T/N Black

Cap. 3

Habían pasado algunas semanas desde que comparto la mansión con Mattheo Riddle, es un fastidio total, aunque sabe respetar los horarios que le indique, pero la otra vez no pude practicar natación porque él había entrado a la piscina antes, así que tuve que fingir que no me importaba y tomar un poco de sol.

Normalmente no desayunábamos juntos, últimamente me he vuelto muy madrugadora y él a veces se levanta demasiado tarde.

Ambos bajábamos de la limosina y habíamos entrado a la residencia Malfoy, dentro de los terrenos hay arbustos y pavos reales.

Subimos por unas amplias escaleras de piedra hasta llegar a la puerta que se abrió por sí sola.

Mattheo: No te pongas nerviosa Black —dijo con burla.

t/n: No estoy nerviosa —él me miro sin creerme.

Él ya había tenido varias reuniones de mortífagos, en cambio yo, esta era la primera a la que había sido requerida.

Entramos a la mansión, era un amplio vestíbulo, pobremente iluminado y suntuosamente decorado, con una gran alfombra que lo cubre en su mayoría. Hay retratos de antiguos miembros de la familia, algunos de solo verlos daban escalofríos.

Mattheo me condujo a una pesada puerta de madera con una manilla de bronce, giró de esta y nos llevó a otra habitación, era una sala grande con una hermosa chimenea de mármol y sobre está un espejo con marco dorado, una lámpara de araña cuelga del techo y hay más retratos colgados; y ahí estaban... sentados en una larga mesa, él en medio, aunque aún faltaban algunos lugares por ocuparse.

Lucius: ¡t/n! —se sorprendió al verme.

t/n: Lucius —iba acercándome cada vez más— te preguntaría cómo estás, pero realmente no me importa.

Algunos presentes soltaron carcajadas, y otros solo me miraban con desconfianza

Voldemort: t/n, no seas grosera con Lucius.

t/n: Me disculpo —sonreí con hipocresía.

Voldemort: Me alegra verlos a los dos, tomen asiento, cada lugar tiene su nombre —señaló con las manos.

Mattheo iba a su derecha y yo a su izquierda, rodeé un poco la gran mesa para llegar a mi lugar y antes de sentarme veo a alguien entrar...

Bellatrix: Lamento la tardanza mi señor —se inclinó con un poco de exageración.

Se dio cuenta de mi presencia y ambas nos miramos fijamente.

t/n: Que dichosa te ves Bellatrix —sólo me miraba sin moverse—, tan libre, tan satisfecha, tan placentera...

Bellatrix: Es un gusto conocerla señorita t/n —se inclinó igual—, se que afectó su vida por aquella maldición que no era para usted.

t/n: No te pongas tan tensa Bellatrix, se que fue intencional aunque no previste que yo me interpondría, algo muy tonto de mi parte, pero no te pediré que te disculpes —asintió.

Bellatrix: Si me permiten tomare asiento —se acercó a su lugar—, mi señor, Cissy y...

Narcisa: Aquí estamos, disculpe la tardanza mi señor —avanzó a su lugar y detrás de ella venía...
Draco Malfoy.

Caminaba cabizbajo, se sentó en medio de sus padres y al levantar la vista, se cruzó con la mía, la sostuvo pocos segundos y luego la quitó con alteración.

¿Qué demonios hace aquí?

Al segundo mire a Mattheo, con mi mirada pregunté que hacía él aquí, movió sus labios sin emitir sonido diciendo: ahorita hablamos.