La vida de la pequeña ____ es sumamente tranquila y afortunada, ¿Qué más podría desear una niña de casi cuatro años? Tenía a su hermano mayor y un perrito, con el cuál peleaba constantemente por la atención del mayor, pero solían llevarse muy bien...
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Hoy era un día muy especial, la niña había hecho lo que no hacía en mucho tiempo y es era despertarse temprano, eran aproximadamente las siete de la mañana cuando ya estaba despierta. Un día antes le había pedido a Trolli poder quedarse con el "porque tenía miedo" esa excusa, más unos ojos de cachorrito abandonado fueron irresistibles para el mayor quien aceptó.
Sus encantos siempre estaban a su favor, se bajó de la cama aún en pijama y fue a su cuarto, debajo de su cuna estaba una caja de regalo de uno de sus cumpleaños anteriores, aún conservaba el papel decorativo y el moñito.
Sacó lo que contenía dentro que solamente eran algunas cosas viejas como sonajeros y "cosas para bebés" según ella quien se autoproclamaba una niña grande. Dejó eso a un lado y tomó la cajita entre sus manos, salió de su habitación rumbo a la cocina.
Al llegar a ésta, no tuvo que esperar mucho, pues un suave golpe en la ventana le indicó que lo que había pedido había llegado, con ayuda de una silla se asomó a la ventana logrando ver a Raptor quien abrió la ventana desde fuera una vez que ______ logró quitar el seguro.
—¡Latol! ¿Tajiste lo que ecalgué? —preguntó mientras dejaba la cajita a un lado.
—Sí, aquí está lo que me pediste —el castaño le extendió un par de chocolates con almendras que la niña recibió junto a un montón de serpentinas de colores.
—¡Gacias Latol! Toma dinelo —la niña agarró un bote que había sobre la mesa y regresó a su sitio, sacó unas cuantas monedas y se las entregó al ojiverde.
—No, gracias a ti. Con esto sigues asegurando tu puesto de la mejor clienta —le guiñó un ojo mientras ambos reían.
—Beno, me tego que il. Mai' me etá epelando —dijo mientras bajaba de la silla y regresaba el frasquito con dinero a la mesa. Antes de que Raptor saliera de su vista, se despidió con un movimiento de mano.
Llevó todo lo que había conseguido a la sala, se sentó sobre el sofá y empezó a trabajar. Abrió la cajita y comenzó a meter los chocolates primero, después de eso, volvió a su habitación en busca de papel y sus crayones.
Ahora se encontraba pintando un dibujo de su familia: Trolli, Mike, Willy y ella. Algo la hizo detenerse de lo que hacía, cuando salía a la calle solía ver niños como ella junto a sus papás y sus mamás, algunos llevaban mascotas o hermanos como ella. Pero, ¿Dónde estaban sus papás?
Abrazó su peluche que se encontraba en el sofá, dejó por unos minutos su dibujo, estaba muy pequeña aún pero tenía dudas sobre sus papás, ¿Por qué los demás tenían y ella no?
—Señol Cody —______ miró a s mascota muy seriamente, parecía ser un caso de verdad—. Cuano pase el cumpaños de Mai', tenemos que imve… in… ivestigal donde etán mis papás —señaló al canino de peluche de manera acusadora, como si éste supiera dónde estaban.
Olvidó eso y siguió dibujando hasta terminar su obra de arte, pero ésta no era para pegarse en el refrigerador, ésta era una especial para Mike. Garabateó unas cosas detrás del dibujo, ella estaba cien porciento segura que ahí decía “Feliz cumpleaños Mike” y el que le dijera lo contrario se debía atener a las consecuencias.
