Ir al psicológo | Mi experiencia

97 10 0
                                    

Hola, hola, criaturas bellas.

Después de varias semanas de ausencia, he vuelto con un tema del que poco he hablado. Creo que no es un secreto lo mucho que me gusta la psicología, considero que uno de los pilares fundamentales para una vida humana de calidad es prestar atención a la salud mental. Pero, no les he contado mi experiencia en terapia psicológica, porque sí amigos, fui a terapia alrededor de medio año.

Quiero compartir un poco de mi proceso para motivar a otros que puedan estarlo necesitando. De verdad, si tienen la oportunidad de ir a terapia, háganlo. No se van a arrepentir. En especial, si siente que necesitan una intervención especializada para tratar aspectos que los están incomodando, o simplemente desahogarse con alguien, también es válido. Cualquier motivo que te haga tomar la decisión de ir a terapia es válido.

🌠🌠🌠

¿Cuándo supe que necesitaba terapia?

Reconocer que necesitaba asistencia psicológica, fue el primer escalón de la pirámide.

Mi primer ataque de ansiedad consciente, es decir, que supe que lo que me estaba pasando no era simple berrinche sino un verdadero ataque, fue cuando tenía 15 años. Recién había salido de una relación complicada, era algo así como "el primer amor" aunque, en realidad, no fue el primero. Pero, esa es otra historia.

Cuando tenía esa edad comencé a experimentar más intensamente los síntomas de ansiedad. El sobre pensar se hizo un mal hábito nocturno, que me mantenía despierta hasta la madrugada.

Sobreviví esos años lidiando con esos síntomas, porque realmente, no tenía la certeza de estar padeciendo ansiedad. Sabía que no era normal, pero no sabía si catalogarlo como ansiedad era correcto.

Fue hasta octubre de 2021, cuando aún vivíamos un poco restringidos por la pandemia, que decidí acudir al psicólogo. Una noche, después de tener una pequeña discusión con mi madre, me encerré en mi habitación a llorar. Pero, después de un rato de estar llorando, comencé a sentirme inquieta e intranquila. Estaba sentada en la cama, pero tuve que levantarme a caminar por todo el cuarto, de un lado a otro. Empecé a sentir que me faltaba la respiración, era tanto el llanto que sentía que me ahogaba al no poder respirar. Todo mi cuerpo temblaba incontrolablemente. Lo peor fue sentirme tan atrapa en mi cuerpo, tan desesperada por detener esas sensaciones que, entonces, comencé a infligirme daño físico; jalándome del cabello hasta provocarme dolores de cuello.

Estaba tan incontrolable que decidí llamar a una conocida con la que había coincidido en un grupo de jóvenes de la iglesia, con quién en ese tiempo mantenía una agradable comunicación, pese a que ella vivía en otra zona del país, manteníamos una amistad virtual bastante linda. Ella estuvo hablando conmigo hasta tranquilizarme, estuvo rezando por mí para que pudiera calmarme. Una vez que estuve tranquila, esa noche tomé la decisión de no seguir así.

No podía seguir viviendo con tanta ansiedad en mi cuerpo, era demasiado abrumante vivir como si tuvieras miles de monstruos en tu cabeza diciéndote cosas horribles, haciendo que te preocupes incontrolablemente por el futuro, pero al mismo tiempo, paralizarte para que no acciones. Fue entonces que esa noche decidí buscar una psicóloga.

🌠🌠🌠

El proceso de encontrar una psicóloga.

Quizás, una de las partes más importantes del proceso terapéutico, es encontrar un psicólogo con quien sientas comodidad. Es importante sentirte en confianza con tu psicólogo, porque él o ella será el supervisor de tus avances, será a quien estés acudiendo semanal o quincenalmente para contarle cómo te has sentido o qué cosas te han estado pasando. Por eso, el lazo profesional de confianza que debe existir entre paciente-terapeuta, es importante.

Glow UpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora