T¹|| 𝓛𝓸𝓼 𝓬𝓸𝓶𝓹𝓪𝓼 𝓿𝓪𝓷 𝓭𝓮 𝓬𝓪𝓶𝓹𝓪𝓶𝓮𝓷𝓽𝓸

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Era un día particularmente soleado, ______ viajaba en el carro de su hermano mayor mientras miraba por la ventana los paisajes que pasaban frente a sus infantiles ojos

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Era un día particularmente soleado, ______ viajaba en el carro de su hermano mayor mientras miraba por la ventana los paisajes que pasaban frente a sus infantiles ojos. De vez en cuando tocaba el hombro de Mike para señalarle algún animal que veía.

—¿Qué pasa pelito? ¿Ya te abuliste? —preguntó la menor cuando el cachorro se acomodó al lado de su asiento especial. Éste le contestó con un ladrido.

—¿Trolli, falta mucho? —preguntó Mike apoyando su mejilla contra la ventanilla.

—¡Ay que pesa'o! Que te he dicho que no. Anda ponte algo de música.

El canino obedeció y encendió el reproductor, sonó una melodía que agradó a la mayoría de los presentes. Incluso Trollino se veía feliz mientras conducía, ______ comenzó a tararear pero Mike la cambió y así sucedió en otras tres o cuatro ocasiones.

—¡¿Quieres elegir una canción de una maldita vez?! —gritó enfadado el azabache.

—¡Mai', deja una! —se quejó la niña mientras se cruzaba de brazos.

Arriesgándose a recibir un regaño por parte de ambos, Mike finalmente cambió la canción dejando la de chocolate con almendras y comenzó a moverse al ritmo de la música. ______ sin más que hacer se dedicó a disfrutar del resto del viaje.

—Pues... tengo hambre —se quejó.

—¡Que pesa'o eres! Mira la bolsa que ésta debajo de tu asiento que he metido algo para picar. De paso dale algo a ______, ha de estar aburrida la pobrecita.

Mike obedeció buscando una bolsa de papel que sacó mostrando una sonrisita traviesa, la bolsa estaba ya casi vacía.

—Mike... —llamó Trolli—. ¡Mike, ¿No me digas que te lo has comido todo?!

—Es que tenía hambre —de la bolsa sacó un pedazo de una tablilla de chocolate—. Anda mira, quedaba una chocolatina.

El canino volteó la vista al asiento trasero, tenía hambre pero la mirada de su dueña menor lo tenía hipnotizado, olvidó su hambre y le dió lo que restaba a la pequeña.

—¡Gacias Mai', te quelo mucho! —la niña empezó a comer su chocolate.

—______ no olvides darle un poco de chocolate a Perro —la niña asintió, partió un pedazo de su dulce e iba a dárselo pero fue interrumpida.

—Ya les he dicho mil veces que los perros no pueden comer chocolate, te estoy vigilando ______ —señaló el mayor mirándola por el espejo retrovisor, ella simplemente sonrió y se metió el pedazo de dulce a la boca.

¡¿Una niña?! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora