Pablo...
Ya estaba a punto de cumplir los 20 años, y era un buen momento para mudarme solo. Había conseguido un departamento cerca del campo, aunque los lugares a los que solía ir no me quedaban tan cerca. Sin embargo, el lugar era acogedor, lo cual era lo más importante para mí.
De Nicole ya no sabía mucho. A veces echaba un vistazo a las publicaciones que los chicos subían con ella, y de vez en cuando también visitaba su perfil para ver qué había sido de ella. Aunque la extrañaba, sabía que si nos volviéramos a ver, las cosas no serían como antes. Así que decidí volver a mi rutina anterior: salir de fiesta, pasar tiempo con otras chicas y seguir enfocado en mi entrenamiento, que era lo más importante para mí.
Nicole...
Había quedado en encontrarme con Sira, Ferrán, Ansu y Pedri en una cafetería cerca de la masía, ya que querían salir después de tener partidos casi a diario.
Llegué un poco tarde, ya que antes de eso estuve en una reunión para un nuevo proyecto. En cuanto entré a la cafetería, me acerqué y saludé a todos.
Nicole— (disculpándose) Lo siento chicos, llegué un poco tarde. Tuve un una junta de trabajo.
Sira—No te preocupes, lo importante es que estés aquí. ¿Cómo te va?
Nicole— (sonríe) Pues, entre ensayos y eventos, no tengo tiempo para aburrirme.
Ferrán—(curioso) Y... ¿cómo va todo con el chico de Prada?
Pedri—¿Qué chico? (Preguntó sorprendido).
Sira—Un chico que conoció hace unas semanas Nicole, en una tienda, nada serio ¿verdad, Nik?
Nicole—(Sin importarle). Ajá, nada serio.
Ansu—Pues parece que ambos van bien, Pablo se va a mudar solo y ahora está saliendo con una chica que se llama Isabella y tú tienes a un nuevo chico, creo que llevaron muy bien la situación.
Nicole— (tratando de ocultar su dolor) Ah, interesante. Supongo que es bueno que todos sigamos adelante, ¿verdad?
Me sorprendí por cómo Ansu soltó la sopa así de la nada. Note como todos lo miraron mal, incluso Pedri le dio un golpe en el hombro.
Ansu—¿Pues no estamos hablando de eso? ¿De que ya ambos dieron borrón y cuenta nueva?
Pedri—Nicole, no tienes por qué fingir. Sabemos que le extrañas.
Nicole— (suspira) Tal vez un poco, pero ya pasó. Estoy centrada en mi carrera ahora y no puedo permitirme distraerme por mi pasado. Ustedes... ¿cómo van? ¿Qué tal los partidos? ¿Van bien? (Tratando de cambiar de tema).
Pedri—No nos ha ido como quisiéramos, han cambiado de director técnico y ha habido muchos cambios.
Nicole—Ahh, entiendo. Por cierto, me he visto su documental, me ha encantado.
La incomodidad era bastante evidente, realmente no podía hablar cómodamente sin recordar lo que Ansu había dicho. ¿Quién era esa tal Isabella? ¿Y desde cuándo salía con Pablo?
La comida terminó y Sira se ofreció a llevarme a casa, ya que esta vez no había traído mi coche. Le dije que no era necesario, que podía caminar ya que mi departamento no quedaba tan lejos.
Comencé a caminar en dirección a la masía, ya que Ansu había dicho que todas las tardes Pablo se iba con esa chica. Así que prácticamente caminé lo más rápido que pude, con la esperanza de tener suerte y verlos.
Llegué a la masía y comencé a mirar lentamente a través de las rejas, esperando ver algo. Pasaron un par de minutos hasta que vi a Pablo. Tenía una expresión seria mientras caminaba, pero cuando se giró, una sonrisa apareció en su rostro. Se subió a un coche donde estaba una chica castaña, de cabello corto y piel muy blanca. Ambos se sonreían y Pablo se acercó a darle un beso.
Me sentí extraña, como si estuviera reviviendo momentos pasados cuando era yo quien iba por él y él hacía lo mismo. Él abría la puerta del coche y se acercaba a mí para besarme. No pude evitar que una pequeña lágrima se escapara, pero rápidamente la sequé de mi rostro y seguí caminando de regreso a mi departamento.
Sentí un nudo en la garganta mientras continuaba caminando, tratando de poner distancia entre lo que acababa de presenciar y mis propios sentimientos. Era doloroso ver a Pablo junto a otra persona, compartiendo esa cercanía y cariño que una vez fue mío.
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Llegué a mi departamento y no dudé ni un segundo en tirarme en el sofá. Me quedé pensando en que Pablo alguna vez me dijo que nunca me dejaría sola, pero no cumplió su palabra.
Mi teléfono comenzó a sonar y, al cogerlo, vi que era Sira. Me pareció extraño, ya que no había pasado ni una hora desde que nos vimos y ahora me estaba llamando...
Nicole—Hola Sira. (dije con pocas ganas).
Sira—Hola Nik, ábreme por favor. (yo me sorprendí).
Nicole— ¿Estas fuera?
Sira—Si, que te seguí todo el rato, anda ábreme, que hace calor aquí fuera. (Yo me reí).
Nicole—Venga entra, esta abierto.
Ayúdame corrigiendo este texto correctamente:
Sira entró al departamento mientras yo la esperaba en el sofá. Sira se acercó a mí y notó que no estaba de ánimo.
Sira— ¿Cómo estás? (dijo mientras se acercaba para darme un abrazo).
Nicole—Pues mal. (mi amiga me miró sintiendo pena por mí).
No pude evitarlo y empecé a llorar al recordar a Pablo muy sonriente besándose con esa chica.
Sira—Ay cariño, no llores más. (me decía mi amiga mientras me acariciaba la espalda).
Nicole—Es que soy muy tonta, ¿por qué me enamoré de la persona equivocada? Según yo lo había superado, pero todavía me duele un poco. ¿Hace cuánto que sale con ella? (Cambiando de tema).
Sira—Hace como un mes, pero eso no debería importarte. A él le van a bailar el agua tantas chicas y tantas veces, que se va a volver imbécil de tanto repetir la misma rutina, no sé cómo no está aburrido.
Las dos nos miramos y comenzamos a reír.
Nicole—¿Como está eso de que me seguiste? (Curiosa).
Sira—Bueno... (Sira comienza a reír). Tú nunca te quieres ir caminando y siempre te llevo a tu departamento, por eso se me hizo raro, así que te seguí pensando que si irás a tu casa, pero note que te paraste en cuanto pasaste por la masía.
Nicole—Quería verlo. (Sería).
Sira—Y no te llevaste la mejor sorpresa, de igual forma esa chica como que... no es muy Pablo.
Nicole—¿Qué quieres decir?
Sira—Es frágil, no tiene carácter, y seguro sólo está con él por moda. Pero tú tranquila, él se ha perdido de un buen mujerón.
Urge que esa Isabella y Nicole se conozcan hahahaa