26 | No puedo más
Kiran
Un dulce y suave sabor a fresa con cierto regusto a alcohol.
Eso percibieron mis papilas gustativas en cuanto nuestros labios se unieron aquella noche.
No había podido deshacerme de aquel recuerdo desde entonces, aunque no era como si quisiera hacerlo. El solo pensamiento de todo lo ocurrido y el saber por fin lo que Miller siente inevitablemente provoca que una sonrisa se extienda por todo mi rostro.
Cierro los ojos solo para volver a ese instante. El tacto de la fría piel que mostraba su atuendo, el calor que desprendían sus dedos aferrados a mi cuello y su boca sobre la mía.
No puedo retener el gruñido que sale de mi garganta.
¿Cómo es posible que haya sobrevivido dieciséis años sin ella?
Aunque no es el único pensamiento que se cuela por mi mente.
Mi cerebro no deja que olvide el mensaje que recibí al llegar del concierto. No era una sorpresa su remitente, pero sí fue inesperado el motivo por el que me volvía a escribir.
Aquella estúpida identidad anónima parecía no darse por vencida. El mismo escalofrío que me recorrió esa noche vuelve a aparecer al recordar su nueva amenaza.
"Comienza tu pesadilla, Kiran O'Connor"
Aquello podrían ser simples palabras vacías, sin embargo estaba seguro que no era simple casualidad que me llegara ese dichoso mensaje el mismo día que besé por primera vez a Miller.
Lo extraño de todo el asunto es cómo el Ojo Dorado consigue tener sus ojos en cada lugar, sinceramente comenzaba a creer lo que decían. Lo sabía todo de todos.
Suspiro pesadamente y me reincorporo para observar mi desastrosa habitación. Tampoco es que me considere una persona organizada, pero últimamente el desorden ha estado más presente en mi vida.
Mis ojos se detienen en la guitarra roja tendida en el suelo, la misma que utilicé en el concierto.
Instantáneamente mi estómago se revuelve. Llevaba desde aquella noche castigándome internamente por ser un cobarde, por no hacer lo que realmente quería.
No tuve el coraje de tocar la canción que le había compuesto a Miller.
El arrepentimiento se instaura en mi pecho de solo pensarlo, era la oportunidad perfecta pero había dejado que el miedo a fracasar me controlara. Eso me llenaba de rabia ya que yo no era así, no temía por el qué pensaría la gente o si era lo correcto.
No obstante con la música era diferente, me daba pánico pensar que tras tanto luchar por mi sueño nunca alcanzaría a llegar ahí.
Un nudo se forma en mi garganta y trato de desviar la atención de mi mente hacia otra cosa.
Instintivamente alguien viene a mi cabeza, aunque esa idea se esfuma rápidamente en cuanto me percato de un problema importante. La chica que había besado hace dos días no me dirigía la palabra desde entonces, eso me confundía.
Notaba como mi presencia le provocaba nervios y podía alcanzar a ver algún que otro sonrojo, mas no se atrevía a mirarme. Yo tampoco había hecho por acercarme, la situación era algo tensa después de lo ocurrido y no podía dejar de pensar en que tal vez la había cagado.
Agotado de no entender qué sucedía, agarré mi teléfono para llamar a la única persona que estaba seguro que podría saber la verdad.
ꟷ¡¿En qué momento te di mi número?!
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Bajo la luna
Jugendliteratur« El sol y la luna comparten el extenso cielo pero están destinados a nunca encontrarse, ¿o no? » Para Ayla Miller, su vida ya no tiene sentido tras el fallecimiento de su madre. Se ha encerrado en su pequeña burbuja para no sentir más dolor, lo que...