T/N Black

Cap. 19

Dorotea: ¿Cuándo le dirá al joven Mattheo?

Habían pasado algunos días de haber recibido los resultados. Había visto a Mattheo muy poco ya que Azael lo requería en la mansión Malfoy. Para mi suerte las nauseas solo se presentan cuando él no está, o en la noche mientras duerme, a veces comía excelente y a veces probaba bocado alguno, pero de ahí en más, mi condición estaba muy bien.

Mattheo: ¿Decirme qué? —entro al comedor observándonos.

Me quedé tiesa observando mi plato, el cual no había tocado para nada, seguía completo desde hace unos minutos.

t/n: Nada querido —me atreví a mirarlo.

Mattheo: t/n... —sonreí tratando de tranquilizarlo, pero no dejaba de mirarme con seriedad—. Dorotea, déjenos solos por favor.

Mire a Dorotea, le sonreí para que no se preocupara, nos dio una última mirada a ambos y se fue a la cocina.

Cuando Mattheo se aseguró que había salido y que nadie nos interrumpiría se acercó y se sentó junto a mi.

Mattheo: Ahora sí dime —me miró fijamente.

t/n: Ya mencioné que no es nada —reprochó con su mirada—, hablo en serio —ahora cruzó los brazos—, bien, te diré —asintió con agradecimiento—, es sobre nuestra boda.

Mattheo: ¿Qué hay con la boda? —frunció el ceño—, creí que la tenías planeada desde los 11 años —sonrió ampliamente un poco divertido.

t/n: Ey —me quejé también sonriendo—, me refiero a que quiero que sea en nuestro jardín, no en la mansión Malfoy como había había mencionado Azael.

Mattheo: Ya habíamos hablado de eso preciosa —me miró confundió.

Oh cierto...

t/n: Lo sé —reaccioné rápido—, solo que últimamente convives tanto con tu mejor amigo-hermano Azael —rodó los ojos con diversión—, que me asusta que te haga cambiar de opinión.

Mattheo colocó su mano en su mandíbula pensativo, yo tome el tenedor e intenté comer pero solo terminé removiendo la comida sin hacer más. Sentí como Mattheo me quitaba el tenedor dejándolo a un lado y tomaba mis dos manos.

Mattheo: Sé que no se trata de eso —me miró fijamente—, sea lo que sea, debes decirme. A veces estás muy bien y a veces te ves enferma, la otra vez te escuché vomitar, no dije nada porque no te volviste a levantar, pero me preocupé.

Nos miramos fijamente mientras mi pecho subía y bajaba, mi estómago estaba revuelto y mis brazos y piernas temblaban un poco, Mattheo soltó una de mis manos para colocar la suya sobre mi pierna tratando de detener el temblor.

Mattheo: Vamos, sé que confías en mí —apreté mis labios nerviosa, él aún me suplicaba con la mirada que ya respondiera.

Cuando menos pensé salieron de mi boca las palabras.

t/n: Estoy embarazada —sonreí.

Mattheo abrió los ojos sin creerlo, me miraba en shock. Sonreí con nerviosismo, él no dejaba de analizar mi rostro luego bajo la vista a mi abdomen un poco hinchado, ahí sentí temblar mi cuerpo, luego observe una leve sonrisa en sus labios y me abrazó con delicadeza.

Mattheo: Seremos padres —no dejaba de abrazarme.

t/n: Sí Mattheo —sonreí ampliamente aunque él no pudiera verlo.

Mattheo: Al bebé y a ti no les faltara nada —beso mi mejilla.

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