𝐋𝐀|| 𝐃𝐢𝐛𝐮𝐣𝐨𝐬, 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚

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Una pequeña de cuatro añitos de edad se encontraba coloreando los últimos detalles de su dibujo, dibujaba a su ahora nueva familia

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Una pequeña de cuatro añitos de edad se encontraba coloreando los últimos detalles de su dibujo, dibujaba a su ahora nueva familia.

—¡Lito! —festejó una vez hubo terminado. Bajó del sillón de un pequeño salto y decidió mostrar su arte, primero fue con el canino mayor quien se encontraba afuera peleando con Mike quien ahora mismo estaba molestandolo.

—Por última vez Mike, ______ te seguirá queriendo aunque seas un gusano —expresó algo fastidiado por las preguntas del menor.

—Y... ¡Y si me convirtiera en una mosca! ¿Crees que lo haría? —preguntó meneando la cola esperando una respuesta, el mayor suspiró, debía tener paciencia.

De reojo, el canino amarillo oscuro alcanzó a ver a la pequeña que venía en su dirección. Ésto lo hizo calmar sus ganas de gritarle al pequeño perro, ¿Cómo había podido aquella niña perdonar algo como lo que había hecho su contraparte? Es decir, la pequeña no tan pequeña ______.exe jamás quizo hablar del tema y prefería estar lejos de él.

—Mike... ella siempre va a quererte, así seas una mosca, un gusano o un horrible sapo —añadió lo último con una risilla burlona—. ¿No es así, ______?

Mike iba a responder, pero giró en dirección a la puerta principal, encontrándose con su dueña que traía una hojita de papel en sus manos.

—¡Mai'! ¡Ese! —gritó emocionada mientras corría hacia ellos.

—¡______! —el canino bajito dejó atrás sus dudas mientras corría a abrazar a la niña, quien gustosa correspondió su abrazo. El exe miraba con una leve sonrisa aquella escena.

—¿De qué haban? —preguntó mirándolos inclinando un poco la cabeza hacia un lado.

—Mike pregunta que si lo seguirías queriendo aún si fuera un gusano —soltó el de ojos rojizos riendo.

—¡Sí! —respondió la niña asintiendo varias veces.

—¡Gracias ______! —el perrito la abrazó de nuevo mientras su cola no paraba de agitarse con emoción—. ¿Qué es ésto?

—¡Un dibujo! —respondió ella emocionada—. ¿Quielen vel?

Ambos asintieron mientras la pequeña los guiaba hasta la mesa y extendía su hoja mostrándoles sus garabatos, que a decir verdad, ya tenían algo de sentido. Sin embargo, una parte de su hojita de papel había quedado cubierta por su pequeña mano.

—Esta es la bluja —dijo señalando una anciana de cabello blanco grisáceo, rizado y esponjado.

Los de pelaje amarillo no pudieron contener una risa.

—¡Este es Timba! Milen está dolmido —señaló un peliazul que estaba tirado en un sofá.

—Este es Acenis —señaló ahora un gato grisáceo, tenía un aspecto un tanto deforme, pero eso era un asunto personal de la niña.

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