Capítulo 3: No soy una niña

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Bang Chan

Salí de mi pieza arrastrando los pies, normalmente me levanto antes que los chicos para bañarme y empezar bien el día. Bostecé mientras abría la puerta y la cerraba detrás de mi, colgué mi toalla y giré hacia la ducha, la cortina se abrió de golpe dejando ver a Kei en toalla, ella me miró con el ceño fruncido y yo me sobresalte del susto.

—Ay mierda —se quejó y volteó la vista, volvió a mirarme y recorrió mi torso desnudo —si, mierda —repitió y desperté un poco más, llevé mis manos a mi torso tapándome y la miré, estaba desnuda, solo la toalla cubría su cuerpo de mi... me giré y cerré los ojos con fuerza unos segundos.

—¿Qué haces aquí? —pregunté casi alarmado.

—Iba a bañarme, la pregunta es ¿qué haces tú aquí? —oí que se movía a mis espaldas, mi corazón estaba eufórico al parecer.

—La puerta estaba abierta —me excusé, aclaré mi garganta al oír mi voz temblorosa.

—Claro que no —Bufó, estaba cerca de mí, podía sentirla.

—Digo que estaba destrancada —explico rápidamente y giró a mirarla, estaba detrás de mí, a un solo paso.

Dios, ni siquiera se cuando fue la última vez que vi a una mujer asi.

 —¿Y se supone que 8 tipos comparten un solo baño en esta semi-mansion? —cuestionó y me obligué a pensar en algo más que no sea en ella, con solo una toalla... a un paso de mi.

—No —aclaré mi garganta —cuatro de nosotros tienen baño en su cuarto, no soy uno de ellos —respondí.

—Bien ¿Y haremos un piedra, papel o tijera para ver quién se baña? —bromeó ella y yo sentí mi rostro caliente.

—Cierto cierto, lo siento —dije y tomé la perilla de la puerta, sentí su pequeña y fría mano agarrar mi brazo.

—Espera —no quería girar a mirarla otra vez.

Claramente mis habilidades de comunicación con las mujeres no estaba actualizada en mi sistema, mucho menos si estaba solo en toalla, lo recalco.

—Dime —digo mirando la puerta.

Hola puerta, te ves bien hoy.

—El agua no sale, por eso aún no me bañaba —explicó y yo asentí, giré sobre mi cuerpo y evité a toda costa que mis ojos busquen su diminuta figura, caminé hasta la regadera y señalé un interruptor.

—Tienes que presionar este para que abra la cañería, es bastante raro, y al terminar lo aprietas nuevamente —lo encendí y el agua corrió.

—Gracias —murmuró y mis ojos rebeldes giraron a mirarla, la toalla apretaba su pecho realzándolos y dejaba sus piernas a la vista, su piel se veía tan suave, empezaba a obsesionarme con eso y para nada era algo cuerdo de mi parte, contuve el suspiro que quiso salir de mi cuerpo e ignore la necesitad de extender mi brazo para comprobar la textura de su piel.

Me reprendí mentalmente, ya parecía esos pervertidos acosadores.

—No es nada —me giré rápidamente, abrí la puerta del baño para huir y choque con Seungmin.

—Hey líder —saludó y miró detrás de mí, encontrándose supongo con Kei.

—Buen día, Seungmin —Saludó ella y cerró la puerta del baño, dejándome solo con Seungmin en el pasillo, él me miraba con la boca entre abierta, yo sonreí encogiéndome de hombros.

—¿Vas a explicarme? O... —empezó a decir y yo reí nervioso.

—No era lo que parecía —murmuré y caminé rumbo a mi cuarto sin mirarlo. No sería nada fácil o corto de explicar.

La voz que calmó la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora