03 | Te extrañé

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03 | Te extrañé

Ayla

Recordé como el día anterior su cuerpo se alejaba ignorando totalmente mi insulto. Una sonrisa se escapó de mis labios y negué con la cabeza. Ese chico era extraño.

El día de hoy también me acompañó hasta mi casa, y aunque seguía resultándome algo molesto realmente no podía llegar a odiarlo. Entré a mi hogar y cerré la puerta tras de mí. Una gran bola de pelo corrió desesperada a recibirme, me llenó las manos y la cara de besos.

ꟷToby para. ꟷla risa se apoderaba de míꟷ Me haces cosquillas, por favor.

Pareció entender mis súplicas por lo que bajó sus patitas al suelo de nuevo. Pero cierta figura llamó mi atención, algo blanco cayó de mi bolsillo y revoloteó hasta caer al piso.

Fruncí mi ceño confundida. Me agaché y al acercarme pude apreciar un pedazo de papel.

ꟷ¿Y esto? ꟷmi amigo peludo ladeó la cabeza.

Lo agarré entre mis dedos y al darle la vuelta vi que tenía algo escrito. En una letra cursiva y bastante elegante decía:

"No creerías que te ibas a librar tan fácilmente de mí, ¿no?"

Y debajo se encontraba su número de teléfono, todo esto firmado por mi acosador personal: un rubio molesto con nombre de estrella y complejo de salvador. Agregué el número en mi teléfono solo por si alguna vez resultase necesario. Para nada más.

¿A quién quiero engañar? Era tentador poder llamarlo a mi antojo y molestarlo tal como hacía conmigo.

Mientras miraba su perfil que era un mini Kiran disfrazado del mismísimo Peter Pan, me dirigí a la sala. Estaba tan centrada en esa imagen tan tierna que no me había percatado del silencio que reinaba en la casa.

ꟷ¿Papá?

No hubo respuesta. Al ver la habitación vacía, me encaminé a la cocina pensando que estaría cocinando el almuerzo. Pero me equivoqué, lo único que pude ver fue una mesa desierta y un papel en la nevera. ¿Acaso hoy era el día de las notitas?

Era de papá, había planeado una comida familiar en una cafetería cercana para poder pasar tiempo juntos. Sonreí, se esforzaba por levantar mi ánimo y no dejar enfriar nuestra relación padre e hija. En verdad lo agradecía.

Observé la hora y decidí apresurarme para no llegar tarde a nuestro encuentro. Subí rápidamente a mi habitación para vestirme con una camiseta, ya que comenzaba a hacer calor. Cuando estuve lista me despedí de Toby y me dirigí a la cafetería.

Esta vez cambié mi ruta, no quería volver a experimentar lo de la mañana anterior, así que evité esa dichosa cafetería. Caminaba deprisa casi tropezando con mis piernas, y ocupada en mi lucha contra las arrugas de mi camisa no me di cuenta de un sujeto caminando hacia mí. Sí, choqué con él.

ꟷLo siento, no te había visto.

Avergonzada me disculpaba mientras un chico pequeño y rubio recogía los libros que se le habían caído al suelo. Lo ayudé como pude mientras mi cara se tornaba roja, odiaba hacer el ridículo y que todos los ojos estuvieran sobre mí. Cuando terminamos ambos nos levantamos, ahí pude ver su rostro.

Tenía unos pocos años menos que yo porque aún conservaba esa inocencia en su cara, pero tenía algo raro. A parte de su curioso parecido a Jack Frost, sentía que lo había visto en otra parte. Distraída en mi investigación sobre por qué me resultaba conocido, él habló por fin.

ꟷGracias. ꟷme sonrió tímidamenteꟷ Yo tampoco miraba por dónde iba.

Me dio una leve despedida agitando su mano en el aire. Ya más relajada me dispuse a seguir mi camino, pero lo que no esperaba es que el rubio se dirigiera hacía allí y eso causara otro choque. Pero esta vez sus libros no se cayeron, y doy gracias a ello.

Bajo la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora