posible para enfrentar a ese idiota. Fue entonces cuando me lo encontré con el rostro golpeado.

—¿Qué te ha pasado?—llevé mis orejas atrás, asustada por su posible respuesta.

—Tu nuevo amigo y el inútil de su hermano—afirmó enfurecido.

—Inútil tú que te has dejado vencer—bramé.

—Ay—levantó las manos—. Alguien está de mal humor después de la reunión.

—No lo estaría si desde un principio tú no les hubieras ofrecido a tus padres casarme contigo—enseñé mis colmillos de forma amenazante.

Sus ojos se abrieron con sorpresa, pero yo no quería seguir lidiando con él así que ignoré su reacción dándole un empujón con el hombro al pasar a su lado para marcharme.

—¡Korhal!

—Vete a la mierda, skxáwng.

Estaba dispuesta a ir hacia la orilla para poder contemplar el mar o nadar con la intención de ordenar mis pensamientos. Esa idea se vio interrumpida por la presencia de otro Na'vi que pasó por mi lado.

Lo'ak se movió nervioso, mirando hacia todos lados antes de cruzar miradas para saludarme.

—¿Has visto a Aonung?—preguntó aún nervioso.

QUE EYWA GUÍE NUESTROS CORAZONES [] NETEYAM X LECTORA []Donde viven las historias. Descúbrelo ahora