Kei
—Sabía que iba a terminar mal –tomando un vaso de agua mientras pasaba a un lado de la puerta cerrada de Christopher –cobarde.
Había pasado en total una semana desde que me confesé, una semana desde que Christopher pasa más tiempo en la empresa que en la casa y una jodida semana desde que huye de mi como si tuviera una enfermedad altamente contagiosa. Empezaba a plantearme que el haberle contado fue mala idea, pero no iba a fingir que lo veía solo como a un amigo, y hasta donde Su-ji me había dicho, mis sentimientos parecían ser correspondidos, cosa que Christopher se había encargado de desmentir en su totalidad esta semana ignorándome.
—¿Todo en orden con el líder? —la voz de Minho me hace dar un pequeño salto, me miraba divertido, sus ojos se habían achicado formando ese típico rostro juguetón como si él supiera cosas, bufé mirando nuevamente la puerta cerrada, como si mi mirada la hiciera desaparecer.
—Tu líder es un cobarde —resoplo molesta y el ríe.
—Bueno dame más contexto o mi mente maquinará cosas —le di una mirada completa, vestía bien, y no era hora de vestirse bien.
—No parece pijama, ¿Saldrás? —pregunté y el frunció los labios.
—Si —tenía una camisa blanca remangada hasta el codo y unos jeans negros, desde donde estaba podía oler su colonia y su cabello estaba hasta planchado.
—Llévame —pedí rápidamente y el resopló –me vestiré súper rápido.
—Ni de broma, Hyunjin se enojará —se burló y yo puse los ojos en blanco.
—Hyunjin no está aquí –contraataqué y el miró la puerta de Christopher.
—Chan lo hará entonces —me crucé de brazos molesta, él empezó a caminar alejándose de mi.
—¿Y Chan sabe que saldrás? –pregunté con una sonrisa, él detuvo su paso y suspiró. Lo tenía.
—Tienes 10 minutos –bufó y yo corrí a mi cuarto, no pensé mucho en que ponerme, me puse un pollera negra, la primera remera blanca ajustada que alcance a ver y una camisa larga, mis botas y tiré maquillaje dentro de mi cartera para luego, corrí hasta la sala encontrándome con Minho, me miró y luego miró su reloj de muñeca.
—8 minutos, Woah, vámonos.
Lo seguí hasta su auto, entré en el asiento del copiloto y el prendió el aire. El camino fue completamente silencioso, con música suave de fondo, a mi no me resultaba incomodo, al contrario, era agradable.
Aproveché el momento y traté de maquillarme un poco, hasta dónde mis conocimientos llegaban.
—Como seas menor de edad te quedas afuera hasta que yo quiera salir —dijo apagando el auto frente a un bar lujoso, unas luces moradas se movían delante de la puerta.
—Tengo 19 —lo miré con reproche antes de bajarme del auto.
Caminamos hasta la puerta del bar, el guardia no me preguntó nada, solo me dejó pasar a diferencia de Minho, a quien lo detuvo, él levantó las cejas sorprendido.
—Identificación —pidió el guardia, yo presioné los labios para no reír.
—Debe de ser una broma —se quejó Minho rebuscando su billetera, el guardia lo confirmó y por fin pasamos.
—Si eras menor, te quedabas afuera hasta que me apetezca salir —lo imité y él puso los ojos en blanco, nos sentamos en una barra con taburetes altos y cómodos, el frio del mármol negro de la mesada me dio escalofríos al recostar mis brazos en el.
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La voz que calmó la tormenta
FanficAmbos expresaban sus sentimientos con la musica, el era famoso, ella tocaba en las calles, el tenia responsabilidades y ella tenía miedos La vida de Bang Chan da un pequeño giro cuando descubre que Hyujin tenia una hermana, que ademas de aparecer s...