Capítulo 13 - No has cambiado

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Aria estuvo varios días con Elizabeth como su criada principal.

Para Aria, esos días se convirtieron en un completo infierno debido a la reacción de su cuerpo ante la presencia de ese vampiro.

Aunque esta era la primera vez que experimentaba algo de ese nivel, se esforzó por adaptarse lo mejor posible para sobrevivir a la presencia del vampiro.

Aria desempeñó a la perfección su papel de fingir desconocer la verdadera identidad de Elizabeth, pero a medida que pasaban los días, más criados con esa extraña aura merodeaban por la mansión.

¿Qué debía hacer?

Esta situación superaba por completo a Aria.

◇◆◇

"Estoy de regreso", susurró María al entrar en la habitación de Aria.

Aria experimentó un gran alivio al escuchar a María, y este alivio aumentó al darse cuenta de que el aura de María seguía siendo la misma de siempre.

¡Ella no había cambiado!

"Llegas tarde", reprochó Aria mientras se levantaba de su cama.

Aria consideró por un momento que tal vez con María podría encontrar una solución.

"Perdón, estaba hablando con Elizabeth. Me pidió ayuda en algo", explicó María.

"¿Qué quería?", preguntó Aria de inmediato.

María cerró los ojos, intentando recordar la conversación, pero lamentablemente había olvidado gran parte de ella.

"Tranquila, no era nada importante...", dijo María, rascándose la cabeza.

Aria reflexionó ante esas palabras.

¿Realmente no había sucedido nada?

Observó a María detenidamente, pero todo en ella parecía normal.

¿Qué había hecho María para no cambiar?

"María", dijo Aria.

"¿Qué pasa?", preguntó María, desconcertada por el comportamiento de Aria.

"¿Qué opinas del ambiente de la casa? ¿No notas algo extraño?"

Aria aguardó expectante la respuesta de María.

"Bueno... volví hace poco, pero..."

"¿Pero?", preguntó Aria, impaciente por la lentitud de María al hablar.

"Espera un momento, Aria. No es una pregunta fácil, ¿sabes? No todos respondemos tan rápido como tú..."

María tomó un respiro.

"Solo responde".

"Digamos que me estoy acostumbrando a este nuevo ambiente", respondió María. Sentía la presión de Aria y no era buena en situaciones que requerían respuestas rápidas a preguntas tan complejas.

"¿Podrías explicarte más?"

María trató de reflexionar, pero la intensa mirada de Aria la hizo soltar lo que se le vino a la cabeza.

"Hay varias caras nuevas... y algunos se comportan de formas algo extrañas. No me esperaba que cambiaran tanto el personal en mis vacaciones. Si te soy sincera, tengo algo de miedo de perder mi puesto, ¡pero daré lo mejor para que eso no pase!" María ni siquiera sabía lo que estaba diciendo, pero esperaba que fuera suficiente para convencer a Aria.

"¿Por qué pasó eso?"

"No lo sé. Acabo de llegar de mis vacaciones hace poco, Aria. ¿Paso algo para que estés así?"

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