Capítulo 17 - Miente

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María abrió lentamente los ojos y parpadeó varias veces para ajustarse a la poca luz que se filtraba a través de la ventana de la habitación. Pasados unos segundos se dio cuenta que era de noche.

La habitación en la que estaba era pequeña, pero le era extrañamente familiar por las cosas que había en la pequeña mesa de madera que estaba al lado de la cama.

"¿Por qué estoy en el suelo...?", murmuró María confundida mientras se levantaba.

¿Aria?

María se quedó sorprendida al ver a Aria acostada en la cama, y no pudo evitar preguntarse: ¿Qué había pasado?

Mientras María trataba de recordar, escuchó la voz de Aria:

"Al fin despiertas"

Estas palabras hicieron que se le erizaran los pelos de punta a María, pero antes de que pudiera gritar, Aria le tapó la boca.

"No hagas ruido"

María asintió y Aria quitó su mano.

"¿Qué pasó...?", preguntó María en voz baja.

María sintió un escalofrío al considerar la posibilidad: ¿Las habían capturado?

"Vamos a bañarnos"

"¿Bañarnos?", preguntó María confundida.

"Sí. Apestas"

Fijándose en su ropa, María se percató de que estaba llena de tierra y rastros de sangre, al igual que la ropa que tenía Aria.¿Ella tampoco se había bañado?

¿Por qué?

"¿Es seguro?", susurró María.

Aria asintió y luego se bajó de la cama para salir de la habitación con María.

Apenas salieron por la puerta, María se percató de que estaban en el pasillo de los cuartos de sirvientas.

Girando su cabeza, efectivamente la habitación en la que estaban antes era la suya, y Aria había ensuciado su manta favorita.

Caminando por los pasillos, había un gran silencio en la mansión y el corazón de María se aceleraba cada vez más.

¿Por qué no había nadie?

Finalmente habían llegado a la puerta que daba al baño y al abrirla, no había nadie, pero había dos conjuntos de ropa limpios para ambas.

Aria se desvistió con confianza mientras María aún trataba de procesar todo, pero antes de que pudiera entender qué había sucedido Aria le dijo:

"Lávame"

María rápidamente asintió y se concentró a atender a Aria.

...

Mientras Aria y María se bañaban juntas en una bañera, Aria empezó a hablar.

"Mañana vendrá un instructor a enseñarme magia"

"¿A qué hora?"

"No sé", respondió Aria y luego se quedó callada.

Los minutos pasaron y ya que parecía que Aria no iba a hablar más, María, sin poder aguantar más la curiosidad, preguntó:

"¿Y... qué pasó con ella?", inquirió María mientras abrazaba a Aria por sus nervios.

"Está estudiando", respondió Aria en seguida.

"¿Estudiando?"

"Sí. Le dije que no me gustaba estar cerca de gente estúpida, así que dijo que iba a estudiar", respondió Aria de forma natural.

"Entiendo...", dijo María, pero pasados unos segundos se quedó impactada por las palabras de Aria.

¿¡Le dijo estúpida a aquel vampiro!?

¿¡Realmente estaban hablando del mismo tema!?

Al reflexionar sobre el comentario de Aria, María se sintió un poco herida, consciente de que ella tampoco se consideraba muy inteligente.

"¿Y... por qué no te gusta la gente estúpida?", preguntó María tratando de sonar natural.

"No lo sé. Mentí"

¿¡Mintió!?

"¿De dónde has aprendido eso?", inquirió María, sorprendida.

¡Tan joven y ya mentía!

Y lo peor...

¡Le mentía a un ser tan peligroso!

El recuerdo de cómo Elizabeth mató a aquel oso con facilidad, la hizo temblar.

"De los cuentos, ¿no es obvio? Lucía también lo hace, así que por la situación pensé que sería lo mejor"

"¿Lucía también lo hace...?"

"Sí. He visto como engaña a ciertas personas mientras las insulta, así que tomándola como referencia..."

"¡No copies eso!", gritó María interrumpiendo a Aria.

"¿Por qué? Era mi mejor ejemplo de como usar eso en la práctica", argumentó Aria con calma.

"¡Solo no lo hagas! Es malo"

¿Cómo una niña tan pequeña se había corrompido tanto?

¿¡Acaso nadie vigiló qué tipo de cosas leía mientras ella no estaba!?

"¿Malo? ¿Por qué?", preguntó Aria con curiosidad.

"Porque la nariz te crecerá", respondió María de forma rápida, ya que eso era lo que le habían dicho cuando ella era pequeña.

"Imposible. Ya mentí y mi nariz no ha tenido cambios, mucho menos la de Lucía y la tuya tampoco ha cambiado"

María al escuchar esa respuesta, por reflejo se tocó la nariz.

"¿A qué te refieres?", preguntó nerviosa.

"¿No te acuerdas? La primera vez que nos vimos, le mentiste a Rita con que yo te había pedido el libro que habías traído de bestias cuando yo ni siquiera sabía hablar"

¿¡Cómo podía acordarse de eso!?

¡Eso había pasado hace mucho tiempo!

"Además, recuerdo que también hiciste un trato en el cual tú..."

"¡Miente!", gritó María interrumpiendo a Aria.

Antes de que Aria pudiera responder, María dijo:

"Puedes seguir mintiendo, solo... no le digas a nadie", imploró María mientras seguía abrazando a Aria como si su vida dependiera de ello.

"Eres rara"

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