Capítulo 7 - ¿¡En serio aprendiste eso!?

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Las semanas pasaron y para sorpresa de todos, Aria leía sin parar todo libro que tuviera ilustraciones bonitas.

Algunos creían que la niña solo intentaba llamar la atención, pero Aria estaba empezando a hablar de forma más compleja.

"Tengo hambre"

"Trae más comida"

"Me gustaría probar algo diferente..."

Eran las palabras que Aria más decía.

Con mayor frecuencia, Aria a veces intentaba caminar por su habitación, pero siempre se caía.

Algo que sorprendía a los criados era que Aria nunca lloraba. No importaba el golpe que se diera, las lágrimas no salían de sus ojos, pero en su lugar pedía algo delicioso para comer.

Aria se estaba convirtiendo en un tema de conversación bastante recurrente y los rumores de que podría ser un genio empezaron a extenderse.

Un día, mientras María estaba de guardia cuidando a Aria, la niña se acercó a la puerta y dijo:

"Yo salir", exigió Aria, mientras observaba la cerradura de la puerta.

María soltó una risa nerviosa y le respondió: "Aria se dice: 'Yo quiero salir o quiero ir afuera' Y... no, no te puedo dejar salir de tu habitación todavía"

"Pero yo salir al ir al baño", razono Aria mientras imitaba una pose de negocios.

Esto lo había leído en un libro que contaba una historia interesante.

"¿Vas al baño otra vez?"

"No. Yo salir. Simplemente quiero salir"

"Aria... si quieres ir al baño está bien, pero no te puedo dejar caminar por los alrededores de la mansión. No lo tengo permitido. ¿No quieres seguir leyendo?"

María agarró uno de los libros que estaba tirado en el suelo.

"Yo terminar libros"

"¿Qué?"

María se había quedado sin palabras.

¿¡En serio, Aria se había terminado de leer todos esos libros!?

Era imposible.

¡Tenía que comprobarlo ahora mismo!

"Aria... ¿Me puedes decir cuáles son los nombres de todas las ciudades?"

"¿Cuáles ciudades?", pregunto Aria confundida.

"Las de este continente"

Aria se quedó en silencio mientras pensaba en la respuesta.

Pasados varios segundos hasta que respondió: "No lo sé"

María soltó un suspiro de alivio.

¡La niña solo había mentido!

"¿No me dijiste que habías leído todos los libros?", dijo María mientras fingía estar molesta.

"Por supuesto. Todos los libros interesantes, María tonta"

"Entiendo... ¡Espera! ¿De dónde has aprendido ese insulto?"

María estaba impresionada.

¡La niña había aprendido a insultar desde una edad tan temprana!

"María tonta, ¿por qué preguntas algo tan obvio? Lo leí de un libro", explico Aria como si fuera lo más obvio del mundo.

María, más que sentirse ofendida, ¡estaba sorprendida!

¿Cómo una niña podía ser tan tierna mientras tenía una postura tan seria y decía palabras tan vulgares?

¡Un genio de los insultos! ¡Estaba presenciando el nacimiento de un genio de los insultos!

"¿Sí? ¿De qué libro lo leíste?"

Aria se volvió a quedar en silencio y María se dio cuenta de algo.

¡Le estaba haciendo preguntas muy difíciles a una niña de su edad!

Si destruía la confianza de Aria, siendo tan joven, posiblemente empezaría a odiarla a ella y tal vez podrían despedirla.

¡Tenía que tener cuidado con sus palabras!

Antes de que María pudiera disculparse, Aria habló.

"El libro se llamaba: 'Tengo la Espada Sagrada?' Aparece por primera vez en la página 4, del interludio 2, en el párrafo 16. Me gusta porque se usa esa palabra cuando los personajes hacen una estupidez y tú lo haces a menudo", le explicó Aria a María con una sonrisa.

María soltó una risa nerviosa y dijo: "Aria... no hace falta mentir, está bien no acordarse de esas cosas"

"Pero yo no miento", aseguro Aria con confianza.

María no quería romper la confianza de Aria, así que tuvo la idea de buscar el libro para luego fingir que Aria tenía la razón para hacerla feliz.

Agarrando el libro que estaba tirado en el suelo, María siguió las instrucciones de Aria y...

¡Tenía razón!

Contó los párrafos varias veces y Aria había acercado con mucha exactitud.

¿¡Por qué había decidido aprender algo como eso en vez de aprenderse los nombres de todas las ciudades!?

Esta niña era todo un misterio.

"¿Puedo salir a buscar comida?", preguntó Aria, indiferente por más que María estuviera en shock.

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