T⁰|| 𝒯ℯ𝓃 𝒯ℯ𝓃

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La tarde comenzaba a caer mientras la pequeña niña se encontraba mirando desde la ventana al igual que anteriormente, ahora miraba en dirección al bosque maldito

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La tarde comenzaba a caer mientras la pequeña niña se encontraba mirando desde la ventana al igual que anteriormente, ahora miraba en dirección al bosque maldito. Ya estaba cansada de no saber nada de su mascota, estaba cansada de llorar todo el tiempo, pero que más podría hacer ella si apenas tenía tres años y poco más.
Dejó la habitación y se dirigió a dónde estaba su hermano.

—¿Qué pasa ____? —se acercó agachándose a su altura—. ¿Tienes hambre? ¿Tienes sueño?

—No, quielo a Mai' —respondió.

—Ay pequeña —Trollino la cargó mientras la abrazaba con fuerza y se sentaban sobre el sofá—. Escucha, yo también lo extraño mucho, pero... no puedes estar triste y llorando todo el tiempo, extraño a Mike, pero extraño más a esa ____ alegre que siempre me miraba sonriendo. Si tú no estás bien yo tampoco lo estoy.

—Eta ben Tolli, itetale etal ben —respondió mientras se bajaba del sofá y señalaba la cocina—. Quielo chocoate y amenas.

Generalmente la pequeña niña no le era permitido comer tanto chocolate, sobretodo si no había comido antes, pero por ahora lo que quería el mayor era que su hermanita estuviera pensando en otra cosa que no fuera su perrito perdido.

—Esta bien ____, pero solo por esta vez, ¿Entendido?

La niña asintió con emoción.

—Buscalo en la cocina, está sobre la mesa, lo buscas y regresas, ¿Está bien? En unos minutos van a pasar Ultra Rex.

La pequeña se fue a la cocina, la cuál estaba totalmente fuera de cosas que pudieran hacerle daño, por lo cual podía tomar una barra de chocolate de la mesa y regresar a ver su programa favorito. Ahora ya no pensaba en Mike, o eso creía el azabache, pues lo que en realidad hizo la niña fue tomar la barra de chocolate y salir por la ventana de la cocina.

Llegó a la ventana con ayuda de una silla y se escabulló por ahí gracias a que estaba unos metros sobre el suelo, nada lo suficientemente alto para ella.
Escapó de casa acercándose al bosque maldito, por dónde había huido su mascota, algunos pensarían que era estúpido, otros que no era nada normal, pero vamos, ¡A una nena de tres en desesperación se le hace fácil!

Agarró la tela con sus manitas mientras deslizaba el chocolate bajo la tela, esperando que ante el simple sonido del empaque su amado perrito apareciera, más no sucedió así. Al contrario, llegó a hacer ruido intentado pasar la tela que fue atrapada por su hermano.

—¿A dónde vas señorita? —la alzó comprobando que estaba llena de tierra por haber intentado escarbar y pasar bajo la cerca.

—Tolli Mai' po' ahi se fue —señaló el bosque.

—Ya lo hablamos ____, no puedes entrar ahí, es peligroso para ti. Ahora vamos a darte un baño, no puedes estar así.

Con la niña en brazos se metió dentro de la casa, dónde la dejó sentada frente a la televisión mientras se aseguraba de cerrar todo para que no volviera a escapar y de una vez, preparar las cosas para el baño de la pequeña.

¡¿Una niña?! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora