T²|| 𝓔𝓵 𝓭𝓲́𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓿𝓪𝓬𝓾𝓷𝓪

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El día comienza como cualquier otro, la pequeña ______ se encontraba a unos momentos de salir de la escuela

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El día comienza como cualquier otro, la pequeña ______ se encontraba a unos momentos de salir de la escuela. Ahora mismo estaba en el patio con sus amigos, quiénes no habían dejado de preocuparse por ella desde que se había ido llorando ese día.

—Y e'tonces mi helmana me ayudó con mi talea —dijo la pequeña Krystal mostrándoles a sus compañeros una libreta con la tarea que les había encargado la maestra un día antes.

—Yo casi no veo a mi helmano —se quejó Ismael apoyando su cara entre sus manos.

______ por su parte no decía nada, ellos querían animarla, pero a veces no funcionaba. Ejemplo ahora mismo, tratando de hacerla sentir mejor comenzaron a hablar de la tarea y ahora mismo hablaban sobre sus hermanos.

—¿______? —la llamó Ismael el verla perdida en sus pequeños pensamientos.

—¡Eh! —miró en todas direcciones hasta dar con el pelinegro que le hablaba.

—No lespondías —dijo Krystal viéndola con preocupación.

—Es que… a veces extlaño mucho a mi helmano —respondió mirando en dirección al cielo azul.

—¿Él se fue como el mío? —cuestionó el niño, quien estaba acostumbrado a la poca presencia de su mayor pues éste estaba en la universidad.

La niña negó.

—Etá allá —la pequeña levantó su mano y con un dedo señaló al cielo.

—¿Ma'eja un avión? —cuestionó la otra niña, ella no sabía de una persona que pudiera estar en cielo sin caerse a menos que estuviera en algo como un avión o un helicóptero.

—No… es que… —sin poder responder más, la maestra la mandó llamar con una sonrisa hacia la puerta. Habían ido por ella.

—Beno, aliós —se despidió Ismael agitando su mano al ver cómo la niña tomaba sus cosas lista para irse.

—Aliós ______ —Krystal imitó su acción.

—¡No' vemos! —concluyó la pequeña, dejando atrás su tristeza, pues sabía que vería a su adorada mascota. Corrió hasta la puerta, dónde la esperaba su maestra.

—¿Lista pequeña? Te están esperando, nos vemos mañana —la señorita abrió la puerta y dijo adiós con la mano a la niña.

—¡Adiós maestla! —se despidió ella también.

Afuera, a unos pocos metros de ella se encontraba Timba con algo de compañía. Aunque había un perro extraño, parecía muy flaco y desnutrido, algo no andaba bien.

—¡Mai'! —______ abrazó a su mascota, aunque solo se había separado de él unas horas.

—¡______! —respondió el contrario abrazándola también.

—Mike, mantén el perfil bajo. La gente nos observa —susurró Exe entre dientes.

—¡Timba! —gritó la niña abrazando también al peliazul—. ¿A nonde vamo' hoy? —cuestionó al ver fuera a media familia.

¡¿Una niña?! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora