Recuerdos dolorosos

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- Hey, esperenme -. Gritaba una niña de cabellos azabaches, sus ojos eran color miel y su tez blanca.

- Vamos apurate llegaremos tarde -. Dijo un niño de cabellos azabaches al igual la niña, a simplemente vista parecen hermanos de no ser por sus ojos color azules oscuro.

La niña llegó corriendo hacía sus amigos, se encontraba sudorosa y apurada, sus hermanos eran mucho más rápidos que ella por eso tuvo que correr mucho para alcanzarlos. Cuando la niña estuvo de nuevo con ellos comenzaron otra vez su rumbo hacía el mágico lugar.

- ¿A dónde vamos? -. Preguntó la pequeña azabache.

- Ya verás, enana-. Dijo un niño de cabellos cafés castaño, sus ojos eran color rojos tirando a café.

Enana. Era el apodo que le decía a la niña

Se había escapado del orfanato al que asistían, bueno más bien un reformatorio, ellos le habían dicho que hoy era un poco especial, por eso se escaparon aunque la niña no  entendía que tenía de especial.

Cuando llegaron al lugar, había unas lianas tapando la entrada, tal y como lo habían dejado ellos.

- Cierra los ojos Neko-chan-.Le dijo un niño rubio, sufría de heterocromía ya que tenía un ojo azul y el otro rojo. Le tapó los ojos a la niña para asegurarse de que no viera su sorpresa.

Los niños sonrieron entre sí, el azabache agarró las lianas y las movió hacía un lado para dejar paso para adentrarse al lugar mientras que el rubio guiaba a la niña hacía adentro.

- Ábrelos-. Dijo un niño con el cabello color verde oscuro en la coronilla y verde claro en las puntas, sus ojos eran una combinación de azul y verde agua. Simplemente maravilloso

El niño quitó las manos de los ojos de la niña y ella los abrió, le costó enfocar la vista por culpa del sol que había, cuando se acostumbró a la luz del lugar, miró maravillada el lugar que había. Un jardín de rosas blancas y rojas se combinaban, la brisa era suave y agradable y en el ambiente se podía apreciar el maravilloso sonido de la naturaleza.

Miró hacía todos lados para encontrarse con sus amigos pero no estaban, volteó su mirada otra vez al ambiente pero este se empezó a oscurecer, el sol se había ido, las rosas se habían marchitado y el sonido de ramas quebrandose inundó sus oídos.

"Volveremos y te sacaremos de aquí. Lo prometo".... "Volveremos y te sacaremos de aquí. Lo prometo"...."Volveremos y te sacaremos de aquí. Lo prometo"...

Esas palabras sonaban como eco en su cabeza,empezó a correr y el escenario cambio, ahora solo era negro solamente se podía apreciar una azabache de 13 años corriendo.

El escenario cambió nuevamente, ahora se podía apreciar una joven de 17 años con un gato en manos, que corría de los guardias del reformatorio.

Pero nuevamente el escenario cambió, ahora se veía el niño de cabellos azabaches que la miraba triste.

- Pronto volveré por ti, Mei-. Dijo en un susurró. La imagen del niño empezó a desaparecer.

- No, hermano vuelve ¡¡Vuelve!!-. Gritó la niña.

- ¡Ahhh!-. Gritó la azabache, se sentó inmediatamente, estaba sudorosa y temblaba mucho. Esos malditos sueños estaban volviendo, no los había tenido desde que había llegado a la mansión. Recordar cada faceta de su vida en un solo sueño habia sido abrumador.

Volteó su mirada y se dio cuenta de que estaba en el cuarto de Yui, completamente sola, miró sus ropas aún llevaba el pantaloncillo café que Yui le había dado y también llevaba la blusa roja que también le había dado ella. En su defensa ¡Era callejera! Por eso no tenía ropa.

♥Atrapado por tu amor♥ [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora