"Lo juro"
¡María lo volvió a hacer!
A diferencia de la compañera de María, la supervisora sí creía en María.
Primero, los genios eran caracterizados por tener infancias extrañas, ¡y la bebé que estaba allí acostada cumplía con ese requisito!
Segundo, la supervisora sabía algo que muchas criadas no sabían. María venía de una familia adinerada, pero por razones especiales tuvo que venir a trabajar a esta mansión.
¿Por qué mentiría alguien que es hija de un comerciante? ¡Para un comerciante la credibilidad y el honor lo son todo!
Tercero, si bien la supervisora no había interactuado mucho con la bebé, ¡un genio siempre es bien recibido!
El prestigio que toda la familia podía ganar por esto era grande... y la recompensa por si ella gestionaba esto bien, sería igual de grande.
¡No podía dejar pasar esta oportunidad!
"¿Cuál era tu nombre?"
La supervisora señaló a la compañera de María.
"Rita"
"Busca los mejores libros en la biblioteca para que Aria aprenda. Tienes 10 minutos"
"Entendido"
La supervisora debía empezar a acostumbrarse a llamar a la hija del señor por su nombre. Si lograba ser cercana a ella mientras crece, tendría una buena vida asegurada.
Rita se retiró de inmediato al recibir la orden de su supervisora.
En la habitación solo quedaban la supervisora, María y 96, quien se estaba molestando por todo el ruido que hacían en la habitación.
"María... ¿Qué libros es el que le trajiste a Aria?"
"¿Qué libro podría pedirle una niña a una criada?
¿Uno de magia?
¿Algo entretenido para leer y pasar el rato?
¿Podrían ser historias cortas para dormir?
Si se le enseñaba bien, Aria podría entender mejor el idioma. Luego ella podría aprender de los libros que despertaran su interés para terminar siendo una maga o una gran académica que realice futuras investigaciones asombrosas.
María levantó el libro de bestias y se lo mostró a la supervisora.
"Es un libro... de bestias"
"¿Qué?"
¿Aria tenía interés por... cazar?
¿Quería ser aventurera?
¿O tal vez una cazadora?
"Déjame ver el libro"
Entregándole el libro a su supervisora, ella lo empezó a leer en detalle.
Cada página contenía consejos y breves descripciones de varias bestias que existían en este mundo, pero el libro se enfocaba en muchos de los peligros que rondaban por el pueblo.
"Veo que esto será difícil..."
Enseñarle a Aria a usar un arma era una locura por su edad, era demasiado pequeña.
¿Y si le enseñaba mejor magia?
¡Podría convertirse en una maga de combate!
Una gran idea vino a la mente de la supervisora y sonrió con satisfacción.
'Todo depende de qué tan talentosa sea Aria para entender esos libros y ver si es capaz de aplicar esos conocimientos por cuenta propia o si hay alguna necesidad de contratar a un experto para que le enseñe a cómo aplicar todos esos conocimientos'
Pensó la supervisora mientras seguía leyendo el libro.
Algunas ilustraciones le resultaron grotescas y muy explícitas.
Ahora mismo, todo dependía de una cosa.
¡Ver qué tan rápido, Aria puede aprender!
Acercándose a la cuna de Aria con el libro en manos, la supervisora bajo el libro hasta dejarlo abierto dentro de la cuna de Aria para ver si tenía un interés en leerlo.
La sección que había dejado abierta hablaba de la raza de los vampiros.
Aria estaba enojada.
¡Tanta charla y no le habían traído comida!
Aria empezaba a tener hambre, así que no estaba de humor para leer porque le dolía la cabeza.
La supervisora, viendo que Aria se mantenía quieta sin acercarse al libro, le preguntó a María: "¿Estás segura de que Aria te pidió este libro?"
Aria miraba a todos lados, menos en donde estaba el libro.
Sintiendo como si su alma saliera de su cuerpo, María empezó a acercarse.
Con cada que paso que daba, sentía como si su corazón se fuera a salir en cualquier momento.
¿Qué debía decir?
¿La iban a atrapar?
"Puede... que ella tenga hambre"
María soltó una excusa al azar, pero para su suerte Aria la entendió.
¡Comida!
Aria intentó levantarse lo más rápido posible, pero le fue difícil por el poco control que tenía de su cuerpo.
La supervisora observó esto asombrada porque desde el punto de vista de ella, cuando María empezó a acercarse a Aria, esta respondió a sus palabras e intentó acercarse hacia donde estaba ella.
¡En tan poco tiempo se había ganado el corazón de la niña!
Y lo mejor... ¡Era que al parecer la niña estaba en el proceso de poder levantarse y caminar!
Nadie le había informado de esto a la supervisora.
En sus informes solo decían que Aria gateaba de vez en cuando y dormía.
Aria no lloraba, tampoco hacía berrinches y solo comía mientras obedecía a todas las instrucciones que le daban en el baño.
¡Era como una máquina!
María, viendo que Aria reaccionaba a ella, su instinto de supervivencia le dijo que se acercara más.
¡Aria podía ser su salvación!
"¿Paso algo, Aria? ¿Tienes hambre? Te traje el libro como me pediste... ¿No quieres leerlo?"
Acercándose a la cuna de Aria, María señalo el libro y luego 96 fijó su mirada allí.
Ya que Aria no entendía qué decía, concluyó por cuenta propia que para comer esta vez tendría que leer otra vez el libro, pero...
¡Era molesto leer con hambre!
Por primera vez, Aria experimentaba un choque de deseos en su cabeza.
Una parte de ella quería leer, pero la otra le negaba diciendo que tenía que ahorrar energía.
Su mente estaba hecha un desastre.
Por primera vez en su vida, Aria pensó que así no era divertido leer.
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Es Una Orden?
Action96 es una conciencia que iba en rumbo a convertirse en la inteligencia artificial definitiva, pero cómo eso no le interesaba, fue eliminada. Para su sorpresa, reencarno en otro mundo como la hija de una reina vampiro. Ahora debe competir por el tron...